Acción climática y sostenibilidad: los pueblos indígenas forman parte de la solución
Por Oluwatobiloba Moody, WIPO Nigeria Office
Los pueblos indígenas deben formar parte de la solución sobre el cambio climático […]. No se puede —y no se debe— subestimar el importante valor de los conocimientos [tradicionales]. [Los pueblos indígenas] son esenciales también para encontrar soluciones hoy y en el futuro…
Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, CMNUCC
El clima del mundo está en estado de conmoción. Los vastos incendios forestales que destruyeron numerosas vidas (animales y seres humanos), propiedades y el medio ambiente han atraído la atención de medios de comunicación de todo el mundo durante meses. En el Ártico se muestran inquietantes imágenes de osos polares hambrientos a medida que desaparecen sus hábitats naturales debido a la crecida de las aguas y al deshielo de los casquetes polares; y en Kenya, los cambios de patrones en la circulación de los océanos han creado las condiciones para que las langostas devasten las tierras de pastos. Estos acontecimientos extremos apuntan a una cruda realidad: el clima está cambiando debido a nuestras acciones, con implicaciones serias para la humanidad, los ecosistemas y la biodiversidad mundial.
Un desafío clave para nuestro tiempo
Entre 1998 y 2017, se calcula que los desastres relacionados con el clima se cobraron 1,3 millones de vidas humanas y provocaron pérdidas económicas directas de unos tres billones de dólares EE.UU. El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) calcula que para 2050 los extremos de las temperaturas mundiales superarán los niveles actuales en 2ºC y las temperaturas en el Océano Ártico se incrementarán entre 3 y 5ºC. De mantenerse la tendencia actual, está previsto que las temperaturas en los países tropicales del África occidental y del Sahel aumenten de 4 a 6ºC. Entre otros efectos, el incremento de las temperaturas provocará fluctuaciones en las precipitaciones con consecuencias para la seguridad alimentaria, la salud, los recursos hídricos y la biodiversidad del mundo. No podemos ignorar el cambio climático. Amenaza la sostenibilidad de nuestro medio ambiente, refugio irremplazable donde la humanidad puede prosperar.
La Comisión Brundtland
Hace más de tres décadas, la Comisión Brundtland acuñó el término “desarrollo sostenible”, que se define como desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de que las generaciones futuras satisfagan sus propias necesidades. En su informe de 1987, “Nuestro futuro común”, la Comisión examinó en detalle la relación entre el desarrollo humano y el medio ambiente, y señaló la naturaleza inseparable del “medio ambiente” (donde vivimos) y el “desarrollo” (lo que hacemos para mejorar nuestra suerte dentro de ese entorno). También indicó el carácter insostenible de numerosas trayectorias de desarrollo en países industrializados cuyas decisiones, dado su poder económico y político, “tendrían un efecto profundo en la capacidad de todos los pueblos de mantener el progreso humano para las generaciones futuras.”
Asimismo, la Comisión Brundtland advirtió que, si no se controlaban las emisiones derivadas del desarrollo humano —en particular, la industrialización y el aumento en el uso de los combustibles fósiles—, estas provocarían con el tiempo el incremento de las temperaturas medias globales, la alteración de las condiciones meteorológicas y tendrían consecuencias irreversibles para nuestro futuro.
Se debe implicar a las comunidades indígenas
Mientras la comunidad global se centra en los modos de combatir los efectos del cambio climático y la transición hacia un futuro bajo en emisiones de carbono, no debe subestimarse el impacto que tiene en los pueblos indígenas al menos por tres motivos.
En primer lugar, los pueblos indígenas dependen de la biodiversidad local y de lo que ofrecen los ecosistemas para su sustento y bienestar. Esto significa que esas comunidades son más vulnerables que la mayoría a los efectos del cambio climático. Por ejemplo, los pueblos indígenas del Ártico están en primera línea del incremento de la inseguridad alimentaria derivada del deshielo del permafrost. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) apunta a que hay ”seis riesgos” específicos que comparten todos los grupos indígenas en el contexto del cambio climático. Son pobres; dependen de los recursos naturales renovables; estos recursos naturales son vulnerables al cambio climático; las comunidades indígenas tienen altos índices de migración debido al cambio climático; se caracterizan por la desigualdad de género; y suelen ser excluidas de la toma de decisiones sobre asuntos relacionados con sus derechos. Estos factores limitan su capacidad de acceder a las soluciones, lo que incrementa su vulnerabilidad y socava su capacidad de mitigar o adaptarse al cambio climático. También amenaza su capacidad de hacer valer y proteger sus derechos.
En segundo lugar, los pueblos indígenas poseen una gran riqueza de conocimientos sobre el medio ambiente, lo que puede ser fundamental para su eficaz adaptación al cambio climático. Como señalan Terry Williams y Preston Hardison en Culture, Law, Risk and Governance: Contexts of Traditional Knowledge in Climate Change Adaptation (Cultura, Derecho, riesgo y gobernanza: Contextos de los conocimientos tradicionales en la adaptación al cambio climático), los pueblos indígenas poseen grandes conocimientos sobre cuestiones relacionadas con la adaptación al cambio climático. Sus conocimientos son valiosos, entre otros motivos, para ayudar a la reconstrucción de puntos de referencia históricos, garantizar una adaptación apropiada culturalmente y facilitar mecanismos de adaptación al cambio climático; y todo eso favorece la supervivencia de los pueblos indígenas en condiciones difíciles.
En Australia, por ejemplo, el profesor emérito Bill Gammage explica una práctica aborigen de prevención de incendios que existe desde hace 50.000 años, que consiste en provocar pequeños incendios para eliminar detritos, maleza, sotobosque y algunas hierbas a fin de evitar incendios mayores. Esta práctica reduce el impacto de los incendios en los insectos y animales y protege los árboles y las cubiertas forestales. No obstante, saber aplicar esa técnica de gestión medioambiental requiere “una gran habilidad local”.
Esa habilidad local, o conocimientos tradicionales, se refiere a los conocimientos especializados y aprendizajes de los pueblos indígenas, desarrollados y transmitidos de generación en generación. La UNESCO señala que dichos conocimientos funcionan en una escala espacial y temporal mucho más fina que la ciencia e incluyen la comprensión de cómo responder y adaptarse a la variabilidad ambiental. Los conocimientos tradicionales se extienden a todos los ámbitos de la actividad humana y, actualmente, se reconoce cada vez más su función para predecir y adaptarse a los cambios climáticos y mitigar sus inevitables consecuencias. Por ejemplo, en el noreste de Etiopía, los pastores afar se sirven del ganado, los insectos, las aves y los árboles y la flora y fauna en general para predecir patrones meteorológicos y climáticos. Del mismo modo, la etnia sápara de la Amazonía ecuatoriana se sirve de sus conocimientos y percepciones locales del cambio medioambiental y sus costumbres tradicionales para mejorar la gestión agrícola y de recursos naturales. Estos son solo dos ejemplos donde vemos que los conocimientos tradicionales están ayudando a la adaptación, sostenibilidad y resiliencia de los pueblos indígenas.
En tercer lugar, y a la luz de lo anterior, los pueblos indígenas tienen derecho a participar en la toma de decisiones sobre cuestiones que les afectan y a ser consultados sobre la forma de usar sus conocimientos tradicionales. Los conocimientos tradicionales proporcionan a los pueblos indígenas herramientas para gestionar sus recursos naturales, pero constituyen también una forma de vida y un modo distintivo de ver el mundo. Cuando se elaboren políticas sobre cuestiones que afectan a los pueblos indígenas y a su relación consolidada con sus tierras y recursos, ellos tienen derecho a participar en dichas consultas. Asimismo, tienen derecho a ser consultados y a participar en los beneficios derivados del uso de sus conocimientos y recursos de conformidad con las normas nacionales e internacionales pertinentes. La colaboración con los pueblos indígenas para beneficiarse de sus conocimientos, así como el respeto de su visión global y la garantía de la sostenibilidad de su modo de vida, deben ocupar un lugar central en las respuestas mundiales al cambio climático.
Vías de colaboración
Existen diversos acuerdos internacionales para colaborar con los pueblos indígenas en relación con el uso de sus conocimientos y prácticas, o cuando la atención está puesta en cuestiones que les afecta. La Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (DNUDPI) es fundamental y establece un nivel mínimo de derechos que garantizan el respeto, reconocimiento e igualdad para colaborar con los pueblos indígenas. El Acuerdo de París sobre el Cambio Climático exige que las medidas que se adopten para afrontar el cambio climático respeten, promuevan y consideren las obligaciones respectivas sobre los derechos de los pueblos indígenas y las comunidades locales. La Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas establecida por la Conferencias de las Partes (COP) de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) reconoce la necesidad de incorporar las soluciones de las comunidades indígenas en las conversaciones sobre el cambio climático. No obstante, hay que seguir trabajando para garantizar que estas ideas lleguen a las instancias encargadas de la formulación de políticas en ese ámbito. El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) y su Protocolo de Nagoya también reconocen la importancia de obtener el consentimiento fundamentado previo de los pueblos indígenas y de establecer condiciones acordadas mutuamente para la distribución de beneficios con respecto a la utilización de los conocimientos tradicionales de los pueblos indígenas. Asimismo, las negociaciones en curso en el Comité Intergubernamental sobre Propiedad Intelectual y Recursos Genéticos, Conocimientos Tradicionales y Folclore (CIG) de la OMPI también tienen el potencial de añadir una serie de derechos para los pueblos indígenas cuando busquen proteger o defender sus intereses en situaciones en las que se soliciten sus conocimientos o se utilicen para desarrollar productos y procesos tecnológicos pertinentes desde el punto de vista del clima.
Integración de los conocimientos tradicionales en las iniciativas sobre el cambio climático: desafíos
Según Kanyinke Sena, expresidente del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, son varios los desafíos a la hora de integrar los conocimientos tradicionales en las iniciativas sobre el cambio climático, en particular, en los países africanos. Entre ellos destacan la ausencia de marcos jurídicos propicios, el desinterés de los responsables de toma de decisiones y de sectores clave, la falta de documentación sobre conocimientos tradicionales pertinentes y la escasez de conocimientos especializados y de los recursos necesarios. En particular, la catalogación de los conocimientos tradicionales relacionados con el clima ha recibido una gran atención como una importante manera de avanzar en este asunto. No obstante, plantea una serie de problemas de propiedad intelectual (PI) y debe tratarse con cautela. Así pues, hay que congratularse de que la OMPI colabore estrechamente con la CMNUCC como asesor de PI para su Plataforma de Comunidades Locales y Pueblos Indígenas. La Guía de catalogación de los conocimientos tradicionales de la OMPI proporciona también un recurso orientativo útil para las comunidades indígenas o partes interesadas a la hora de considerar las diferentes opciones de catalogación.
El fortalecimiento de capacidades de los pueblos indígenas para participar en negociaciones internacionales complejas, incluidas aquellas sobre PI, debe ser una prioridad. Esto ayudará a identificar las lagunas en la catalogación de los conocimientos tradicionales y brindará la oportunidad de establecer en los marcos políticos y jurídicos asociaciones con la comunidad científica que incrementarán las contribuciones de los conocimientos tradicionales a la acción climática y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Ese fortalecimiento de capacidades también brindará oportunidades para el intercambio de información y reforzará la capacidad de los pueblos indígenas de colaborar con las autoridades locales en la organización de iniciativas de mitigación climática beneficiosos para ambas partes.
Cambio de actitud: las soluciones verdes en el foco de atención
La mayor tomar de conciencia acerca de la escala de la crisis climática está promoviendo la búsqueda de soluciones verdes. En general, el concepto de “sostenibilidad medioambiental” (greening) representa un cambio de actitud global hacia una conciencia medioambiental en la actividad humana, y en el diseño y aplicación de políticas y marcos de desarrollo. Los acuerdos internacionales mencionados reconocen la importante contribución que los pueblos indígenas y sus principios de gestión medioambiental pueden ofrecer para la gestión sostenible y el uso de la biodiversidad. Las tierras indígenas abarcan el 22% de la superficie de la Tierra y cerca del 80% de la biodiversidad del planeta. También se encuentran junto al 85% de las áreas protegidas del mundo. Así pues, y gracias en gran parte a los enfoques tradicionales de gestión de los recursos naturales, estas tierras son un sumidero de cientos de gigatoneladas de carbono.
A esos enfoques vienen a añadirse otros enfoques institucionales que reflejan un mayor compromiso global para encontrar soluciones medioambientales. Ejemplos de ello son WIPO GREEN, una plataforma en línea para el intercambio de tecnologías ecológicas, la Iniciativa Verde (OIT) y el Marco de Crecimiento Verde (Banco Africano de Desarrollo) . Estos enfoques deben priorizar también el compromiso activo con los pueblos indígenas para garantizar la sostenibilidad de su sustento y experiencias.
La Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible identifica como una prioridad la necesidad de “fortalecer la resiliencia y la capacidad de adaptación a los riesgos relacionados con el clima y los desastres naturales en todos los países” (ODS 13.1). Por lo tanto, el compromiso activo con los pueblos indígenas es esencial. También porque contribuirá a garantizar que el diseño y la ejecución de “proyectos verdes” bien intencionados no repercutan negativamente en los recursos, sustento y culturas de las comunidades indígenas. Si no se incluyen los conocimientos tradicionales en el diseño y ejecución de estrategias de mitigación sobre el cambio climático, se corre el riesgo de socavar el sustento y la resiliencia de los pueblos indígenas y de debilitar los derechos consuetudinarios sobre sus tierras y recursos naturales. También supondría perder la oportunidad de complementar los datos científicos con información inestimable sobre la adaptación de las comunidades indígenas y las prácticas de mitigación.
Enlaces
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.