Innovación abierta - Fomentar la colaboración
Por Joel Smith, Rebekah Gay y Rachel Montagnon. Herbert Smith Freehills, Londres, Reino Unido.
Los ecosistemas de innovación son cada vez más complejos y diversos. La tecnología está conectando a individuos y empresas de diferentes sectores. Innovar es más fácil que nunca y está al alcance de todas las personas, en todas partes. En un momento en que las organizaciones intentan estar a la vanguardia, el imperativo de innovar a un ritmo cada vez más acelerado parece ser más poderoso que nunca. Todo esto contribuye a la necesidad imperiosa de las organizaciones de buscar la innovación fuera de sí mismas.
Las conductas de innovación están cambiando
La innovación como proceso que tenía lugar únicamente en el equipo de investigación y desarrollo específico y a menudo aislado de una organización es cosa del pasado. A pesar de que el conocimiento y la tecnología aún pueden provenir de socios de colaboración más tradicionales, estos socios están adoptando formas diversas.
Los socios de innovación incluyen cada vez más a menudo empresas emergentes y empresas emergentes en expansión (scale-ups), consumidores y organizaciones sin fines de lucro. Los socios pueden provenir de sectores relacionados o de una serie de sectores no relacionados, como suele ser el caso de las innovaciones basadas en la tecnología, que dependen de conocimientos especializados. Las ideas, innovaciones y tecnologías también pueden ser una creación conjunta de varios actores de la cadena de valor o pueden promoverse en foros o a través de competiciones de innovación.
En teoría, todo esto contribuye a ampliar los límites de lo posible. Sin embargo, no toda búsqueda de innovación resulta exitosa. La verdadera innovación necesita estrategias claras ejecutadas de manera adecuada, disciplina, liderazgo y un verdadero enfoque de innovación; requiere competencias, herramientas y conocimientos especializados, y lleva tiempo incorporarla. Como es lógico, ello significa que a pesar de que la mayoría de las empresas entienden la importancia de la innovación para su actividad, muy pocas expresan satisfacción con su desempeño en este ámbito.
Si bien las organizaciones definen la innovación abierta de diversas formas, esta casi siempre se basa en la idea y el descubrimiento fundamental de que el conocimiento se difunde a través de una empresa, sector o sociedad, en lugar de permanecer en su interior.
Innovación abierta: ¿abierta a la interpretación?
Según una escuela de pensamiento, la “innovación abierta” ha ocurrido durante decenios. No es ninguna novedad que las empresas colaboran con socios externos. Sin embargo, es evidente que a medida que empresas de todos los sectores intentan innovar mediante la colaboración con un conjunto de socios más amplio y diverso, también intentan estructurar esas colaboraciones en formas más abiertas y flexibles para brindar acceso rápido a tecnología e ideas nuevas.
Los modelos de innovación pueden considerarse como un espectro: en un extremo se encuentra la “innovación cerrada”, es decir, cuando una empresa desarrolla nuevos productos a nivel interno; y en el otro extremo se encuentra lo que puede denominarse la “innovación libre”, cuando se comparten ideas e información libremente sin que se limite su uso. Entre estos dos extremos hay una variedad de enfoques de innovación que implican diferentes niveles de colaboración, flexibilidad estructural y apertura a partes externas. El término “innovación abierta” comprende una serie de formas diferentes para mejorar la eficiencia, utilizar nueva tecnología y permitir a organizaciones reunir una multiplicidad de ideas de una variedad de fuentes.
La mayoría de las empresas se muestran cada vez más receptivas a participar en nuevas formas de colaboración para mantenerse a la vanguardia, y están llevando a cabo procesos y estructuras creados sobre la base de:
-
la velocidad
-
la flexibilidad
-
el talento
-
la diversidad
Examinar los enfoques de innovación
Herbert Smith Freehills ha analizado las formas en que las empresas, en particular sus departamentos jurídicos, han hecho frente a las oportunidades y los desafíos de la innovación colectiva. Nuestras conclusiones han sido esclarecedoras.
Concluimos que:
- Muchas empresas están aprovechando la creatividad del público en general a través de iniciativas como retos, concursos y hackatones (sesiones de creación tecnológica colaborativa), que les permiten acceder a perspectivas nuevas y detectar posibles socios de innovación con competencias variadas.
- Casi todas las empresas entrevistadas han ampliado su grupo de colaboradores externos. En algunos casos, las colaboraciones se centran en el intercambio de activos no esenciales con competidores, así como en la expansión de una empresa del ámbito tradicional al desarrollo de una variedad de tecnologías generadas internamente en diferentes campos.
- En ocasiones se realizan estas colaboraciones con empresas emergentes externas, que son incubadas y posteriormente integradas en la empresa cuando se vuelven exitosas. Otras pueden convertirse más tarde en empresas derivadas. En algunos casos, se alienta la creación de “empresas emergentes” internas y la empresa se queda con aquellas que aportan los mejores conceptos.
- Varias empresas están intentando asegurar que todos sus miembros puedan formar parte del ciclo de innovación. En este caso, el uso de plataformas tecnológicas como intranets posibilita la participación de todas las personas dentro de la empresa.
- También hay indicios de que muchas empresas están interesadas en avanzar en la creación de plataformas comunes. Sin embargo, las empresas de algunos sectores se sienten más limitadas debido a que están extremadamente reglamentadas, por lo que a menudo utilizan empresas emergentes o independientes para innovar en un entorno menos restrictivo antes de incorporar innovaciones exitosas en la empresa principal de manera aceptable para los reguladores.
También es evidente que, si bien las organizaciones definen la innovación abierta de diferentes formas, esta casi siempre se basa en la idea y el descubrimiento fundamental de que el conocimiento se difunde a través de una empresa, sector o sociedad, en lugar de permanecer en su interior. Al acceder a conocimientos internos y externos de maneras diferentes, las organizaciones pueden utilizar una gran cantidad de información y crear un conjunto más grande de ideas y soluciones.
Impulsores de la colaboración
La mayoría de las empresas se muestran cada vez más receptivas a participar en nuevas formas de colaboración para mantenerse a la vanguardia o, al menos, para no quedarse atrás. Para ello, procuran llevar a cabo procesos y estructuras basados en algunos principios fundamentales: la velocidad, la flexibilidad, la confianza y el talento y la diversidad.
- Velocidad
Las empresas destacan la importancia de llegar antes al mercado; si la colaboración es lenta, pierde valor. En la carrera por innovar, es fundamental adelantarse a la competencia. Este incentivo comercial ha impulsado a las organizaciones a centrarse en la eficiencia en lugar de la perfección, aunque ello sea más riesgoso.
- Flexibilidad
La clave consiste en “despejar la innovación”. Como ocurre en cualquier otro ámbito, no siempre está claro desde el comienzo si un proyecto será eficaz y generará interés. Es importante ser flexibles para lograr el mejor resultado de la colaboración. A fin de cuentas, la transferencia tecnológica es “el arte de lo posible”. Además, las empresas deben actuar con rapidez para que la colaboración cobre impulso. No todos los proyectos resultan exitosos, por lo que adoptar un enfoque más flexible puede evitar que las empresas pierdan tiempo en detalles sobre iniciativas que quizá no avancen. Para abordar este problema, se ha sugerido un enfoque por etapas para proyectos nuevos. Tener una comprensión inicial clara de su posición de base con respecto a temas fundamentales, como la propiedad intelectual, también puede brindarle flexibilidad en el resto de la colaboración desde una etapa temprana.
- Confianza
Las empresas señalan que un gran obstáculo a los proyectos de innovación puede ser el hecho de considerar a las personas como competidores o como socios; es decir, si la relación termina siendo colaborativa o conflictiva.
Es preciso ser más directos, abiertos y claros con respecto a las aspiraciones y propósitos. Los socios de colaboración deben “hablar el mismo idioma”. Es necesario actuar rápidamente, pero conservando la buena disposición a largo plazo.
- Talento y diversidad
La lucha por atraer los mejores talentos se ha intensificado, ya que es un elemento fundamental para impulsar la innovación y la creatividad internas de una empresa. También se han reconocido ampliamente las ventajas de asegurar la contratación de talentos diversos para que los equipos aporten la máxima variedad posible de ideas, puntos de vista y conjuntos de competencias a la innovación.
Estructuras y obstáculos
Barreras al éxito estructural
Si bien es cierto que todos estos factores son fundamentales, en última instancia, es necesario decidir cómo enmarcar cada colaboración. Al final de cuentas, se necesita algún tipo de estructura, ya que no existe un enfoque que funcione en todos los casos. Entre los obstáculos a la creación de una estructura ideal están:
- la colaboración con el medio académico, donde puede haber conflictos de intereses o prioridades;
- los enfoques y antecedentes de jurisdicciones o filiales diferentes;
- alcanzar un equilibrio entre las ganancias y los elementos de beneficencia del espíritu empresarial social; y
- la necesidad de cumplir con las reglamentaciones en sectores extremadamente regulados.
En este sentido, a las empresas nuevas o emergentes les puede resultar más atractiva la idea de la innovación abierta, mientras que las empresas maduras quizá prefieran adoptar enfoques impulsados por políticas para asegurar la coherencia y eficiencia.
La propiedad intelectual es fundamental para el valor de muchas empresas. No obstante, la forma en la cual se utiliza y valora está cambiando. Se utiliza cada vez más para facilitar la colaboración.
Titularidad
Al menos una de las razones por las cuales las empresas nuevas o emergentes quizá estén más alineadas con los impulsores de la innovación abierta es que han cambiado el modo en que consideran la titularidad de la propiedad intelectual. Las empresas afirman que, si bien históricamente se ha hecho hincapié en la titularidad y la protección de los productos de la innovación, están adoptando cada vez con mayor frecuencia un enfoque más flexible para garantizar el acceso a tecnología mediante colaboraciones.
Ello no significa que no valga la pena ser titular de derechos. Por el contrario, ahora más que nunca, la propiedad intelectual es fundamental para el valor de muchas empresas. No obstante, la forma en la que se utiliza y valora está cambiando. Se utiliza cada vez más para facilitar la colaboración a través de sistemas de acceso que van desde las licencias hasta las plataformas de código abierto, en lugar de impedir el acceso de otros al mercado.
El papel de los departamentos jurídicos de las empresas
Para que la innovación sea exitosa, es fundamental que los objetivos de la empresa sean compatibles con los productos de su departamento jurídico. Para lograrlo, algunas empresas recurren a tácticas que incorporan la función jurídica en el proceso de innovación, de modo que los abogados de la empresa participan en el proceso desde el comienzo. Ello posibilita el entendimiento mutuo de las perspectivas comercial y jurídica, y la identificación temprana de problemas y riesgos jurídicos.
Sin perjuicio del enfoque que se adopte, la mayoría de las empresas reconocen, al menos en teoría, que involucrar al departamento jurídico desde un comienzo maximiza su capacidad para realizar aportes constructivos y formar parte de la solución definitiva.
Hacia dónde se dirige la innovación abierta
A pesar de algunos desafíos inherentes, las empresas están obteniendo beneficios considerables de la innovación abierta, que suelen superar los riesgos de adoptar un enfoque de investigación y desarrollo limitado y aislacionista. Las empresas están ampliando su equipo de colaboradores externos y están compartiendo más ampliamente los activos no esenciales, generando vías de acceso a tecnologías cada vez más diversas.
Las colaboraciones externas suelen considerarse esenciales para asegurar la velocidad con la que debe ocurrir la innovación. En ocasiones, puede valer la pena sacrificar la exclusividad y la titularidad de derechos para poder ser el “primero en llegar al mercado” o simplemente para mantenerse al día con el sector. La internalización, es decir, el uso de personal interno para crear nuevas ideas en lugar de recurrir únicamente a sus equipos y consultores de investigación y desarrollo, también es un enfoque que está ganando apoyo.
Las empresas generalmente califican a su talento interno como un conjunto de potencial por explotar, conectado estrechamente con la empresa y bien posicionado para desarrollar soluciones innovadoras. Como consecuencia de ello, las empresas invierten en sistemas para conectar a los empleados innovadores con conocimientos especializados, marcos y oportunidades adecuados a fin de facilitar el desarrollo de sus ideas.
A medida que las empresas están ampliando las formas de innovar y colaborar, así como la variedad de innovadores y colaboradores internos y externos, los departamentos jurídicos internos han tenido que adaptarse. La innovación abierta es algo completamente nuevo para muchos departamentos jurídicos, por lo que es necesario un cambio de enfoque y configuración. Los modelos de riesgo deben reflejar el nuevo panorama de colaboración y cuestionar las normas y protocolos que existen desde hace mucho tiempo.
Este no siempre ha sido un proceso fácil y las empresas siguen señalando las dificultades de pasar de enfoques más rígidos y orientados por políticas, a estrategias que brindan rapidez y flexibilidad y se basan en la confianza, actualmente consideradas esenciales para la innovación y colaboración eficaces.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.