La primera zapatilla para correr nacida en Kenya
Por Katheryn Carrara, escritora independiente
La empresaria keniana Navalayo Osembo-Ombati dejó su empleo en las Naciones Unidas en Nueva York para fundar una empresa de fabricación de zapatillas para correr en Kenya y cumplir así su sueño de potenciar el patrimonio deportivo de Kenya y de crear simultáneamente medios de subsistencia para las comunidades locales.
Háblenos de Enda. ¿En qué se diferencia del resto?
"Enda" significa "¡ya!" en suajili, el idioma local aquí en Kenya, que también se habla de forma generalizada en África oriental. Trabajamos con atletas kenianos para el diseño de zapatillas para correr y se las vendemos a corredores de todo el mundo. La mayoría de las empresas de zapatillas para correr tienen su sede en los Estados Unidos de América o en Europa. Enda es diferente: es la única empresa de este tipo en África. No nos limitamos a probar o a comercializar zapatillas técnicas fabricadas por terceros, sino que fabricamos nuestras propias zapatillas.
Nuestro primer producto, unas zapatillas ligeras llamadas Iten, están disponible en verde, rojo y negro, los colores de la bandera de Kenya. Han sido diseñadas en estrecha colaboración con atletas y deportistas profesionales kenianos. Iten es el calzado ideal para carreras cortas y de gran velocidad y lleva el nombre de una pequeña aldea en el extremo occidental del Valle del Rift de Kenya, que es la cuna de los campeones de maratón kenianos.
Nuestro segundo producto son unas zapatillas de entrenamiento diario llamadas Lapatet —que significa "correr" en kalenjin, el idioma hablado por muchos de los grandes corredores de Kenya— y es ideal para carreras más largas y de menor velocidad. Todos nuestros modelos están diseñados para amortiguar una pisada neutra y mejorar el apoyo natural del corredor en la zona del metatarso, en consonancia con el estilo de correr keniano.
Enda is unique; it’s the only company of its kind in Africa. We are not simply testing or marketing technical running shoes made by others, we are actually making our own shoes.
En la actualidad, la mayor parte de las ventas de nuestro calzado se realizan en el extranjero, pues es demasiado caro para el mercado nacional. Alrededor del 90% de nuestras ventas se efectúa en los Estados Unidos de América; el 8%, en Europa, donde todavía tenemos problemas con la cadena de suministro; y el porcentaje restante, en Kenya. Esperamos poder lanzar pronto un modelo más asequible aquí en Kenya.
¿Por qué decidió fabricar zapatillas para correr en Kenya?
Sentía un fuerte deseo de regresar a Kenya pues llevaba mucho tiempo estudiando y trabajando en el extranjero. Siempre me ha interesado el deporte y quería hacer algo con lo que pudiera influir de forma positiva en la sociedad y que fuera expandible. Decidí centrarme en algo que aprovechara la cultura deportiva de Kenya. La carrera fue la conclusión lógica. Pronto descubrí que existe un gran mercado para las zapatillas de correr y que nadie en Kenya había fabricado antes este tipo de calzado. Teniendo en cuenta nuestro legado de corredores, este no es un dato cualquiera, así que decidí apostar por ello.
¿De qué modo utiliza su negocio para el bien social?
Apoyamos a las comunidades locales fabricando el calzado en Kenya. La producción es una de las mejores formas de sacar a la gente de la pobreza. Al fabricar nuestro calzado aquí, no solo apoyamos a quienes trabajan con nosotros en el proceso de producción, sino también a diversos subsectores que nos suministran materias primas. Habría resultado mucho más sencillo subcontratar todos los procesos de fabricación en China, pero tomamos la decisión consciente de desarrollar nuestra capacidad productiva en Kenya.
La idea es que, poco a poco, nuestros zapatos lleguen a fabricarse íntegramente en Kenya. Actualmente, el porcentaje es de alrededor del 52%. Mi objetivo es crear una empresa que no solo apoye a los atletas de alto nivel, sino que también genere oportunidades y beneficios para la comunidad en general. Por ese motivo, donamos el 2% de nuestros ingresos a proyectos comunitarios.
Gracias a la labor continua de Enda Foundation, actualmente estamos apoyando un proyecto en barrios marginales mediante el que se protege a las personas en situación de riesgo, además de un centro comunitario para niños con autismo. Entendemos estos proyectos comunitarios como una parte integral de la empresa. Enda es una empresa con certificación B Corporation y Climate Neutral. Las empresas que poseen la certificación B Corporation cumplen los más exigentes requisitos en materia de comportamiento social y medioambiental verificado, transparencia pública y responsabilidad jurídica para conciliar beneficios y objetivos. Como empresa con certificación Climate Neutral, medimos y compensamos nuestra huella de carbono.
¿Dónde obtiene los materiales de base para fabricar su calzado?
Aquí, en Kenya, no tenemos acceso a todos los materiales de base que necesitamos. En la actualidad, importamos algunos componentes de China y los combinamos con materiales que sí se encuentran disponibles en el mercado nacional, a medida que vamos creando paulatinamente una cadena de suministro a escala nacional. Dicho esto, todavía carecemos de conocimientos especializados, por ejemplo, para la mezcla y la manipulación de los productos químicos utilizados, que pueden ser peligrosos. Pero estamos realizando avances significativos: ya hemos aumentado la producción a escala nacional gracias a una fábrica keniana que ha invertido en la maquinaria para llevar a cabo una parte del proceso de fabricación, y a un equipo de un socio en China que viene a Kenya para formar al personal. Nuestro objetivo es formar y mejorar las competencias de nuestro personal para que podamos producir un producto de alta calidad utilizando un conjunto de materiales.
¿Cuáles son los principales desafíos a los que se enfrenta?
Uno de los principales desafíos es la necesidad de velar por que los consumidores reciban la información necesaria y sepan diferenciar una estratagema de lo que no lo es. El sector de las zapatillas para correr despierta muchas expectativas acerca de los nuevos productos debido a la publicidad y se asegura que una zapatilla con una nueva y fantástica característica te hará correr más rápido. Eso no es así. Sin un entrenamiento adecuado, una nutrición saludable, una postura correcta y regularidad, nada le hará ser un mejor corredor. Esos son los valores de la cultura del corredor keniano que intentamos compartir con los corredores de todo el mundo.
Otro desafío que se planteó fue la reticencia de los fabricantes nacionales a apostar por Enda. Obtener inversores ha sido todo un desafío. Solo a finales de 2019, cuando obtuvimos nuestra primera financiación inicial, pudimos convencer a los inversores nacionales para que nos apoyaran.
En nuestro primer año de existencia desarrollamos nuestro primer prototipo gracias a financiación providencial. Luego tuvimos que ser creativos y decidimos iniciar una campaña de financiación colectiva en Kickstarter. Eso nos permitió lanzar nuestro primer modelo, Iten, en 2017.
Gracias a una segunda campaña en 2019, fue posible crear y lanzar nuestro modelo Lapatet para larga distancia, que ese mismo año ganó el primer premio en la categoría de Cuerpo y Mente de la ISPO, la principal feria mundial del sector de artículos deportivos, en Múnich (Alemania). Hemos sido la primera empresa africana galardonada con ese premio. Aquello reforzó considerablemente nuestro perfil y nos permitió atraer a cinco nuevos inversores, lo que marcará un antes y un después para nuestra capacidad de producción, distribución y comercialización.
La idea de trasladar el proceso de fabricación de China a Kenya y de formar a todo el personal es un desafío, pero este es el camino que hemos elegido. A fin de cuentas, consideramos que creará puestos de trabajo, atraerá inversiones y ayudará a forjar el renombre de Kenya como centro de fabricación de calzado deportivo.
¿Y como pequeña empresa keniana?
Por experiencia, resulta mucho más sencillo para un inversor directo extranjero operar en Kenya que para una empresa nacional. Son muchos los incentivos que ofrece el Estado para favorecer la inversión extranjera directa. Por ejemplo, un fabricante extranjero que se establezca en la zona franca industrial quedará exento del impuesto sobre el valor añadido (IVA), de los derechos de importación y de otros impuestos durante un período determinado y podrá acceder fácilmente a las oficinas y las fábricas. Sin embargo, para una empresa nacional como Enda que esté orientada al mercado de exportación, resulta mucho más difícil.
Mi objetivo es crear una empresa que no solo apoye a los atletas de alto nivel, sino que también genere oportunidades y beneficios para la comunidad en general.
Como fabricante, no tenemos derecho a recibir ninguna ayuda porque, aunque hacemos lo mismo que un fabricante extranjero orientado a la exportación en Kenya, no disponemos de una fábrica física ni tenemos la intención de construirla. Este detalle es importante porque, según la ley de zonas francas industriales de Kenya, para beneficiarse de los incentivos fiscales, es necesario tener una fábrica física. Esto plantea dos problemas. En primer lugar, solo las personas con suficiente dinero para construir o arrendar una fábrica pueden beneficiarse de los incentivos. Habida cuenta de la demografía y la economía de Kenya, los jóvenes como yo difícilmente podrán dedicarse a la fabricación de productos de exportación. En segundo lugar, genera un problema de flujo de caja con respecto al capital de explotación circulante. Al importar, pagamos el IVA, cuya tasa es cero para las exportaciones. Dado que la mayoría de nuestras ventas son exportaciones, el Estado siempre nos adeuda reembolsos, lo que significa que una buena parte de nuestro activo circulante está ligado a los pagos del IVA, un impuesto que no tendríamos que pagar si nos encontráramos en una zona económica especial de exportación.
De la misma manera que no necesito ser dueña de un auto para desplazarme de un lugar a otro, ni poseer una lujosa casa en la playa para disfrutar de unas vacaciones en una, tampoco necesito ser dueña de una fábrica para ser considerada fabricante. Los marcos normativos y jurídicos deben reflejar las realidades de la economía colaborativa actual y apoyar a las empresas nacionales.
¿Y constituye un desafío ser una mujer empresaria?
Pues depende. Es cierto que suelo ser la más joven y la única mujer en la mayoría de los sitios y, sin duda, existe una gran ausencia de mujeres en puestos de producción y de toma de decisiones. Eso pone de manifiesto una serie de problemas estructurales. Sin embargo, no es algo que me haya frenado. Por lo general, siempre he podido utilizar la diferencia como una oportunidad para expresar mis ideas, describir mi negocio y debatir acerca de los desafíos a los que me enfrento. Ser mujer puede resultar difícil, pero puede también ser una oportunidad.
¿Qué papel desempeña la propiedad intelectual en su empresa?
La propiedad intelectual (PI) es crucial. Sin los derechos de PI, no dispondríamos de ningún medio jurídico para defendernos de los imitadores u otros infractores sin escrúpulos. Los derechos de PI nos permiten proteger los intereses comerciales de Enda, expandir la empresa y garantizar que, cuando un cliente compre nuestro calzado, obtenga un producto auténtico y de calidad.
En el mundo de las zapatillas para correr, todo el mundo intenta revolucionar el sector, por lo que existe una gran cantidad de PI. Hemos registrado marcas y obtenido patentes de diseño y estamos trabajando en el desarrollo de más activos de este tipo. Los derechos de PI son especialmente importantes para Enda porque somos una empresa joven y con aspiración internacional. Es esencial que protejamos nuestra PI para poder forjarnos una reputación comercial y una clientela. Debemos ser proactivos en este sentido en el mercado mundial actual, que es muy competitivo.
Queremos convertirnos en una marca internacional con un impacto mundial, y pretendemos trasladar todo el proceso de producción a Kenya y lograr que sea ecológicamente sostenible.
Para nosotros, la PI tiene un carácter preventivo, como una póliza de seguro. Nos permite proteger los maravillosos productos que fabricamos y expandir nuestro negocio. Nunca se sabe lo que depara el futuro.
¿Es la PI esencial para las pequeñas empresas?
Sí, sin duda. Aunque, lamentablemente, en Kenya algunas pequeñas empresas piensan que la PI es algo exclusivo de las grandes empresas cuando, en realidad, la PI es para todos. Además, en Kenya existe la falsa creencia de que la PI es cara. Es cierto que no siempre se ve un beneficio inmediato tras el pago de un derecho de PI, pero a largo plazo es sumamente importante, tanto para proteger los intereses de la empresa como para crear oportunidades comerciales. Basta con que nos fijemos en innovaciones como M-Pesa, la aplicación bancaria que nació en Kenya y que es ahora un fenómeno a escala internacional. La PI es fundamental para protegerla. Aunque los creadores en Kenya suelen estar bastante sensibilizados acerca de la PI y entienden cómo puede servir a sus intereses, es necesario que se intensifiquen los esfuerzos para garantizar que sean más proactivos en cuanto a la PI.
¿Qué se podría hacer para fomentar la sensibilización acerca de la PI en Kenya?
Me gustaría disponer de un mejor acceso a información precisa sobre PI. También sería conveniente que el proceso de adquisición de derechos de PI sea más sencillo. Se trata de un proceso engorroso en el que quienes no son especialistas pueden encontrar dificultades para desenvolverse. En mi caso, y pese a estar bien informada, me llevó muchísimo tiempo. Eso de por sí encarece todo el proceso, especialmente si la sede no se encuentra en Nairobi. Resultaría muy útil tener acceso a asistencia jurídica básica, a cursos de formación práctica para emprendedores o, como mínimo, tener acceso a directrices generales claras y actualizadas sobre la forma de cumplimentar las diferentes solicitudes.
Los derechos de PI nos permiten proteger los intereses comerciales de Enda, expandir la empresa y garantizar que, cuando un cliente compre nuestro calzado, obtenga un producto auténtico y de calidad.
¿Qué planes tiene Enda para el futuro?
En enero de 2020, lanzamos nuestras primeras zapatillas de entrenamiento diario para larga distancia y ahora nos preparamos para el lanzamiento de unas zapatillas de senderismo a principios de 2021. También planeamos renovar nuestras zapatillas para corta distancia con nuevos materiales y características técnicas y lanzaremos una zapatilla más asequible para el mercado keniano, que estará fabricada completamente con materiales autóctonos. El año pasado registramos buenos resultados en el mercado estadounidense y en 2020 nos centraremos en mejorar nuestra presencia en Europa.
¿Cuáles son sus aspiraciones para la empresa?
Nuestra visión a largo plazo es ser una de las tres principales marcas deportivas del mundo. Cuanto más calzado fabriquemos, más personas emplearemos y más ingresos regresarán a la comunidad. Queremos convertirnos en una marca internacional con un impacto mundial, y pretendemos trasladar todo el proceso de producción a Kenya y lograr que sea ecológicamente sostenible. Mi sueño es hacer que nuestra actividad sea totalmente circular, de modo que quienes usen nuestro calzado, posteriormente nos lo devuelvan para que lo desensamblemos y fabriquemos otro nuevo. ¡El reciclaje total sería magnífico!
¿Qué consejo daría a quienes aspiran a ser jóvenes empresarios?
La vida es una aventura. Solo se vive una vez y es vuestra responsabilidad descubrir la razón por la que estáis aquí. No la encontraréis sentados en un rincón. Intentad no caer presos de las expectativas de los demás y del miedo al fracaso.
Hace falta valor para eso
Sí, hace falta valor y suerte. Para ser honesta, si no hubiese trabajado en las Naciones Unidas en Nueva York, no habría podido hacer esto. No hubiese podido sacar adelante el negocio durante mucho tiempo viviendo únicamente de mis ahorros. Estar haciendo experimentos no exime de tener que pagar las facturas y atender otras obligaciones y para mí era importante darle tiempo a la empresa para que creciera sin cargarla con demasiados gastos en sus primeros años de vida. Reconozco lo afortunada que soy por haber podido emprender este viaje y no dejo de sentirme agradecida por ello, ¡así como por la oportunidad de haber fundado la primera marca de zapatillas para correr de Kenya y África!
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