El Salvador crea tendencia con sus carteras
Por María Luisa Hayem, ministra de Economía de El Salvador, San Salvador
El sector de la artesanía de El Salvador destaca por su excepcional creatividad y belleza, y por ser la principal fuente de ingresos de muchas familias salvadoreñas. El sector cuenta con un gran talento, creador de piezas que contienen historia y que denotan innovación.
El Salvador es un país de unos 7 millones de habitantes que abarca una superficie de 21.040 kilómetros cuadrados. Su población, joven y en expansión, constituye un importante activo. Cuenta con un clima tropical excepcional, playas idílicas, paisajes montañosos y una densidad de población de alrededor de 316 personas por kilómetro cuadrado. Es un país lleno de personas resueltas, resilientes y creativas.
Ganan prestigio las empresas emergentes de moda dirigidas por mujeres
En los últimos años, El Salvador ha experimentado un aumento en el número de empresas de moda dirigidas por mujeres. Las diseñadoras de gran talento han pasado a un primer plano, al obtener reconocimiento por sus líneas de ropa y accesorios tanto en su país como en el extranjero. Algunas han introducido innovaciones en los procesos y productos artesanales tradicionales con el fin de crear diseños originales con características indígenas. Además de su estética y calidad extraordinarias, estos productos generan empleo y contribuyen a mantener vivas diversas tradiciones.
La tradición confluye con el lujo
Eva Innocenti es un ejemplo de esas diseñadoras y empresarias. Diseña carteras de lujo, que son fabricadas principalmente con cuero salvadoreño de la más alta calidad y decoradas con piezas bañadas en oro y otros materiales. Algunas de sus colecciones de carteras llevan el nombre de las mujeres en las que están inspiradas.
La diseñadora fundó su marca en 2015 y desde entonces ha gestionado diligentemente su propiedad intelectual (PI). Además de contar con una marca registrada, los diseños de sus colecciones originales están registrados en el Centro Nacional de Registros (CNR), la oficina nacional de PI de El Salvador.
"Todo comienza con un sueño. Eso es lo que la marca Eva Innocenti es para mí: el sueño de toda mi vida", dice la diseñadora.
Gracias a una serie de programas gubernamentales, el reconocimiento de la importancia de la PI como herramienta comercial ha aumentado en El Salvador en los últimos años.
Hoy en día, Innocenti tiene un taller que crea puestos de trabajo para un grupo de artesanos salvadoreños, un local de venta al público en una prestigiosa zona de la capital y una tienda en línea por medio de la que vende sus productos en todo el mundo. En 2019, participó en la London Fashion Week y en la Semana de la Moda de Panamá.
La PI y el empoderamiento de la mujer
Raquel Arana es otra diseñadora y empresaria salvadoreña digna de mención, pues es una narradora de historias que utiliza figuras y colores en lugar de palabras.
La diseñadora se inició en las industrias creativas a finales de 2014 con un diseño de carteras de gran éxito que marcó un rumbo inesperado en su carrera. A lo largo de su trayectoria, Arana ha aprendido que la PI puede resultar de gran utilidad para apoyar sus objetivos empresariales y su compromiso con el empoderamiento de la mujer.
La salvadoreña es una apasionada de la ilustración y, al diseñar un producto, trata de crear un vínculo emocional para apoyar a las mujeres: cada cartera cuenta una historia sobre el empoderamiento de la mujer.
Al combinar sus dos pasiones —el diseño y el empoderamiento de la mujer— la diseñadora ha ayudado a otras mujeres salvadoreñas a perseguir sus ambiciones empresariales, concretamente por medio del Programa Velasco, que orienta a mujeres que aspiran a ser empresarias.
"Es importante innovar continuamente en los productos, y no pasa nada si no se venden todos. Es cuestión de seguir creando y probando el mercado", dice Arana.
Con el fin de extender a otros los beneficios de su éxito, abrió una tienda, Hecho en Casa, junto con sus dos socios. La tienda es un canal de comercialización de sus creaciones y productos, así como de los de otros artesanos.
En los últimos cinco años, el promedio anual de las exportaciones de carteras en El Salvador ha generado más de 630.000 dólares de los EE.UU.
Arana ha ampliado sus líneas de productos al añadir otros accesorios personales y artículos de decoración del hogar. Las marcas registradas "Raquel Arana" y "Hecho en Casa" han obtenido un amplio reconocimiento tanto a escala nacional como internacional. Actualmente, tiene dos tiendas "Hecho en Casa" en San Salvador. Además, sus productos pueden adquirirse a través de Facebook o Instagram y se ofrece la posibilidad de realizar envíos internacionales.
La PI le ha ayudado a a realzar su perfil profesional como diseñadora. Asimismo, consolida su negocio y permite que este crezca. Sin embargo, como en el caso de muchos otros diseñadores y artistas conocidos, su trabajo está siendo copiado por terceros no autorizados. En ese contexto, la diseñadora reconoce la gran importancia de los derechos de PI para proteger sus creaciones y salvaguardar sus intereses comerciales.
La sensibilización en materia de PI en El Salvador produce dividendos
En los últimos cinco años, el promedio anual de las exportaciones de carteras en El Salvador ha generado más de 630.000 dólares de los EE.UU. Entre los mercados de exportación se encuentran los Estados Unidos, los países de América Central, América Latina, Asia y Europa.
El sector de la artesanía de El Salvador destaca por su excepcional creatividad y belleza, y por ser la principal fuente de ingresos de muchas familias salvadoreñas.
Gracias a una serie de programas gubernamentales, el reconocimiento de la importancia de la PI como herramienta comercial ha aumentado en El Salvador en los últimos años. Varias instituciones gubernamentales ofrecen programas de apoyo a las empresas, especialmente a las microempresas y a las pequeñas y medianas empresas, en su uso de la PI para favorecer el crecimiento de las mismas. Entre estas instituciones se encuentran el Ministerio de Economía; la CONAMYPE (que apoya a las microempresas y a las pequeñas empresas); y el CNR (la oficina nacional de propiedad intelectual).
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