Consideraciones prácticas para las pymes sobre la propiedad intelectual en el camino hasta el mercado
Audrey Yap, presidenta, Licensing Executives Society International (LESI), Singapur
La capacidad de las pequeñas y medianas empresas (pymes) para adoptar la propiedad intelectual (PI) y todo lo que esta representa, a medida que siguen evolucionando e innovando, será fundamental para el futuro económico de muchos sectores y países.
En estos tiempos, no podemos hablar de la economía sin mencionar el impacto de la pandemia de COVID-19. Muchas empresas, y las pymes en particular, se han visto muy afectadas, sobre todo las que operan en sectores en los que hay interacción física y viajes. En la mayoría de los países, las pymes contribuyen de forma significativa a la economía. Representan el 90% de las empresas y suman más del 70% del empleo en todo el mundo. Por ello, es fundamental comprender y apoyar a las pymes.
El ritmo de la digitalización aumenta
Según un reciente estudio realizado por Ocean Tomo, publicado en el número de febrero de 2021 de les Nouvelles, de LESI, la COVID-19 ha acelerado la digitalización de la economía mundial. La telemedicina, el teletrabajo y la enseñanza en línea se han convertido en algo habitual durante el confinamiento de muchos países.
Las compras en línea han crecido exponencialmente y el trabajo desde casa, que es ahora “la nueva normalidad”, está acelerando la demanda de servicios de conferencia en línea como Zoom, Skype, WebEx, WeChat, DingTalk y muchos otros. Este panorama pone de manifiesto la importancia de la PI. De hecho, gracias a los incentivos articulados en el sistema de PI, hemos podido acceder fácilmente a estas y otras tecnologías y mantenernos en contacto.
La comercialización de la PI en el radar
En el mundo posterior a la COVID, la PI seguirá siendo un foco de atención permanente, puesto que las empresas siguen dando prioridad a la inversión en modelos de negocio basados en las tecnologías digitales. Esa tendencia seguirá impulsando el vuelco económico que representa el creciente ascenso de los activos intangibles, habida cuenta de que desplazan a los activos tangibles como principal valor de mercado en la economía mundial. Ocean Tomo estima que los activos intangibles representan ahora el 90% de todo el valor comercial.
Aunque las pymes sean creativas e innovadoras, muchas de ellas se olvidan de crear una cartera de derechos de PI para proteger algo tan importante como las ideas que les ayudan a generar ingresos y riqueza.
Por ello, es muy oportuno que la OMPI haya elegido “La PI y las pymes: para que las ideas lleguen al mercado” como tema de este año para la celebración del Día Mundial de la Propiedad Intelectual. Las pymes, si reciben sustento y apoyo en el proceso de convertir sus ideas en productos y servicios comercializables, pueden salir con más fuerza y resiliencia.
La comercialización de la PI es la actividad de Licensing Executives Society (LES) desde hace más de 50 años. La formación, la enseñanza, el intercambio de las mejores prácticas y, en particular, la ampliación del número de acuerdos de PI que se celebran en todo el mundo han permitido el avance de LES. Me enorgullece ser la presidenta de LES International (LESI), organización coordinadora de LES con 33 capítulos que abarcan 90 países.
Alentar a las pymes a que intensifiquen su uso de la PI
Llevar los productos y los activos de PI al mercado plantea innumerables problemas y exige un ecosistema coherente y bien engrasado, y la OMPI está en condiciones de propiciarlo mediante su trabajo. LESI se complace en asociarse con la OMPI para avanzar hacia ese objetivo.
Sin embargo, la consecución de esa meta dependerá, en gran medida, de que se convenza a la comunidad mundial de pymes de que los derechos de PI son fundamentales para sus intereses comerciales. Aunque las pymes sean creativas e innovadoras, muchas de ellas se olvidan de crear una cartera de derechos de PI para proteger algo tan importante como las ideas que les ayudan a generar ingresos y riqueza.
Los derechos de PI abarcan un conjunto de diferentes categorías jurídicas que protegen distintos aspectos de una invención o una obra creativa. Por ejemplo, las patentes protegen las tecnologías innovadoras, mientras que las marcas ayudan a proteger la reputación, el fondo de comercio y la identidad del productor (la fuente de los productos o servicios) y garantizan la calidad para los consumidores. Las pymes deben entender para qué sirven los derechos de PI y cómo pueden ayudarles a lograr sus objetivos empresariales.
La creación de una cartera de derechos de PI que dé frutos exige previsión y una planificación cuidadosa; es necesario plantar las semillas al principio para que los árboles crezcan y den frutos.
Perspectivas sobre la PI
Los derechos de PI se rigen por la ley; no funcionan sin la existencia de una sólida infraestructura jurídica a nivel nacional, regional e internacional. Ahora bien, podría decirse que los activos intelectuales que los derechos de PI protegen se basan en las personas y abarcan todos los productos de la mente.
Algunos analistas sostienen que el valor potencial de la tecnología y los activos intelectuales solo se puede hacer efectivo por completo si trae aparejadas perspectivas centradas en las personas (véase People as Enablers, de Thomas Bereute et al., número de junio de 2020 de les Nouvelles ). Los autores afirman que la gestión del factor humano es lo que consigue que el valor se haga efectivo a través de las transacciones comerciales impulsadas por la innovación y la PI. ¿Por qué? Porque los empresarios, los responsables de la toma de decisiones y los gestores de la PI se apoyan y complementan a lo largo del proceso. Por ello, las pymes tienen que:
- saber qué es la PI y tener una idea clara de los activos intelectuales de los que pueden ser titulares para impulsar el crecimiento de su cartera de derechos de PI;
- dar participación a su personal desde el principio y, preferiblemente, de forma integrada; y
- proteger sus activos intelectuales con derechos de PI a fin de crear una base sólida para las transacciones comerciales basadas en la PI.
La creación de una cartera de derechos de PI que dé frutos exige previsión y una planificación cuidadosa.
Para comercializar hay que despertar interés desde el punto de vista de la PI
En el mercado mundial de hoy en día, hipercompetitivo, no basta con crear invenciones revolucionarias o productos útiles; las empresas tienen que conocer el valor de lo que tienen, saber cómo vender sus activos intelectuales y, por supuesto, cómo ponerles precio.
Una cita de Douglas C. Engelbart, pionero de la informática e inventor del ratón, subraya la importancia de entender el mercado y cuándo y dónde ofrecer un producto:
“El Instituto de Investigación de Stanford patentó el ratón, pero en realidad no tenía ni idea de cuál era su valor. Unos años más tarde me enteré de que habían concedido la licencia a Apple por unos 40.000 dólares”.
¿Qué cantidad podría haber pedido a Apple el Instituto de Investigación de Stanford con un mejor conocimiento de las posibilidades comerciales de su invención?
Crear una cartera de activos de PI: un primer paso importante
Curiosamente, la principal forma de que las empresas obtengan el apoyo que necesitan para llevar con éxito sus ideas al mercado es crear una cartera de derechos de PI. Si no dispone de derechos de PI, es poco probable que una empresa atraiga a los inversores (que necesitan garantías de que podrán rentabilizar su inversión) o a los licenciatarios. Un licenciatario sagaz se preguntará: ¿por qué pagar por algo si se puede copiar o reproducir gratis?
A la hora de comercializar activos de PI, cabe recordar que la presentación de una solicitud de derechos de PI es solo un paso del proceso, si bien es importante. La comercialización va mucho más allá de ser titular de una patente o una marca. Por eso es tan importante que las pymes elaboren estrategias de PI coherentes que establezcan sistemas de gestión de la PI y que prevean la necesidad, según el caso, de valorizar su cartera de PI.
A la hora de obtener licencias de tecnologías de terceros para utilizarlas en su empresa, especialmente cuando los presupuestos son ajustados, las pymes deben tener un profundo conocimiento de la tecnología cuya licencia están negociando o que han adquirido.
Utilizar la PI para subsanar las carencias de la innovación
El camino hasta el mercado es mejor no emprenderlo solo. Hay un gran número de oportunidades comerciales. La capacidad de una empresa para aprovecharlas suele implicar la colaboración con otros actores para resolver problemas técnicos y subsanar las carencias de la innovación.
La voluntad de colaborar con otros actores e intercambiar tecnologías con ellos mediante acuerdos de licencias cruzadas, por ejemplo, puede permitir a las empresas ampliar la escala de sus operaciones. Algunos pueden cuestionar el valor de la innovación abierta, pero tiene su función en el ecosistema emergente de la PI en que las empresas necesitan trabajar y participar si quieren crecer. La forma en que los emprendedores aprovechan la innovación abierta forma parte de la importantísima estrategia de PI con la que todas las empresas deben contar al llevar sus ideas al mercado.
Un enfoque más integrado de la PI puede reportar beneficios
Los empresarios se preocupan a menudo por la “velocidad de comercialización” y reclaman que los productos y servicios se desarrollen con rapidez; esta preocupación se ve agravada por la vertiginosa velocidad del desarrollo tecnológico.
Una valoración más astuta de la necesidad de innovación rápida ayudará a las empresas más pequeñas a concebir un enfoque más integrado a fin de asegurar el acceso a la tecnología que necesitan para mantenerse, o incluso sobresalir, en el mercado.
En ese contexto, la cuestión de obtener la licencia de una tecnología (de otra empresa), ya sea para avanzar en el desarrollo de productos internos o para rentabilizar los activos de PI existentes, se convierte en una decisión estratégica. Eso es lo que hacen las grandes empresas como Apple, Facebook y Google. ¿Por qué no pueden hacer lo mismo las pymes? Los propietarios de empresas más pequeñas tienen que empezar a plantearse estas preguntas. Ahora bien, eso es solo el principio. A la hora de obtener licencias de tecnologías de terceros para utilizarlas en su empresa, especialmente cuando los presupuestos son ajustados, las pymes deben tener un profundo conocimiento de la tecnología cuya licencia están negociando o que han adquirido. Se trata de un aspecto crucial.
Renovado interés en la transferencia de tecnología
Un resultado notable de la pandemia de COVID-19 es que los gobiernos de todo el mundo, especialmente los que tienen una capacidad de I+D limitada, están empezando a fomentar la transferencia de tecnología para sus empresas locales.
En Transfer of Technology: UNCTAD’s Code of Conduct (The International Lawyer, vol. 19, nº 2, págs. 689-707), Pedro Roffe define la transferencia de tecnología como:
“La transferencia de conocimientos sistemáticos para la fabricación de un producto, para la aplicación de un proceso o para la prestación de un servicio. Se excluyen específicamente las operaciones de mera venta o mero arrendamiento de productos” (énfasis añadido).
Muchos países están estudiando seriamente esta cuestión a fin de determinar qué debe ser objeto de licencia para crear capacidades locales, estimular el crecimiento de las empresas y apoyar la recuperación económica.
El compromiso continuo de la OMPI con las oficinas de PI y otras partes interesadas de todo el mundo para fortalecer la innovación y los ecosistemas de PI es muy importante y debe ser aplaudido.
Esfuerzos de Singapur por mejorar su capacidad de innovación
En Singapur, donde resido, la Oficina nacional de PI, de cuya Junta formo parte, se toma muy en serio la transferencia de tecnología. De hecho, la transferencia de tecnología es una de las claves del plan maestro nacional para que Singapur se convierta en un Centro mundial de la PI en Asia y para que mejore la capacidad de innovación del país. Como resultado de la importante inversión en el desarrollo del ecosistema de innovación del país, Singapur ocupa sistemáticamente un lugar destacado en varios índices de innovación independientes, como el Índice Mundial de Innovación de la OMPI y el equivalente anual de Bloomberg.
Estas clasificaciones subrayan la correlación entre el cambio tecnológico y el impacto económico. A pesar de los importantes progresos logrados en su camino hacia la innovación, Singapur y otros países similares siguen enfrentándose a varios desafíos, entre ellos su capacidad para comprender y absorber los aspectos más complejos de la transferencia de tecnología. Por eso es importante seguir trabajando y aplicando políticas que hagan frente de manera eficaz a esos desafíos. Este enfoque contribuirá a garantizar que las inversiones realizadas en I+D, innovación y transferencia de tecnología generen valor económico y social.
El establecimiento en sectores básicos de empresas locales fuertes, especialmente pymes, es crucial para todos los países.
Las pymes pueden marcar su propio camino en materia de PI
Por su parte, las pymes pueden salir adelante por sí mismas trabajando con profesionales que sepan cómo transferir la tecnología de forma rentable. También pueden respaldar sus intereses mediante su incorporación a distintas redes, como los institutos de investigación financiados con fondos públicos, las universidades, las asociaciones de pymes o incluso un grupo como LESI, que se dedica a formar a las empresas para hacer avanzar la PI a nivel mundial.
El establecimiento en sectores básicos de empresas locales fuertes, especialmente pymes, es crucial para todos los países. Ayudar a las pymes a comprender el valor subyacente de los activos de PI que crean y la importancia de protegerlos, gestionarlos y utilizarlos eficazmente para generar ingresos o ampliarlos es una labor importante que debe continuar en todo el mundo.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.