Aprovechar la investigación pública para innovar en el siglo XXI
Por Catherine Jewell, División de Información y Difusión por Medios Digitales, OMPI
La investigación pública desempeña un papel importantísimo a la hora de generar nuevos conocimientos y facilitar su aplicación en el mundo real. En todo el mundo hay países que han estado aplicando, durante décadas, políticas para hacer más eficiente la transferencia al mercado de conocimientos generados con investigación pública, a fin de impulsar el crecimiento económico y hacer frente a los desafíos del mundo real.
Anthony Arundel, coautor de Harnessing public research for innovation in the 21st Century: An international assessment of knowledge transfer policies, publicado por Cambridge University Press, analiza las principales carencias a la hora de entender cómo funciona la transferencia de conocimientos y cuáles son las claves para que los legisladores diseñen, de cara al futuro, políticas eficaces de transferencia de conocimientos.
¿Cuál es el propósito de su libro?
Hay países que llevan años aplicando estrategias para aumentar la explotación comercial de la investigación pública con vistas a apoyar el crecimiento económico. Sin embargo, sigue sin aprovecharse el potencial comercial de una gran cantidad de conocimientos y experiencia creados por el sistema público de investigación de muchos países.
Desde la década de 1990, muchos países han evolucionado hacia el llamado "modelo de licencias de PI", donde el sector de la investigación pública genera nuevos conocimientos que se patentan y posteriormente se licencian a empresas privadas u organismos gubernamentales.
Examinamos las experiencias de tres economías de altos ingresos: Alemania, la República de Corea y el Reino Unido; y tres economías de ingresos medianos: el Brasil, China y Sudáfrica.
La historia y los desafíos políticos de estos países son realmente interesantes. Todos ellos han evolucionado hacia un modelo de concesión de licencias de PI, pero creando diversas políticas y prácticas para transferir conocimientos adaptables a las numerosas condiciones coyunturales que pudieran repercutir en los resultados. Cada uno de ellos tiene su propia estructura industrial y un nivel tecnológico diferente en investigación pública y en su sector empresarial. Todos ellos han pasado por importantes cambios en sus políticas nacionales para mejorar la transferencia y comercialización de conocimientos en las últimas décadas.
Nuestro análisis ayuda a entender qué opciones políticas funcionan bien y cuáles no tanto.
¿Qué puede decirnos sobre la transferencia de conocimientos y el papel de la investigación pública en los ecosistemas de innovación?
De manera general, la transferencia de conocimientos consiste en hacer llegar los conocimientos generados por el sistema público de investigación a empresas, organismos gubernamentales e incluso a hogares, para que los utilicen de una forma social o económicamente útil.
El sistema público de investigación, que incluye tanto universidades como organismos públicos de investigación, ha sido siempre esencial para todos los países. Históricamente, constituye una de las principales fuentes de nuevos conocimientos, aprovechados y comercializados por las empresas.
El potencial comercial de una gran cantidad de conocimientos y experiencia del sistema público de investigación de muchos países sigue desaprovechado.
Las políticas gubernamentales respaldan tres importantes funciones del sistema público de investigación. En primer lugar, formar y educar a los estudiantes; en segundo lugar, ampliar las fronteras del conocimiento mediante la investigación de vanguardia; y en tercer lugar, favorecer la actividad económica mediante la transferencia de conocimientos al mundo real. Esta última función ha adquirido mayor importancia en los últimos años.
Dentro del sistema público de investigación, las universidades suelen centrarse en investigación básica y los organismos públicos de investigación en conocimientos aplicados. Sin embargo, en el mundo hay muchos modelos diferentes para cumplir estos dos cometidos.
¿Qué beneficios puede llegar a tener la transferencia de conocimientos?
Los beneficios son inmensos. Gran parte de lo que hacemos en sanidad, TIC e ingeniería mecánica tiene su origen en la investigación pública y se basa en la transferencia de conocimientos.
Los avances tecnológicos modernos tienen una base cada vez más científica, y el sistema público de investigación desempeña un papel clave en el descubrimiento de nuevas tecnologías y en la formación que sobre ellas se imparte a los estudiantes.
Las empresas dependen de estas aportaciones para producir innovaciones comercializables. Por este motivo, es crucial la interacción entre el sistema público de investigación y las empresas.
Con la pandemia de COVID-19, ¿se ha puesto de manifiesto la necesidad de transferir conocimientos?
La transferencia de conocimientos siempre ha sido una cuestión global, ya que todos los países, con la posible excepción de China y los Estados Unidos, necesitan obtener conocimientos de otros lugares. La pandemia ha puesto de manifiesto la brecha existente entre conocimientos y capacidades y la necesidad de un mayor intercambio de ambas entre países. Mientras que muchos países, incluso los de altos ingresos como Australia, tienen científicos investigando el ARNm, muy pocos han aplicado ese conocimiento para producir vacunas, en parte porque carecen de los conocimientos especializados y la experiencia necesaria para hacerlo. Es un imperativo mundial conseguir que los conocimientos y la experiencia estén más al alcance de todos, especialmente de los países de ingresos bajos y medianos.
La transferencia de conocimientos suele ser una vía de doble sentido. Universidades y organismos públicos de investigación pueden aprender mucho de sus contratos de investigación y colaboraciones con las empresas.
¿Cuáles son los principales canales de transferencia de conocimientos?
La transferencia de conocimientos tiene lugar a través de canales informales, a menudo denominados de "ciencia abierta": lectura de bibliografía, asistencia a conferencias, contratación de licenciados con experiencia y contactos personales; y a través de canales formales: licencias de propiedad intelectual (PI), acuerdos de colaboración e investigación y contratación externa.
La transferencia completa de conocimientos puede tener lugar a través de canales informales o formales, o mediante una combinación de ambos; por ejemplo, cuando las conversaciones sobre información conducen a una licencia de PI.
La transferencia de conocimientos suele ser una vía de doble sentido. Universidades y organismos públicos de investigación pueden aprender mucho de sus contratos de investigación y colaboraciones con empresas.
¿Qué factores influyen en la eficacia de la transferencia de conocimientos?
La investigación pública tiene un enorme valor para cualquier empresa u organización que produzca algo de valor económico o social. Sin embargo, una empresa tiene que tener de antemano la capacidad de sacar partido a la investigación pública. Esta es una consideración importante para los encargados de la formulación de políticas.
Cuanta más I+D tenga una empresa, mayor será su disposición a colaborar con el sistema público de investigación. El número de universidades en una zona determinada y su capacidad para responder a las necesidades de las empresas también influyen positivamente en dicha colaboración.
Las experiencias de Alemania, y más recientemente de China, ponen de manifiesto los beneficios potenciales de colaboraciones y contratos de investigación a la hora de mejorar las capacidades técnicas de las empresas para utilizar nuevos conocimientos.
¿Qué papel desempeña la PI para facilitar la transferencia de conocimientos?
Puede desempeñar un papel importante. No obstante, la propiedad intelectual es sobre todo un mecanismo de apropiación que impide la copia de una invención. No es un mecanismo de transferencia de conocimientos como tal. La PI solo es necesaria para la transferencia de conocimientos cuando una tecnología es costosa de desarrollar y particularmente susceptible de copia. Cuando se dan estas dos condiciones, las empresas no suelen invertir en desarrollar conocimientos viables comercialmente sin disponer de una licencia exclusiva (o patente) que impida a los competidores copiárselos. En segundo lugar, es posible que, para resolver un problema, las empresas solo acepten invertir en investigación mediante contrato o colaboración con una universidad si pueden quedarse con parte de la PI resultante. En este caso, la PI puede favorecer la inversión en investigación.
La PI puede ser una buena fuente de ingresos para un reducido número de universidades. Por ejemplo, la Universidad de Stanford ganó 254 millones de dólares (el 90% procedente de los derechos de venta de productos) gracias a la patente Cohen-Boyer (1980-1997) sobre el ADN recombinante, que inició toda la revolución biotecnológica. La patente se licenció a 468 empresas y se utilizó en 2.400 productos. No se exigía una licencia exclusiva para utilizar esos conocimientos.
Ahora bien, hay estudios que demuestran que los ingresos de las universidades por contratos de investigación superan con creces a los de licencias de PI. Por ejemplo, en 2015-16, las universidades del Reino Unido recaudaron conjuntamente 4.200 millones de libras esterlinas a cuenta de todas sus actividades de transferencia de conocimientos, de los cuales solo 176 millones de libras (el 4,2%) procedieron de la concesión de licencias de PI. Esto sugiere que la PI desempeña un papel más importante facilitando la transferencia de conocimientos mediante el fomento de los contratos de investigación y la colaboración, que a través de la concesión de licencias.
En algunos países, los ingresos por la concesión en licencia de la PI que generan las universidades pueden ser determinantes para su acceso a financiación adicional. Por ejemplo, en el Reino Unido, las universidades con buenos resultados en la concesión de licencias de PI pueden atraer hasta un 7% más de financiación que aquellas que no los obtienen. En otros lugares, el rendimiento de las licencias de PI no afecta a la financiación, pero sí mejora la capacidad de la universidad para atraer a científicos de renombre.
En julio de 2021, antes del lanzamiento de Harnessing public research for innovation in the 21st Century: An international assessment of knowledge transfer policies, la OMPI, en colaboración con la AUTM, principal asociación mundial de concesión de licencias de tecnología, la Cámara de Comercio Internacional (CCI) y la Licensing Executives Society International (LESI), celebró un seminario internacional para debatir cómo avanzar más eficazmente en la transferencia de tecnología/conocimientos de la investigación pública al mercado.
Las organizaciones comparten objetivos comunes relacionados con el uso y la transferencia del conocimiento y la PI a escala mundial. Sobre la base de este entendimiento, acordaron considerar una mayor cooperación en dos áreas prioritarias:
- Indicadores: examinar formas de hacer un seguimiento de las actividades de transferencia de tecnología/conocimiento de una manera más estandarizada y comparable a nivel internacional mediante la exploración de definiciones comunes, la mejora de los estudios y la puesta en común, según proceda, de los datos.
- Política: Contribuir al diálogo sobre las prácticas y políticas de transferencia de tecnología/conocimiento que mejor funcionan (y las que no funcionan) y proponer acciones políticas -a través de publicaciones, grupos de trabajo y/o plataformas de intercambio de mejores prácticas- con especial atención a las necesidades de las pequeñas y medianas empresas (pymes) como principales partes interesadas.
La divulgación de patentes, ¿no es una forma de transferencia de conocimientos?
Efectivamente, se da una divulgación de conocimiento a través del sistema de patentes y eso es importante, pero los estudios muestran que muy pocas empresas las consideran una fuente importante de conocimiento. Por ejemplo, las encuestas de innovación de la Comunidad Europea revelan que menos del 10% de las empresas citan la divulgación de patentes como fuente de conocimiento, aunque haya empresas de sectores específicos, como el de la biotecnología, que sí hacen un seguimiento de la información contenida en las patentes. Sin embargo, una motivación importante para hacerlo es controlar los últimos avances técnicos de cara a sus propias solicitudes de patente. El papel de la divulgación de patentes en el avance del conocimiento es un área gris que requiere más investigación.
¿Es positivo o negativo centrarse mucho en las licencias de PI?
Lo más probable es que sea neutral. Puede reorientar algunos tipos de investigación básica hacia la investigación aplicada, pero eso no es necesariamente perjudicial. El mayor problema es que las políticas se centren en la PI de manera general, lo que sugiere que otras formas de transferencia de conocimientos no son tan importantes.
Hasta la fecha, la investigación sobre la transferencia de conocimientos ha estado dominada por los datos de PI, algo comprensible por estar esos datos fácilmente disponibles. Es asombroso lo poco que sabemos de cómo funcionan otras maneras, formales e informales, de transferir conocimientos.
¿Qué se puede hacer para mejorar la situación?
No existe una única receta de éxito para transferir conocimientos eficazmente.
Sabemos que las capacidades de una empresa pueden mejorar cuando financia contratos de investigación con una universidad, emplea a un estudiante de doctorado para trabajar en un proyecto o se involucra en una colaboración en investigación, adquiera o no patentes a través de ella. Sin embargo, tenemos que comprender mejor cómo interactúan los canales formales e informales de transferencia de conocimientos para crear un ecosistema en el que se genere y comercialice el conocimiento. Sabemos que existen todos los componentes, pero no sabemos realmente qué políticas podrían ser las óptimas para apoyar el proceso ni cómo deberían adaptarse a los diferentes contextos.
Necesitamos mejores parámetros. La mayoría de los países no recogen parámetros coherentes y comparables para la transferencia de conocimientos. El desarrollo de buenas políticas de fomento de la transferencia de conocimientos exige un conjunto completo de parámetros que abarquen toda la gama de mecanismos y políticas en este campo a escala institucional. No es suficiente tener solo parámetros para la PI y la concesión de licencias de PI.
Necesitamos parámetros respecto de los incentivos financieros y no financieros que alientan y permiten a los académicos ayudar a las empresas a utilizar nuevos conocimientos; los ingresos obtenidos por contratos de investigación y los diferentes tipos de colaboración en investigación, en particular con las empresas. Parámetros como esos ayudarían a definir las diferentes funciones que puede desempeñar la PI y los casos en los que esta no es necesaria para la transferencia eficaz de conocimientos.
¿Cuáles son los principales obstáculos para una transferencia de conocimientos eficaz?
La transferencia de conocimientos se produce en todas las circunstancias y todos los países, pero la transferencia eficaz de conocimientos nos lleva de vuelta al nexo que existe entre las capacidades de la universidad y las de las empresas. La transferencia eficaz de conocimientos requiere que haya empresas capaces y académicos interesados.
Con demasiada frecuencia, se parte del principio de que las empresas son capaces de absorber y comercializar los conocimientos que generan las universidades. Esto no es necesariamente así. En muchos países de ingresos medianos y bajos, puede no haber empresas nacionales capaces de aprovechar los descubrimientos de las universidades. A la inversa, es posible que las universidades no funcionen a un nivel lo suficientemente alto como para proporcionar valor a las empresas.
Las empresas son una parte muy importante de la ecuación en todos los países, pero para los de ingresos medianos es crucial que los encargados de la formulación de políticas mejoren la capacidad de innovación y conocimiento de sus empresas locales.
¿Qué pueden hacer las universidades para mejorar la transferencia de conocimientos?
Las universidades pueden tomar medidas para motivar a los académicos y permitirles trabajar con empresas. Y sus oficinas de transferencia de conocimientos pueden poner en contacto a los académicos con las empresas y viceversa, con objeto de maximizar las oportunidades de que dicha transferencia se produzca.
¿Los gobiernos necesitan ir más allá de las políticas de transferencia de conocimientos basadas en la PI?
Sí. La PI es la punta del iceberg. El modelo de concesión de licencias de PI es una parte muy pequeña de la transferencia de conocimientos. La PI no es la solución a todo, pero puede animar a las empresas a invertir en investigación universitaria y es necesaria para la transferencia de conocimientos en algunas condiciones, por ejemplo, cuando se necesita una licencia exclusiva.
La transferencia eficaz de conocimientos exige que haya empresas capaces y académicos interesados.
¿Cuáles son sus principales conclusiones?
En primer lugar, la transferencia de conocimientos es parte integral en un sistema de innovación. No se puede dividir en sus distintas partes.
En segundo lugar, las políticas para una transferencia eficaz de conocimientos deben garantizar que los sistemas para lograrla apoyen y mejoren simultáneamente las capacidades de universidades y empresas.
En tercer lugar, la PI puede ser un incentivo para que tanto empresas como académicos participen en la investigación colaborativa o por contrato.
En cuarto lugar, no podemos confiar en las licencias de PI como fuente principal de financiación de la investigación. Eso sería un tremendo error.
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