Catherine Jewell, División de Información y Difusión por Medios Digitales, OMPI
Louis Foreman, incansable emprendedor, fundador y director general de Enventys Partners, una empresa estadounidense que se ocupa de forma integrada del diseño y el lanzamiento de productos, ofrece ideas útiles sobre la propiedad intelectual (PI) y el espíritu empresarial. En las tres últimas décadas, Foreman ha creado un gran número de empresas prósperas. Es titular de más de 10 patentes estadounidenses y su empresa se ha encargado del desarrollo y la comercialización de más de 700 otras patentes. Foreman ha ingresado recientemente en el Salón de la Fama de la Propiedad Intelectual.
Empecé mi primer negocio en mi habitación de la universidad, vendiendo material para jugar al lacrosse. Luego comencé a vender ropa porque los equipos que necesitaban material también necesitaban camisetas, uniformes, gorras, chaquetas y bolsas. Cuando estaba acabando la universidad, la empresa de serigrafía que había creado ocupaba el puesto 24 entre las principales del sector en los Estados Unidos, con unos 300 empleados y 80000 metros cuadrados de espacio de fabricación.
Justo al salir de la universidad, las carreras de automóviles NASCAR estaban cobrando mucha popularidad, así que decidí crear una empresa especializada en la venta de ropa con licencia de NASCAR. En menos de dos años, la empresa facturó unos 20 millones de dólares de los EE.UU. En este contexto se sitúa mi primera interacción con la propiedad intelectual debido a las marcas y los derechos de autor vinculados a la ropa deportiva. Después creé espinilleras de fútbol a medida para prevenir lesiones, y obtuve patentes y concedí licencias a casi todas las grandes marcas de fútbol del mundo. Y creé Enventys, una agencia de desarrollo de productos y marketing que brinda un servicio completo. Me interesan mucho la propiedad intelectual y los negocios, y estoy convencido de la importancia de devolver lo que uno recibe; por ello, durante los últimos 30 años, también me he dedicado a compartir mis conocimientos sobre propiedad intelectual y espíritu empresarial en el marco de diversas funciones en la docencia universitaria, y ha sido muy gratificante.
Nos encargamos de todos los aspectos relativos al desarrollo y el lanzamiento de productos. Nuestro personal está compuesto de unas 80 personas, entre ellas diseñadores industriales, ingenieros mecánicos, eléctricos y biomédicos y expertos en desarrollo de imagen de marca y marketing, y todos trabajamos bajo el mismo techo. Hasta el momento, hemos puesto en el mercado casi 3000 productos de consumo y dispositivos médicos, y hemos ayudado a nuestros clientes a obtener cientos de millones de dólares de capital para que sus empresas crezcan.
Trabajamos con empresas de cualquier tamaño a fin de que pongan sus productos en el mercado. Se pueden presentar varios casos. El cliente tiene un problema y nos pide ayuda para resolverlo, o tiene una idea y nos pide que la convirtamos en un producto, o ya cuenta con un producto y nos pide que lo mejoremos. Nuestro modelo de negocio garantiza la rendición de cuentas en todas las fases del desarrollo y el lanzamiento del producto. El cliente puede pagar nuestros servicios en función del esfuerzo invertido en el desarrollo del producto, o podemos hacernos cargo de todo el proceso y vincular el pago al éxito comercial del producto.
A todos se nos ocurren ideas pero el mercado no recompensa las ideas sino la forma de ponerlas en práctica. En algún momento tendremos que convertir nuestra idea en un producto o servicio. Es posible hacerlo uno mismo o conceder licencias de la propiedad intelectual a un tercero. La forma en que se pone en práctica una idea revela su valor.
Antes de invertir tiempo y dinero en una idea, hay que determinar si es viable. A veces, los empresarios e inventores se apasionan tanto por su idea que se les olvida pensar cómo van a conseguir el capital que necesitan para desarrollarla. Es allí cuando fracasan. Antes de seguir adelante con una idea y crear una empresa, hay que plantearse los cinco puntos siguientes.
Cuando alguien afirma que tiene dificultades para obtener financiación para su nueva empresa, ello indica, en general, que no está logrando explicar adecuadamente a los inversores de qué manera rentabilizarán su inversión. Para atraer inversiones es necesario explicar claramente por qué sería conveniente invertir en una empresa y qué va a obtener el inversor a cambio. Es una cuestión de comunicación y credibilidad. Para conseguir capital hay que prometer un rendimiento y tener una trayectoria que respalde tal promesa. No es tarea fácil, pero siempre hay alguien dispuesto a respaldar una gran idea.
La financiación colectiva es una buena forma de obtener la validación del mercado y demostrar que existe una demanda para el producto, lo cual puede incentivar la participación de los inversores. Lo normal es hacer un estudio de mercado antes de lanzar un producto con el fin de preguntar a los clientes potenciales si están dispuestos a comprarlo. Sin embargo, los resultados del estudio no necesariamente se traducen en ventas reales. Con la financiación colectiva, el cliente compra el producto incluso antes de que se fabrique, lo que permite prever las probabilidades de éxito del producto en el momento de su lanzamiento y atraer inversores..
La financiación colectiva es una buena forma de obtener la validación del mercado y demostrar que existe una demanda para el producto, lo cual puede incentivar la participación de los inversores.
Aunque es una forma de conseguir la financiación inicial, no basta para que un negocio funcione. Las campañas de financiación colectiva suponen la preventa del producto y, por ende, implican la responsabilidad de utilizar el dinero recaudado para fabricar el producto y entregarlo al cliente. Los pequeños márgenes que se obtienen con esta estrategia no bastan para sostener una empresa.
Claro que sí; las pequeñas empresas verían con buenos ojos la posibilidad de obtener financiación respaldada por PI. Ello aumentaría de manera considerable el crecimiento de las empresas. Las grandes empresas que poseen marcas consolidadas y un historial de financiación basada en su propiedad intelectual pueden acudir a bancos o grupos de inversores sofisticados y sacar provecho de su propiedad intelectual. Pueden utilizar su propiedad intelectual como activo y contraer préstamos porque saben que esta tiene valor. Esto no sucede actualmente con las empresas emergentes o las pequeñas empresas.
Las pequeñas empresas verían con buenos ojos la posibilidad de obtener financiación respaldada por PI. Ello aumentaría de manera considerable el crecimiento de las empresas.
La propiedad intelectual constituye un incentivo para innovar. Cuando analizamos los riesgos que supone la puesta en marcha de un negocio y la introducción de un nuevo producto en el mercado, resulta evidente que necesitamos algún medio para impedir que los demás copien lo que hemos creado. La exclusión de la PI de la fórmula que los emprendedores utilizan para determinar el rendimiento de la inversión podría distorsionar los resultados a tal punto que no valdría la pena invertir. La propiedad intelectual es el activo subyacente que sirve de base para crear una empresa, invertir nuestro tiempo y capital en crear un negocio, contratar empleados y lanzar nuevos productos y servicios. Sin ese incentivo, correspondería a los gobiernos subvencionar la invención, y sabemos que los gobiernos no son grandes innovadores.
Un gran error es destruir la novedad de una invención antes de buscar su protección. Muchos emprendedores e inventores no comprenden la propiedad intelectual y no pueden utilizar algo que no conocen. Crean un prototipo y lo ponen a la venta. Unos años más tarde, tras reunir algo de capital, intentan patentarlo y descubren que ya no es posible hacerlo. O se precipitan a presentar una solicitud de patente sin hacer una búsqueda del estado de la técnica y gastan mucho dinero solicitando una patente sobre algo que ya existe. Hoy en día, es muy fácil acceder a la información sobre patentes y resulta bastante sencillo averiguar si alguien ya ha pensado en la idea que uno tiene.
La educación es la clave para colmar la laguna de conocimientos en materia de propiedad intelectual. Hoy en día, la mayoría de las universidades ofrecen clases sobre espíritu empresarial, pero pocas profundizan en la propiedad intelectual. Deberíamos incorporar la PI en los planes de estudio de las escuelas secundarias y de nivel medio, porque la PI es enormemente importante y afecta a muchas actividades. La propiedad intelectual es fundamental para la sociedad, pero muchos no la comprenden debidamente. Tenemos que destacar el valor de la PI e incentivar a las personas para que amplíen sus conocimientos en la materia.
La educación es la clave para colmar la laguna de conocimientos en materia de propiedad intelectual.
También tenemos que cambiar la percepción que la sociedad tiene del fracaso. A nadie le gusta fracasar, pero el fracaso es un componente de la invención. Por ejemplo, James Dyson, inventor de la aspiradora sin bolsa, desarrolló 5.127 prototipos, ¿podríamos calificarlos como fracasos? No, porque cada prototipo demostraba que algo era mejor o peor. Si no estás dispuesto a fracasar en el proceso de invención, nunca descubrirás una tecnología revolucionaria. Los grandes innovadores del mundo consideran el fracaso como una experiencia de aprendizaje.
Si no estás dispuesto a fracasar en el proceso de invención, nunca descubrirás una tecnología revolucionaria. Los grandes innovadores del mundo consideran el fracaso como una experiencia de aprendizaje.
Hay que pensar en la propiedad intelectual incluso antes de crear una empresa. Hay que rodearse de personas que lo hayan hecho antes. Hay que rodearse de un equipo que complemente las habilidades que uno tiene. Si eres un inventor visionario, céntrate en la invención y deja que otros la protejan. Si eres es un gran vendedor, pero no un gran desarrollador de productos, busca a personas que puedan hacerlo por ti.
La innovación avanza ahora a un ritmo mucho más rápido que en cualquier otro momento de la historia del mundo. La tecnología es cada vez mejor y cada día aparecen tecnologías aún más novedosas. Los consumidores tenemos una demanda insaciable de algo nuevo y mejor, y eso es lo que alimenta esta tendencia.
Siempre hay formas de mejorar la experiencia del cliente. Durante siete años fui miembro del Comité Consultivo de Patentes de la USPTO y, a lo largo de ese tiempo, la USPTO facilitó el contacto directo entre examinadores y solicitantes. Eso supuso un gran cambio porque la mayoría de los inventores no entienden el procedimiento de solicitud de una patente, ni lo flexible que puede ser el sistema de patentes para los inventores. No entienden que las búsquedas del estado de la técnica están diseñadas para ayudar a los solicitantes a modificar sus reivindicaciones a fin de que puedan obtener protección. La obtención de una patente es un proceso; lo único que se necesita es entender las reglas. Ello reduce las posibilidades de fracaso porque entendemos exactamente lo que hay que hacer. Tenemos que velar por que se comprenda bien el papel de la oficina de patentes. La oficina de patentes fomenta la innovación y quiere conceder patentes, y ofrece un procedimiento extraordinariamente flexible.
Tenemos que velar por que se comprenda bien el papel de la oficina de patentes. La oficina de patentes fomenta la innovación y quiere conceder patentes, y ofrece un procedimiento extraordinariamente flexible.
Sí, sin duda. La ciencia de los materiales y la tecnología 5G van a potenciar el desarrollo de muchos más dispositivos de la Internet de las cosas (IoT) porque las velocidades de procesamiento serán aún más rápidas y los chips mucho más baratos. Todo lo que hagamos estará conectado y será más eficiente. Hay tantas nuevas tecnologías por comercializar gracias a las innovaciones tecnológicas que se están surgiendo.
Observa todo lo que haces en la vida y pregúntate por qué lo hacemos así. Cuando empiezas a decirte que hay una mejor manera de hacer algo, habrás dado el primer paso para encontrarla.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.