Por Leandro Toscano, Óscar Suárez y Alexia Gkoritsa, Centro de Arbitraje y Mediación de la OMPI
La industria de los videojuegos ha crecido rápidamente en los últimos años hasta superar a los sectores del cine y la música en conjunto. En 2022 el valor estimado del mercado mundial de los videojuegos superaba los 200.000 millones de dólares de los Estados Unidos. El mercado mundial de los videojuegos seguirá creciendo a medida que el número de personas que los utilizan para entretenerse vaya aumentando y que la industria se vaya introduciendo en ámbitos nuevos como la realidad virtual y los deportes electrónicos.
Durante la pandemia de COVID-19 la industria de los videojuegos obtuvo mejores resultados que muchos otros sectores económicos. Al haber mucha gente trabajando desde casa, los juegos en línea sirvieron para compensar el aislamiento físico que conllevaba el confinamiento. Durante este tiempo también asistimos a un aumento del número de competiciones de deportes electrónicos.
El aumento de la popularidad de los videojuegos entre los consumidores y los ingresos que generan estos juegos están impulsando el crecimiento de esta industria y la están transformando en un sector económico cada vez más importante dentro de la economía mundial. Pero este crecimiento acelerado conlleva un aumento del riesgo de que se produzcan controversias. La naturaleza compleja y transversal de los videojuegos y la forma en que se crean hacen probable que dichas controversias giren en torno a los derechos de propiedad intelectual (PI) y los contratos comerciales. ¿Qué pueden hacer las partes interesadas cuando surgen tales controversias? ¿Pueden los servicios de mediación o arbitraje como los que ofrece la OMPI ayudarles a evitar litigios judiciales largos y costosos relativos a cuestiones complejas relacionadas con la PI y la tecnología?
La naturaleza global de los videojuegos y los deportes electrónicos, que se pueden practicar y retransmitir a escala internacional y en los que pueden participar partes interesadas de varios países, provoca que las controversias presenten inevitablemente cuestiones transfronterizas. Por esta razón es importante que todas las partes interesadas, incluidos los productores de videojuegos, los editores y los organizadores de deportes electrónicos, entre otros, establezcan desde el principio acuerdos eficaces que permitan solucionar cualquier controversia que se produzca, especialmente si están en riesgo los derechos de PI, que son activos fundamentales en este sector.
Mecanismos como la mediación, el arbitraje y la decisión de experto han ido ganando terreno como alternativas a los procedimientos judiciales en las controversias comerciales y de PI.
Mecanismos como la mediación, el arbitraje y la decisión de experto han ido ganando terreno como alternativas a los procedimientos judiciales en las controversias comerciales y de PI. La eficacia de estos mecanismos ha quedado demostrada en ámbitos que van desde las marcas (dibujos y modelos y marcas de productos) y la tecnología (patentes) hasta las industrias creativas (derecho de autor y derechos conexos). Estos mecanismos también pueden ayudar a las partes interesadas de los sectores de los videojuegos y los deportes electrónicos a solucionar las controversias en que se vean inmersos.
El sector de los videojuegos se encuentra a caballo entre el mundo virtual y el real, y congrega a diversas partes interesadas. Los videojuegos también abarcan distintos componentes protegidos por PI (por ejemplo los elementos gráficos y sonoros, la jugabilidad, el software, etcétera). Esta complejidad es un terreno abonado para las controversias. Del mismo modo, la naturaleza dual de los deportes electrónicos, en cuanto que competiciones organizadas y formas de entretenimiento dentro de la industria de los videojuegos, hace que sean propensos a las controversias.
La naturaleza especializada de estas controversias implica que acudir a los tribunales puede no ser la mejor manera de solucionarlas. Por lo general se trata de controversias que implican una combinación de elementos tangibles o físicos (como consolas de juego físicas, periféricos y productos para la venta) y aspectos intangibles o jurídicos y de tecnologías de la información (como derechos de PI, interacciones en línea y economías virtuales), exigen un procedimiento rápido y pueden plantear cuestiones de conflicto de leyes y litigios en distintas jurisdicciones. Por el contrario, los métodos alternativos de solución de controversias, como el arbitraje o la mediación, pueden ofrecer soluciones más adaptadas y eficaces para hacer frente a la combinación única de elementos convencionales y jurídicos característica de las controversias que surgen en los sectores de los videojuegos y los deportes electrónicos.
Además, las controversias relacionadas con los videojuegos suelen ser de carácter internacional. Las grandes competiciones de videojuegos atraen a jugadores y espectadores de todo el mundo. Por ello, los organizadores de estos eventos necesitan soluciones que funcionen en varias jurisdicciones. Aquí es donde entran en juego los mecanismos alternativos de solución de controversias, como la mediación y el arbitraje. Cuando las decisiones judiciales sobre determinadas cuestiones jurídicas, especialmente en relación con la PI, pueden variar de una jurisdicción a otra, la mediación y el arbitraje ofrecen una forma eficaz para mantener la coherencia de los resultados jurídicos.
Durante años el Centro de Arbitraje y Mediación de la OMPI (el Centro de la OMPI), que es uno de los principales proveedores de servicios de solución alternativa de controversias, ha tramitado casos relacionados con los videojuegos y los deportes electrónicos. Dichas controversias suelen versar sobre las siguientes cuestiones relacionadas con la PI:
Las partes interesadas también pueden verse implicadas en controversias comerciales más habituales, por ejemplo controversias contractuales relacionadas con la concesión de derechos de retransmisión en medios de comunicación y streaming, publicidad engañosa o falsa, venta de entradas para torneos de deportes electrónicos, comercialización de torneos de deportes electrónicos y eventos conexos, pago de honorarios de los organizadores de torneos, regalías, competencia desleal y defensa de la competencia, entre otras.
La organización eficaz de una competición de videojuegos o de deportes electrónicos depende de una gran variedad de actores, entre los que se incluyen los siguientes: asociaciones de videojuegos y de deportes electrónicos, editores, desarrolladores y distribuidores de videojuegos, así como organizadores de torneos de deportes electrónicos, jugadores y equipos; aficionados; creadores de contenidos, plataformas sociales y de streaming en línea, minoristas; proveedores de servicios, por ejemplo empresas de producción, empresas de gestión de eventos, proveedores de servicios de red e Internet, proveedores de equipos y hardware, soporte técnico y de TI; desarrolladores de software; patrocinadores y proveedores de telecomunicaciones.
En muchos casos las controversias surgen entre varias partes cuyo poder de negociación es desigual, lo que corrobora la necesidad de adaptar los procedimientos de solución de controversias, ya que pueden ayudar a mitigar los desequilibrios que puedan existir en cuanto al poder de negociación.
El arbitraje, la mediación, el arbitraje acelerado y la decisión de experto son mecanismos alternativos de solución de controversias muy utilizados. Según la experiencia del Centro de la OMPI, en todos los casos las partes acuerdan recurrir a los servicios de un tercero neutral que las ayude a solucionar su controversia. En algunos casos las partes optan por el arbitraje, que da lugar a una decisión vinculante y definitiva dictada por un árbitro independiente. En otros casos prefieren la mediación, en la que un tercero neutral las ayuda a llegar a un acuerdo con la fuerza vinculante de un contrato.
El arbitraje, la mediación, el arbitraje acelerado y la decisión de experto son mecanismos alternativos de solución de controversias muy utilizados.
En ocasiones las partes optan por una combinación de procedimientos de mediación y arbitraje. Cuando las cuestiones técnicas son objeto de controversia (por ejemplo, la valoración de activos intangibles), las partes pueden recurrir a la decisión de experto, que les permite someter una cuestión técnica específica a uno o más expertos para que adopten una decisión al respecto. La decisión de experto es vinculante, a menos que las partes acuerden lo contrario.
Existen varias razones por las que el arbitraje y la mediación son una buena opción para las partes inmersas en controversias en el sector de los videojuegos y los deportes electrónicos, a saber:
El arbitraje y la mediación ofrecen un foro neutral para la solución de controversias. Estos servicios pueden prevenir que una de las partes inicie un procedimiento judicial en los tribunales de su país, lo que obligaría a las otras partes a defender su posición ante un tribunal extranjero que se rige por un sistema jurídico y unas normas de procedimiento diferentes, y ante un juez que posiblemente hable un idioma distinto al suyo. En cambio, en el arbitraje y la mediación cada parte participa en pie de igualdad en el proceso de selección de los árbitros, los mediadores o los expertos, quienes están obligados a mantenerse independientes e imparciales y pueden tener una nacionalidad distinta a la de las partes, si así lo acuerdan estas.
En los procedimientos de arbitraje y mediación las partes pueden optar por un tercero neutral con mucha experiencia en el ámbito objeto de la controversia. Esto supone una ventaja en especial en las controversias en materia de videojuegos y deportes electrónicos, que pueden girar en torno a cuestiones técnicas complejas. Los intermediarios neutrales experimentados suelen emitir decisiones fundamentadas más rápidamente.
A diferencia de los procedimientos judiciales, los procedimientos de arbitraje y mediación pueden ser más informales y adaptarse a las necesidades específicas de las partes en litigio. El carácter privado y consensual de los procedimientos ofrece a las partes más control sobre el proceso y su evolución. Las partes pueden decidir el idioma, la legislación aplicable, dónde y cómo (incluso en formato virtual) se desarrollará el procedimiento. Si las controversias son sencillas y el tiempo apremia, las partes pueden optar por un procedimiento acelerado.
El arbitraje y la mediación pueden reducir el tiempo (y el dinero) necesarios para solucionar una controversia. La posibilidad de elegir a un intermediario neutral con conocimientos técnicos específicos y de optar por un procedimiento simplificado supone que las partes pueden resolver sus diferencias de forma rápida y eficaz en función de los costos, y continuar con su cometido principal.
A menos que las partes acuerden lo contrario, el arbitraje y la mediación son privados y confidenciales en lo que respecta a las revelaciones realizadas durante el procedimiento, al laudo resultante, al acuerdo o a la decisión de experto y, más aún, a la propia celebración del procedimiento. Esta característica importante alivia cualquier temor de las partes a la publicidad negativa o a los efectos secundarios que se puedan derivar de la controversia.
El arbitraje y la mediación permiten a las partes ponerse de acuerdo en utilizar un procedimiento único a fin de solucionar una controversia que afecte a varias jurisdicciones, como sucede en el caso de una controversia relativa a PI protegida en varios países. De este modo las partes evitan los gastos y la complejidad que conllevan los litigios en distintas jurisdicciones, así como el riesgo de que se obtengan resultados incoherentes. Esto reviste interés particular para las partes inmersas en controversias en materia de videojuegos y deportes electrónicos, que a menudo presentan vínculos con más de una jurisdicción.
Los procedimientos de arbitraje y mediación están concebidos para que las partes encuentren una solución amistosa a su controversia. Más del 70% de los procedimientos de mediación administrados por el Centro de la OMPI dan lugar a un acuerdo. Del mismo modo, muchos casos de arbitraje se resuelven antes de que se dicte una decisión definitiva; así ha ocurrido en aproximadamente el 30% de los casos de arbitraje tramitados por el Centro de la OMPI.
El arbitraje suele concluir con un acuerdo o una decisión en forma de laudo arbitral o decisión de experto. Por lo general, los laudos arbitrales son definitivos y vinculantes. Los laudos arbitrales internacionales, una vez emitidos, son ejecutables a escala internacional con arreglo a la Convención de Nueva York (1958), que reconoce que los laudos arbitrales internacionales son equiparables a las sentencias de los tribunales nacionales sin revisión en cuanto al fondo. De este modo es mucho más fácil garantizar el cumplimiento transfronterizo de los laudos.
La OMPI viene colaborando muy estrechamente con las partes interesadas de la industria de los videojuegos, incluidos los estudios de desarrollo (grandes y pequeños), los editores y los distribuidores, para promover la innovación y proteger los derechos de PI en este sector. Esta colaboración contribuye al crecimiento y al desarrollo de la industria, al tiempo que fomenta la creatividad y previene las infracciones.
Un ejemplo de esta colaboración es el estudio elaborado recientemente por la OMPI y titulado Infracción del derecho de autor en el sector de los videojuegos, en el que se señalan, entre otras cosas, las tendencias futuras, las prácticas emergentes y las estrategias de observancia para los desarrolladores de videojuegos. Del mismo modo, el proyecto interregional titulado Level UP your IP: A Videogame Developer’s Quest, dirigido por la OMPI, tiene por objeto ayudar a los pequeños desarrolladores de videojuegos a utilizar eficazmente el sistema de PI para crear nuevas oportunidades de negocio y favorecer el crecimiento empresarial.
Los servicios de solución alternativa de controversias que ofrece el Centro de la OMPI para la industria de los videojuegos son un ejemplo más de la ayuda que presta la Organización a las empresas y particulares para hacer frente a los desafíos propios de la pujante industria de los videojuegos.
Las opciones que ofrece la OMPI para la solución de controversias tienen las ventajas mencionadas anteriormente. La neutralidad internacional del Centro de la OMPI atrae a partes procedentes de todas las regiones. Las partes tienen acceso a la lista internacional de expertos del Centro de la OMPI, en la que figuran intermediarios neutrales de todo el mundo que combinan conocimientos especializados en materia jurídica, empresarial o técnica sobre los videojuegos y los deportes electrónicos. Esta lista es abierta, lo que significa que las partes también pueden seleccionar expertos que no figuren en la lista, si así lo desean.
Controversia por infracción del derecho de autor entre una empresa norteamericana y una asiática. Ambas partes se dedicaban al desarrollo y publicación de videojuegos. Los procedimientos estaban pendientes ante los tribunales nacionales y las partes acordaron someter su controversia a la mediación de la OMPI.
Controversia entre una empresa asiática de videojuegos y un desarrollador europeo relacionada con la infracción del derecho de autor, el pago de regalías y el bloqueo del streaming no autorizado de competiciones de deportes electrónicos.
Controversia entre un desarrollador de videojuegos asiático y una multinacional tecnológica norteamericana, relativa a la infracción del derecho de autor por el argumento de un videojuego.
Controversia entre una empresa de videojuegos y entretenimiento en línea y una empresa de juegos en línea. La parte demandante acusó a la demandada de publicitar activamente y facilitar la descarga de una copia no autorizada de un videojuego de la parte demandante.
Controversia por infracción del derecho de autor sobre un videojuego en línea entre una empresa europea productora y editora de videojuegos y otra empresa.
Controversia relacionada con el uso no autorizado de TI en el contexto de la industria de los videojuegos entre una empresa europea de desarrollo de videojuegos y una empresa asiática.
Controversia entre una empresa europea de desarrollo de software y una cadena minorista europea, relativa a si la parte solicitante debe obtener una licencia de marca para utilizar un logotipo dentro de un videojuego.
En los procedimientos alternativos de solución de controversias de la OMPI, en particular en la mediación, las partes consiguen con frecuencia llegar a un acuerdo.
Los videojuegos son una de las formas de entretenimiento digital que más rápido están creciendo. La complejidad de las transacciones y las relaciones contractuales, así como la gran variedad de posibles partes interesadas (por lo general procedentes de distintas jurisdicciones) crean un terreno abonado para las controversias. Ya en la actualidad las controversias se refieren a ámbitos muy diversos como la PI, la tecnología y aspectos empresariales y comerciales. A medida que el mercado siga creciendo es posible que aumenten también los importes de las controversias y los acuerdos.
Es fundamental disponer de mecanismos eficaces desde las primeras etapas para solucionar las controversias antes de que se agraven. Como ya se señaló, el arbitraje y la mediación ofrecen una alternativa rápida y eficaz en función de los costos a los procedimientos judiciales, lo que permite a las partes evitar procedimientos judiciales largos y costosos y centrarse en avanzar en su cometido principal. De hecho, el Centro de la OMPI ya está observando un aumento en el uso de sus servicios para solucionar controversias en materia de videojuegos y deportes electrónicos.
Las opciones alternativas de solución de controversias son flexibles y se pueden adaptar a las necesidades específicas de los sectores de los videojuegos y los deportes electrónicos. Todas las partes pueden aprovechar estas ventajas para potenciar e impulsar sus procesos de creatividad e innovación y contribuir al crecimiento y la expansión de la industria de los videojuegos y los deportes electrónicos.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.