Por Alexander Cuntz, Alessio Muscarnera, Prince C. Oguguo y Matthias Sahli, Departamento de Economía y Análisis de datos, OMPI
La cinematografía es una aventura de alto riesgo. Debido a que la realización de películas puede resultar muy cara, conseguir financiación suele ser una parte fundamental de cualquier proyecto cinematográfico. Sin embargo, puesto que cada nueva película es un proyecto creativo único, hay pocas garantías de que vaya a encontrar un público interesado, logre el éxito comercial o incluso alcance el umbral de rentabilidad. Desde la perspectiva del financiador, esto hace que los proyectos cinematográficos sean difíciles de evaluar. Y para los cineastas, convierte la financiación de un proyecto cinematográfico en un gran reto.
Debido a que la realización de películas puede resultar muy cara, conseguir financiación suele ser una parte fundamental de cualquier proyecto cinematográfico.
En un nuevo estudio de la OMPI se desentrañan las prácticas habituales que utilizan los cineastas con el fin de obtener financiación para la producción y distribución de películas en los Estados Unidos. Siendo la mayor industria cinematográfica del mundo por volumen de ingresos (Statista 2023), a la industria cinematográfica estadounidense le ha ido muy bien a la hora de producir y distribuir algunas de las películas más caras de todos los tiempos. Aquí cabe citar éxitos de taquilla como Barbie, de 2023, que costó unos 145 millones de dólares de los EE.UU. (Collider 2023). Los cineastas de los Estados Unidos también se benefician de un sistema financiero muy desarrollado que les permite utilizar su propiedad intelectual (PI) y otros activos intangibles como garantía para obtener préstamos con los que poder sacar adelante sus proyectos. Esto reviste especial importancia, ya que los proyectos cinematográficos suelen contar con muy pocos activos tangibles que puedan utilizarse como garantía para los préstamos, y muchos cineastas no disponen de fondos personales suficientes para financiar una película por sí mismos.
Los cineastas de los Estados Unidos […] se benefician de un sistema financiero muy desarrollado que les permite utilizar su PI y otros activos intangibles como garantía para obtener préstamos con los que poder sacar adelante sus proyectos.
Existen diversas formas de financiar una película, como la financiación mediante deuda, la inversión en capital, las donaciones, la financiación participativa y las asociaciones con estudios o productoras. El estudio de la OMPI se centra en la financiación mediante deuda e identifica a los principales implicados y sus motivaciones económicas. Se muestra cómo se gestiona y mitiga satisfactoriamente el riesgo en torno a la financiación de películas, y se destaca el importante papel que desempeña la financiación respaldada mediante propiedad intelectual en este sector en rápida evolución. El informe concluye con importantes recomendaciones para los encargados de la formulación de políticas.
Los productores, los distribuidores y los financiadores son los principales implicados en la financiación de películas en los Estados Unidos. Los productores buscan un guión y reúnen y gestionan los recursos para garantizar que la película se termine en plazo y con arreglo al guión, mientras que los distribuidores adquieren los derechos para exhibir la película en las salas de cine y en otros lugares.
Los productores, los distribuidores y los financiadores son los principales implicados en la financiación de películas en los Estados Unidos.
La producción y distribución de películas en los Estados Unidos han estado dominadas tradicionalmente por empresas integradas verticalmente denominadas estudios. Los grandes estudios (majors) son Disney/Fox, Paramount, Sony, Universal y Warner Bros, mientras que MGM, Lions Gate y DreamWorks se denominan a veces "mini-majors" (independientes). En la actualidad, los servicios independientes de transmisión en continuo como Netflix, Apple, Amazon y Hulu y los servicios de transmisión en continuo propiedad de los estudios como Disney+, Paramount+ o Peacock desempeñan un papel cada vez más importante en la producción cinematográfica.
Por último, las instituciones financieras proporcionan financiación, normalmente en forma de préstamos, a los productores cinematográficos. La mayor parte de la financiación externa en el cine procede de bancos comerciales con filiales especializadas en la financiación cinematográfica, a menudo ubicadas en Los Ángeles (Estados Unidos) o Londres (Reino Unido).
Gran parte de la financiación de las películas de gran presupuesto se basa en la deuda. Los productores independientes y las productoras más pequeñas suelen tratar de financiar las películas de una en una. Esto se conoce como financiación de proyectos. Este tipo de financiación puede proceder directamente de un estudio asociado o de un banco comercial con la garantía de un distribuidor o de un estudio asociado.
Gran parte de la financiación de las películas de gran presupuesto se basa en la deuda.
El tipo de acuerdos de deuda que un productor puede obtener depende de la fase de producción de la película, así como de las garantías que el productor pueda ofrecer a un financiador de terceros de confianza. Sin embargo, las plataformas de transmisión en continuo, los estudios y las productoras más grandes suelen recurrir a la financiación corporativa y a líneas de crédito más amplias para financiar un conjunto de películas a la vez. Esto conlleva a menudo el uso de instrumentos financieros complejos y estructurados que les permiten recurrir a una combinación de deuda y capital, minimizando así su propia exposición al riesgo.
La investigación de la OMPI muestra que en la industria cinematográfica de los Estados Unidos, donde los activos tangibles son particularmente escasos, los intangibles, incluida la propiedad intelectual, se han utilizado profusamente como garantía. En efecto, desde 2008, alrededor del 35% de los préstamos en la industria incluyen algún tipo de intangible como garantía, según los últimos datos de los registros de transparencia crediticia de los Estados Unidos.
Desde 2008, alrededor del 35% de los préstamos en la industria incluyen algún tipo de intangible como garantía.
Según nuevos datos de la Oficina de Derecho de Autor de los Estados Unidos, en los últimos 40 años, cada título de película registrado fue objeto de entre cuatro y seis inscripciones de garantías reales, y el número total de tales inscripciones por año osciló entre 5.000 y 20.000. Esto da una idea del número de acuerdos de financiación de películas respaldados por los derechos de autor de la película.
Existen datos que muestran que los productores cinematográficos independientes y otras pymes utilizan los préstamos respaldados por intangibles en mayor medida que los grandes productores, y que los intangibles representan una mayor parte de las garantías que utilizan las pymes. La financiación respaldada por activos intangibles es especialmente importante para los pequeños productores que buscan acceso a financiación, ya que suelen tener menos activos tangibles para ofrecer como garantía en comparación con los grandes estudios o productoras.
Existen datos que muestran que los productores cinematográficos independientes y otras pymes utilizan los préstamos respaldados por intangibles en mayor medida que los grandes productores.
Como se ha señalado anteriormente, los integrantes de la industria cinematográfica han desarrollado una serie de estrategias para gestionar el riesgo. Mientras que algunas de estas estrategias consisten en compartir la carga del riesgo, otras se limitan sencillamente a aislar un riesgo o a transferirlo de una parte a otra.
La coproducción y la sindicación de préstamos son dos importantes estrategias de distribución del riesgo que se utilizan en la financiación cinematográfica. Las coproducciones ayudan a los productores a gestionar el riesgo al compartir los costos de producción y comercialización con otros productores. En el caso de los préstamos de mayor cuantía, varios financiadores pueden poner en común su capital para financiar el préstamo. Cuando los préstamos se sindican de este modo, el riesgo de cada prestamista se limita a la parte del préstamo que aporta.
La coproducción y la sindicación de préstamos son dos importantes estrategias de distribución del riesgo que se utilizan en la financiación cinematográfica.
A menudo, el riesgo se transfiere a partes que están en mejores condiciones de asumirlo, asegurarlo o garantizarlo. En los denominados "acuerdos de entrega del negativo", los productores y los distribuidores de películas firman un acuerdo de preventa por el que el distribuidor se compromete a pagar una cantidad mínima por la película si se produce. De este modo, los distribuidores se aseguran un suministro constante de películas al tiempo que hacen recaer directamente sobre el productor los riesgos asociados a la producción. A su vez, estos distribuidores aceptan los riesgos derivados de la explotación de la película. Mientras tanto, las compañías de seguros o las agencias especializadas denominadas "garantes de finalización" también pueden asegurar o garantizar algún aspecto de la producción de la película a cambio de una comisión, asumiendo así parte del riesgo de la producción.
Por último, a menudo se utilizan vehículos financieros con fines especiales para aislar el riesgo de la financiación de películas en los balances de las empresas. Los vehículos con fines especiales son entidades jurídicas independientes que se crean principalmente para aislar la deuda y el riesgo de ingresos de la película (o del conjunto de películas) del asociado a las demás operaciones del productor.
La entrada de plataformas de transmisión en continuo en el mundo del cine ha aumentado la competencia por la distribución de contenidos. A corto plazo, esto significa que los productores independientes ganan más dinero con cada película. Sin embargo, la tendencia de las plataformas de transmisión en continuo a adquirir la totalidad de los derechos de una película supone la renuncia de los productores a cualquier pago futuro en concepto de derechos, por lo que, a largo plazo, ganan menos dinero. Del mismo modo, dado que los costos de producción de las películas siguen aumentando, en lugar de explorar contenidos verdaderamente originales, los estudios, los servicios de transmisión en continuo y otros distribuidores prefieren cada vez más explotar la propiedad intelectual existente con una audiencia consolidada.
La tendencia de las plataformas de transmisión en continuo a adquirir la totalidad de los derechos de una película supone la renuncia de los productores a cualquier pago futuro en concepto de derechos, por lo que, a largo plazo, ganan menos dinero.
En general, el aumento de la competencia, unido al reciente endurecimiento de los mercados de capitales, donde el capital barato para las plataformas de transmisión en continuo ha llegado prácticamente a su fin, apuntan a que el crecimiento de estas plataformas puede haber tocado techo. Por otro lado, a pesar del creciente uso de técnicas de análisis de datos en la industria para gestionar las operaciones internas, todavía no se han materializado plenamente las posibilidades que brinda disponer de mejor información y de fácil acceso para reducir el costo de las operaciones financieras en el sector. Esto se debe a que, si bien se dispone públicamente de algunos datos cruciales en los registros de transparencia crediticia y en los sistemas de registro de derechos de autor de los Estados Unidos, hay otros datos de interés que suelen ser propiedad de los productores y las plataformas de distribución, que guardan celosamente.
De cara al futuro, nuestro estudio sugiere lo siguiente:
En conclusión, la industria cinematográfica estadounidense ha desarrollado unos mecanismos muy elaborados para aprovechar diversos activos, incluida la propiedad intelectual, con el fin de apoyar la creación de películas de gran presupuesto, gestionando al mismo tiempo los elevados riesgos asociados. En el futuro, la OMPI realizará nuevos estudios sobre la financiación cinematográfica en otras jurisdicciones, como parte de una serie destinada a difundir las mejores prácticas de las industrias cinematográficas y la financiación respaldada por la propiedad intelectual en otros sectores creativos de todo el mundo.
En el sitio web oficial de la OMPI puede consultarse material adicional sobre la financiación cinematográfica y el derecho de autor elaborado por la OMPI.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.