Por Anna Sinkevich, División de Conocimientos Tradicionales, OMPI
Shannon Monk, mujer indígena (micmac / anishininew) del Canadá, posee una vasta experiencia de trabajo con comunidades de las Primeras Naciones, principalmente en el ámbito de la educación cultural y la gobernanza. Actualmente trabaja en la ejecución de la estrategia de turismo cultural de los micmac de Nueva Escocia. Monk cree que el turismo cultural brinda una oportunidad natural a los pueblos indígenas del Canadá para reivindicar su patrimonio cultural. Los micmac están en proceso de recuperar y redefinir su identidad cultural y para ello están utilizando la propiedad intelectual.
Los micmac son el pueblo originario de Mi'kma'ki, la tierra de los micmac. Sus tierras tradicionales se extienden desde las provincias de Nueva Escocia, Isla del Príncipe Eduardo y Nuevo Brunswick hasta Terranova y Labrador. El territorio Mi'kma'ki se extiende también por algunas zonas de Quebec y a lo largo de la costa oriental de los Estados Unidos. Siempre empiezo explicando esto porque los límites de las tierras que pertenecen a tantos pueblos indígenas del Canadá y de todo el mundo se han visto afectados por su pasado colonial. Los territorios tradicionales de nuestros hermanos y hermanas se extienden más allá de las fronteras impuestas por la colonización.
Los micmac están muy orientados a la comunidad y son conocidos por su carácter afectuoso, cordial y acogedor. En el siglo XVIII, los micmac firmaron varios tratados de paz y amistad con quienes habían inmigrado a estas tierras. Esos tratados se basaban en el concepto de compartir la tierra y los recursos en paz y amistad.
A lo largo de los últimos 20 años, se ha producido un importante giro hacia el apoyo al desarrollo económico y la autosuficiencia del pueblo micmac.
Sin embargo, la promulgación de la Ley sobre los indígenas de 1876 privó a los pueblos indígenas del acceso a sus tierras y las Primeras Naciones fueron recluidas en reservas. Así comenzó un sistema de opresión más moderno que arrebató a nuestros pueblos sus derechos, el acceso a sus tierras y su modo de vida tradicional. Durante muchos años, en la época colonial, la práctica de nuestra lengua y nuestras tradiciones culturales era ilegal. Muchas de nuestras comunidades se han visto desfavorecidas social y económicamente durante más de 150 años de dominio colonial.
Afortunadamente, a lo largo de los últimos 20 años, se ha producido un importante giro hacia el apoyo al desarrollo económico y la autosuficiencia del pueblo micmac. A pesar de las numerosas dificultades a las que nos enfrentamos, mucha gente sigue hablando nuestra lengua, y los que viven en tierra firme siguen cazando, pescando y recolectando ingredientes naturales para la medicina tradicional. Aquí seguimos y seguimos vivos. Pero es una lucha. Muchas comunidades micmac todavía están en proceso de recuperar su cultura.
El debate sobre el turismo cultural comenzó hace unos 20 años. Ha tenido sus altibajos. En 2016, la Asamblea de Jefes Micmac de Nueva Escocia apoyó la creación de una estrategia de turismo cultural, lo que supuso un verdadero impulso. La estrategia se adoptó en 2019, y a mí me contrataron en 2020 para avanzar en su desarrollo y ejecución.
La estrategia es importante porque la provincia de Nueva Escocia basa su sostenibilidad económica y su éxito casi por completo en el turismo. El turismo es nuestro principal motor económico. Personas de todo el mundo visitan Nueva Escocia; es un lugar realmente hermoso con un excelente acceso a la naturaleza, la vida silvestre y las playas. Probablemente, una de las razones más importantes por las que la gente viene aquí es porque se siente segura entre gente amable y acogedora.
Redefinir lo que significa ser "auténticamente" micmac es fundamental para recuperar nuestra cultura.
Hace cinco siglos, en lugar de hacer la guerra, los micmac acogían a los recién llegados a su país, ofreciéndoles paz, amistad y hospitalidad, sin obtener mucho a cambio. De hecho, nuestras comunidades sufrieron el yugo de leyes opresivas. Tras superar esos tiempos oscuros, ahora podemos ser nosotros mismos. Esta es una parte importante de la recuperación de nuestro patrimonio cultural. De nuevo, a nuestra manera ancestral, volvemos a dar la bienvenida al mundo a nuestro territorio. La diferencia es que ahora estamos sacando a la luz quién es nuestro pueblo y nos estamos asegurando de que nuestras comunidades disfruten de los beneficios económicos del turismo cultural.
La estrategia de turismo cultural se basa en cuatro pilares: primero, el desarrollo de la gobernanza y el liderazgo; segundo, la autenticidad; tercero, el desarrollo de productos; y cuarto, el marketing. La autenticidad es el eje central de la estrategia. También es importante educar a nuestras comunidades sobre el turismo y concienciarlas sobre las posibilidades que les puede ofrecer. Al hablar con nuestro pueblo sobre el turismo cultural, a menudo nos dicen: "Bueno, ese no soy yo. Solo soy un artesano. Solo soy un artista. Solo recolecto medicinas". Siempre hay un calificativo: "Yo solo soy esto o aquello". No ven necesariamente su conexión como persona micmac con el turismo cultural o la oportunidad que les brinda de representar a la Nación Micmac. Por eso son tan importantes estos pilares: para asegurarnos de que procedemos con un enfoque basado en la nación que haga hincapié en nuestra auténtica cultura y fomente la participación equitativa en la economía del turismo.
El primer valor es la autenticidad. Debido a la gran erosión cultural que se ha producido a lo largo de los siglos, redefinir lo que significa ser "auténticamente" micmac es una parte fundamental de la recuperación de nuestra cultura. Y ese proceso también incluye cómo abordamos la apropiación cultural, cómo establecemos los límites entre lo que es auténticamente micmac y lo que no lo es, y cómo tratamos a las personas que no son auténticamente micmac pero que pueden estar utilizando imágenes, símbolos y otras expresiones culturales micmac.
Nuestros petroglifos que se encuentran en diferentes lugares sagrados de nuestra tierra, nuestra danza koju'a, el instrumento musical ji'kmaqn y nuestro juego waltes son ejemplos de lo que es sin lugar a dudas "auténticamente" micmac.
El turismo cultural aporta beneficios económicos. Es una forma de ganarse la vida de forma sostenible. Pero para nosotros también es una oportunidad para reivindicar nuestra cultura, reconstruir nuestra identidad y confianza, y establecer comunidades más fuertes de personas motivadas y entusiasmadas por conocer su cultura, sus tradiciones y su lengua. En este proceso, también queremos rendir homenaje a los artesanos de nuestras comunidades y promover su trabajo. Por ejemplo, una de nuestras comunidades de Eskasoni ha creado los Viajes Culturales, una experiencia cultural de inmersión con senderos que recorren un poblado cultural. Los visitantes pueden caminar por el sendero y visitar diferentes estaciones donde pueden descubrir la historia micmac, escuchar canciones tradicionales, tocar el tambor y bailar, y probar la comida tradicional.
El turismo cultural [...] es una oportunidad para reivindicar nuestra cultura, reconstruir nuestra identidad y nuestra confianza...
Con esta labor pretendemos que los micmac se identifiquen y controlen más sus historias, sus productos y sus servicios. Cuando llegas al Canadá, en la mayoría de los aeropuertos puedes ver muchas baratijas adornadas con plumas y abalorios. Parecen hechas por indígenas, pero no son auténticas y son una mala representación de las de verdad. Parte de nuestro objetivo es hacer frente a esa apropiación cultural y garantizar que nuestras comunidades tengan un mayor control sobre nuestras expresiones culturales y se beneficien económicamente de ellas. Queremos ocuparnos de cómo se explotan nuestros productos culturales y, al mismo tiempo, garantizar que los consumidores puedan comprar los "auténticos".
Desde el punto de vista de la gobernanza, también nos gustaría que se creara un Departamento de Turismo Cultural dirigido por el pueblo micmac.
Nuestro objetivo es crear un logotipo que la gente reconozca y en el que confíe, con la seguridad de que el producto o servicio que compra es auténticamente micmac. El logotipo y la marca los utilizarán exclusivamente los miembros de la Nación Micmac. Estos importantes activos se protegerán como marca comercial ordinaria y como marca oficial de los Micmac de Nueva Escocia bajo la dirección y el auspicio de nuestros Jefes. Presentamos nuestra solicitud de marca con la ayuda de un abogado que nos ofreció gratuitamente la Asociación Internacional de Marcas (INTA) como parte del Programa de la OMPI de formación, mentoría y establecimiento de contactos en materia de propiedad intelectual para emprendedoras de Pueblos Indígenas y comunidades locales, en el que participé en 2021.
A la hora de desarrollar nuestra marca y su logotipo, en lugar de contratar a un diseñador gráfico cualquiera, para nosotros era importante acudir a la comunidad. Teníamos que sentar unas bases de autenticidad desde el principio. Cuando digo "nosotros", quiero decir con el apoyo de los Jefes y los miembros de la comunidad, porque nuestro protocolo exige que siempre acudamos a nuestros líderes y comunidades para obtener su aprobación.
Nuestro objetivo es crear un logotipo que la gente reconozca y en el que confíe, con la seguridad de que el producto o servicio que compra es auténticamente micmac.
Para poner en marcha el proceso, publicamos un anuncio en nuestras comunidades invitándolas a presentar propuestas para un nuevo logotipo. Recibimos propuestas de diez artistas. Los Jefes seleccionaron a dos, un hombre y una mujer, a fin de representar el equilibrio de género, algo importante en la cultura micmac. Los Jefes también querían asegurarse de que hubiera representación geográfica, con alguien del Norte (la isla de Cabo Bretón) y del Sur (el continente), para que todas las comunidades estuvieran representadas. Los artistas seleccionados, Loretta Gould y Alan Syliboy, empezaron a colaborar en varios diseños. También incorporamos a nuestro diseñador gráfico micmac para que trabajara con ellos y se asegurara de que el logotipo cumplía los requisitos y parámetros de la marca, respetando al mismo tiempo la integridad de su trabajo.
Todo el proceso, que duró unos seis meses, fue bastante intenso porque las distintas partes, es decir, los artistas, el diseñador gráfico, los Jefes y la comunidad, tenían ideas diferentes sobre el aspecto que debía tener el logotipo. No obstante, tras muchas idas y venidas, llegamos a un diseño con el que todo el mundo estaba de acuerdo. Queríamos tomarnos nuestro tiempo para hacerlo bien porque sabíamos desde el principio que nuestra marca iba a ser internacional y queríamos que nuestro pueblo se sintiera orgulloso de ella.
Garantizar que todo el mundo sintiera que tenía la oportunidad de participar en el proceso -y dentro de un plazo razonable- fue un gran reto. Pero era esencial, dado que nuestro objetivo es crear una marca que evoque un sentimiento de comunidad, autenticidad y acogida; una marca que inspire a los miembros de la comunidad a convertirse en embajadores culturales de la Nación Micmac. La tarea va mucho más allá de marcar una casilla y crear un número determinado de negocios. No cabe duda de que existía una tensión entre la necesidad de garantizar la "aceptación" de la comunidad, por un lado, y la de conseguirlo en el plazo previsto por nuestros financiadores, por otro. Cuando las prioridades de los financiadores y del gobierno no coinciden con las de las comunidades micmac, las cosas pueden complicarse un poco. Pero todos trabajaron realmente bien codo con codo para lograr nuestro objetivo.
La sensibilización sobre la PI en las comunidades micmac es un proceso educativo continuo. Los líderes de la comunidad suelen estar familiarizados con los derechos de PI, pero en general, la gente de la comunidad no habla realmente de la PI ni ve que tenga que ver con su vida cotidiana. En los últimos dos años y medio, hemos enfocado la PI desde el punto de vista del valor de la "autenticidad". Lleva tiempo crear conciencia y entender estas cuestiones dentro de la comunidad.
La sensibilización sobre la PI en las comunidades micmac es un proceso educativo continuo.
Uno de los mayores problemas ha sido cómo gestionar la PI colectiva frente a la individual. Sabemos que no disponemos de mecanismos eficaces de PI que amparen los derechos colectivos. La principal preocupación que escuchamos en nuestras comunidades es que hay personas que no pertenecen al pueblo micmac que toman elementos de la cultura micmac para crear productos y venderlos. El origen del problema es que no tenemos ninguna forma legal de decir: "¡Eh, no deberíais hacer eso!".
Cuando finalicemos el registro de la marca, las comunidades micmac estarán en mejores condiciones de vender estos bienes culturales a un mercado más amplio y de extender su red de apoyo. Naturalmente, estas oportunidades también deben sopesarse teniendo en cuenta la responsabilidad que los miembros de la comunidad tienen hacia la Nación Micmac. Entre estas responsabilidades está el compromiso de defender los valores y principios de la Nación Micmac, incluido el compromiso de comprender lo que significa ser auténticamente micmac. Teniendo esto en cuenta, estamos planificando varios talleres para que los miembros de la comunidad adquieran las habilidades que necesitan para desarrollar y gestionar la marca micmac como marca de autenticidad.
Cuando finalicemos el registro de la marca, las comunidades micmac estarán en mejores condiciones de vender estos bienes culturales a un mercado más amplio y de extender su red de apoyo.
Hemos creado una guía de propiedad intelectual. La enviamos a las comunidades para que nos dieran su opinión y ahora está disponible como recurso. Actualmente se está traduciendo a la lengua micmac. También estamos elaborando un conjunto de herramientas para empresarios interesados en crear una empresa de turismo cultural. Contiene todos los recursos de desarrollo empresarial que existen en Nueva Escocia, así como diversos elementos culturales para sensibilizar sobre la necesidad de autenticidad y los peligros de la apropiación cultural.
En primer lugar, que se sientan orgullosos de su cultura y de lo que son. Aunque durante muchos años la identidad indígena ha planteado enormes dificultades, ahora estamos asistiendo a un cambio positivo, que ofrece una oportunidad perfecta para forjar nuestra identidad cultural.
En segundo lugar, recomiendo a los jóvenes y empresarios que visiten a sus mayores, comunidades y custodios del conocimiento, que pasen tiempo con ellos y aprendan todo lo que puedan. Hay muchos recursos para crear empresas, pero lo primero que se necesita es tener esa base cultural y esa comunidad. Según nuestras enseñanzas, cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de hacer todo lo posible para crear las mejores oportunidades para nuestras futuras siete generaciones. Esa conexión con la comunidad, los ancianos y nuestros conocimientos tradicionales es fundamental para cada uno de nosotros como individuos y para la supervivencia de nuestras comunidades.
Animo a los jóvenes a que conozcan los derechos de propiedad intelectual y estudien cómo pueden proteger y añadir valor a su trabajo. Los derechos de propiedad intelectual pueden desempeñar un papel fundamental en la defensa de sus intereses frente a la apropiación cultural.
En tercer lugar, también animo a los jóvenes a que conozcan los derechos de propiedad intelectual y estudien cómo pueden proteger y añadir valor a su trabajo. Los derechos de propiedad intelectual pueden desempeñar un papel fundamental en la defensa de sus intereses frente a la apropiación cultural.
Y, por último, insto a los jóvenes indígenas a unir fuerzas y apoyar la labor que se está realizando para proteger los derechos colectivos de las comunidades. Aún queda mucho por hacer para protegerlos.
El Programa de la OMPI de formación, mentoría y establecimiento de contactos en materia de propiedad intelectual para emprendedoras de Pueblos Indígenas y comunidades locales tiene por objeto fomentar el emprendimiento, la innovación y la creatividad de las mujeres con relación a los conocimientos tradicionales y las expresiones culturales tradicionales. Pretende dotar a estas mujeres emprendedoras de los conocimientos y habilidades necesarios para hacer un uso estratégico y eficaz de los derechos de propiedad intelectual en apoyo de las actividades empresariales de sus comunidades.
Desde su puesta en marcha en 2019, el programa ha prrestado apoyo a más de 100 mujeres emprendedoras de comunidades indígenas y locales de 63 países.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.