Por Yumi Ogata, Oficina de la OMPI en el Japón
*La Sra. Ikoma lamentablemente falleció en agosto de 2023, posteriormente a la grabación de esta entrevista, que tuvo lugar en la primavera de 2023. La entrevista se publica en forma póstuma, con la amable autorización de su familia y de Proassist, empresa de la que la Sra. Ikoma fue fundadora y directora general.
En junio de 2023, el Japón reveló su intención de promover la igualdad de género, con el objetivo de que las mujeres ocuparan al menos el 30 por ciento de los puestos ejecutivos en las principales empresas para 2030. En la actualidad, el Japón está desfasado con respecto a otras grandes economías, ya que las mujeres ocupan tan solo el 15,5 por ciento de los cargos ejecutivos en las principales empresas. Kyoko IKOMA*, directora general de Proassist, es una de numerosas mujeres pioneras en el Japón que procuran promover una cultura empresarial más inclusiva en el país. La Sra. Ikoma es inventora, empresaria y directora general de Proassist, empresa de software para soluciones operativas. De la primavera de 2021 a la primavera de 2023, siguiendo los pasos de otros directores generales de las principales empresas del Japón, la Sra. Ikoma se desempeñó como directora representante de la Asociación de directivos empresariales de KANSAI. La región de Kansai es uno de los principales bloques económicos del Japón. En una entrevista con la Revista de la OMPI, la Sra. Ikoma delibera acerca de la importancia de promover la cooperación, la diversidad y la inclusión para lograr unos ecosistemas de innovación más eficaces.
Cuando asumí mi función en mayo de 2021 estábamos en medio de la pandemia de COVID-19, lo cual complicó la situación puesto que todas nuestras reuniones debían celebrarse a distancia. Pero la pandemia sirvió para poner de relieve la importancia de la “colaboración” y la “creación de redes”, que eran prioridades clave para mí a la hora de reforzar la función y el desarrollo de KANSAI. En mi calidad de directora representante, mi prioridad era fortalecer la asociación, promover el desarrollo colaborando con nuevos asociados y, por consiguiente, ampliar la red. Por ese motivo, en mi primer año formulamos varias recomendaciones para fomentar una mayor colaboración y creación de redes. Afortunadamente, en 2022, una vez que se restablecieron las actividades presenciales, comenzamos a poner en práctica esas recomendaciones mediante comités «Jitsugen – Jikko» (implementar y conseguir), que surgieron del comité que había formulado nuestras recomendaciones.
Me gustaría que las personas, más allá de su género, fueran valoradas por sus talentos.
También aproveché mi posición para establecer el grupo de debate “Josei Leader Juku” para mujeres líderes. El grupo invitó a varias mujeres que ocupaban puestos de liderazgo en las empresas miembro de la Asociación de KANSAI a que intercambiaran experiencias. Hasta el momento, el grupo ha organizado siete conferencias y ha resultado ser un inestimable foro para que las profesionales obtengan información y amplíen su red profesional. Considero que es un paso importante para respaldar a las mujeres que ocupan puestos de liderazgo y para promover una cultura empresarial más inclusiva en el Japón.
Cuando me gradué en la universidad, en la década de 1980, la economía del Japón se encontraba en pleno auge, y encontré trabajo como ingeniera de sistemas en una empresa grande en Osaka. Después de un tiempo me casé y me convertí en ama de casa a tiempo completo. Disfruté ese rol, pero cuando explotó la burbuja económica en el Japón, empecé a preguntarme qué podía hacer para ayudar. En lugar de conseguir empleo asalariado nuevamente, decidí crear mi propia empresa ofreciendo mis conocimientos informáticos a la empresa en la que había trabajado previamente. Establecí Proassist en 1994. En la actualidad contamos con más de 200 empleados y proporcionamos soluciones informáticas modernas para respaldar el éxito empresarial de nuestros clientes.
La propiedad intelectual siempre ha sido fundamental en Proassist. Al comienzo, la empresa se centró en crear algoritmos para el procesamiento de imágenes y señales en las computadoras. Las patentes fueron esenciales para el crecimiento y el crecimiento a largo plazo de la empresa.
Las patentes fueron esenciales para el crecimiento y el crecimiento a largo plazo de la empresa.
Al patentar esos avances, logramos crear nuevas oportunidades empresariales asociándonos con otros de los principales operadores del mercado. A modo de ejemplo, gracias a la solidez de nuestra cartera de patentes, una empresa importante se puso en contacto con nosotros con el fin de que creáramos un sensor ultrasónico. Desde el punto de vista financiero, el rendimiento fue mucho mejor del que hubiéramos obtenido a través de un acuerdo de licencia. Nos permitió también ampliar nuestra cartera tecnológica. Nuestras patentes también nos permiten defender nuestra posición en el mercado y ciertamente han contribuido a reforzar el valor de la empresa. Nuestras patentes demuestran que la empresa está creada sobre la base de nuestra capacidad intelectual y conocimientos.
Oí hablar de la propiedad intelectual por primera vez en la escuela primaria. Mi padre era profesor de Ciencias e inventor, y por eso estoy familiarizada desde niña con el término «invención». Posteriormente, tras haber finalizado mis estudios universitarios, mientras trabajaba como ingeniera de sistemas, mi supervisor me alentó a que patentara un algoritmo que había creado. Me había convertido en inventora. Solicitamos conjuntamente mi primera patente. En aquel entonces, yo no entendía bien la importancia de las patentes para asegurar la posición de una empresa en el mercado, pero fue una gran oportunidad para aprender de primera mano sobre el proceso de solicitud de patentes.
Empezamos hace 30 años como una empresa dedicada a la resolución de problemas y nuestro objetivo ahora es continuar desarrollándonos como una «empresa que crea puestos de trabajo» en colaboración con nuestros clientes.
La mejor forma de demostrar el poder de nuestras soluciones es cerciorándonos de que produzcan resultados para nuestros clientes.
A medida que vamos avanzando, nuestra meta es perfeccionar nuestra tecnología a fin de que, una vez que esté incorporada en los sistemas de nuestros clientes, mejore el desempeño de estos. Esa es nuestra actividad principal. Los sistemas incorporados están ocultos. No están a la vista. Por lo tanto, la mejor forma de demostrar el poder de nuestras soluciones es cerciorándonos de que produzcan resultados para nuestros clientes. A medida que la actividad de nuestros clientes se vuelva rentable y alcance el éxito, creceremos y otras empresas del sector buscarán nuestras soluciones en un intento de impulsar su propio rendimiento. De esa manera obtendremos visibilidad de mercado y crearemos nuevas oportunidades empresariales.
En el Japón de la posguerra se crearon muchas nuevas tecnologías y activos de propiedad intelectual -generados fundamentalmente por hombres- para competir con el resto del mundo. Se introdujeron muchos productos maravillosos. Pero para 1994, cuando fundé Proassist, ese enfoque estaba por alcanzar un punto de saturación. Desde entonces, las empresas basadas en la innovación han puesto un mayor énfasis en la «cooperación» con los asociados del sector como la clave para originar nuevas ideas. Hoy en día, la colaboración es esencial para el éxito empresarial.
Creemos que no pueden surgir nuevas ideas si no existe una interacción y colaboración con personas que tengan diferentes perspectivas y provengan de distintos contextos. Por eso es tan importante que las mujeres y los hombres trabajen juntos en pie de igualdad. Los ecosistemas de innovación inclusivos son la única manera de avanzar en la economía actual, sumamente competitiva. Cuando fundé la empresa, la diversidad no estaba en mi radar, pero ahora estoy convencida de que la diversidad es nuestra fortaleza. Es fundamental para nuestra capacidad de proponer ideas innovadoras.
Creemos que no pueden surgir nuevas ideas si no existe una interacción y colaboración con personas que tengan diferentes perspectivas y provengan de distintos contextos.
Cuando era pequeña, mis padres nunca pusieron límites a lo que podía hacer por el hecho de ser niña. Se me permitía hacer lo que pudiera. Posteriormente, en la universidad, si bien yo era una de cuatro estudiantes mujeres entre casi 4000 estudiantes de mi curso, nunca fui señalada. Recibí el mismo trato que mis compañeros. Esas experiencias sentaron las bases de mi enfoque respecto a la contratación del talento que necesitaba cuando fundé la empresa, independientemente del género o la nacionalidad.
Me gustaría que las personas, más allá de su género, fueran valoradas por sus talentos. Hay un refrán japonés que dice: «Un hombre tiene siete enemigos». La cuestión es que cuando yo trabajaba libremente, sin ideas preconcebidas sobre quién podía o debía hacer algo concreto, terminé en un entorno donde «tenía 100 aliados». Tenemos mucho que ganar si tratamos a las mujeres y los hombres en pie de igualdad, en particular a la hora de desarrollar ideas innovadoras que funcionen para todos.
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.