Noura Al-Omair es una joven diseñadora saudita apasionada por el tejido tradicional Al Sadu.
Al Sadu es el vocablo que designa a los tejidos tradicionales con diseños geométricos realizados por beduinas en toda la Península Arábiga y Oriente Medio, y al telar utilizado para confeccionar dichos tejidos. En 2020, Al Sadu se inscribió en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO, en la que se lo describe como “una forma de tejido liso con urdimbre realizado en un telar de suelo”, que produce un tejido tupido y resistente, utilizado tradicionalmente para fabricar tiendas y otros enseres domésticos. Las tejedoras suelen emplear fibras naturales a las que pueden acceder fácilmente en el entorno que las rodea, por ejemplo, lana de cordero, así como pelo de cabra y camello. La UNESCO señala que “los motivos de este tejido típicamente beduino reflejan con sencillez y pureza el medio ambiente del desierto mediante formas geométricas que se suceden en secuencias regulares y simétricas.”
Noura aprendió sobre el tejido Al Sadu mientras realizaba una serie de cursillos en el Instituto Real de Artes Tradicionales. “Creía que era un arte tradicional como otras artes y, tras finalizar el curso de la UNESCO en el Instituto, descubrí que Al Sadu posee un gran valor humano y cultural,” explica Noura, señalando su importancia para la vida contemporánea.
Mi asignatura principal en cultura me permitió estar muy ligada al pasado y encontrar una conexión entre el pasado y el futuro. Las emociones que Al Sadu despierta en mí son difíciles de describir. Pero puedo describirlas como alguien que teje el futuro con los hilos del pasado.
afirma Noura.
Tras descubrir Al Sadu, Noura está decidida a “dejar huella” en esta forma de expresión artística. “Después de estudiar e investigar, realicé varios diseños para crear un telar, se lo enseñé a mi profesora Sarah Al-Madhi, y el Instituto ha aprobado uno de mis diseños,” señala. Noura se encuentra en proceso de adquirir de la Autoridad Saudita para la Propiedad Intelectual (SAIP) los derechos sobre el diseño de su telar. De esa manera, la contribución de Noura al tejido Al Sadu promete perdurar muchos años.
“En ese momento, sentía que estaba en un hermoso sueño del que no quería despertar,” declara, agradecida de haber podido dejar su huella en esta forma de expresión artística y ayudar a que cobre relevancia para la vida contemporánea.
“Siento algo extraño al coser cada hilo. Me lleva al pasado y, al cabo de un instante, me lleva al futuro con ideas distintas y modernas,” señala.
Noura está desarrollando un nuevo estilo de tejido integrando la piel de camello a su trabajo. Con estos nuevos diseños espera dar un toque más contemporáneo a esta forma de expresión artística tradicional y, con la ayuda de los derechos de propiedad intelectual, compartir su belleza y maestría con el resto del mundo. “Mi ambición es tener una marca registrada, que lleve este hermoso arte al mundo,” declara.
Noura Al-Omair figura en la Galería de la Juventud del Día Mundial de la Propiedad Intelectual.