Aki Yuki, cofundadora y directora de Operaciones de la empresa japonesa de robótica Ory Lab Inc., desarrolla robots alter ego para ayudar a comunicarse, interactuar y participar en la vida social y laboral a personas con discapacidad física, enfermedades mentales o problemas relacionados con la edad.
Solo en el Japón, millones de personas viven aisladas socialmente a causa de discapacidades físicas, enfermedades mentales o la edad. Aki Yuki, cofundadora y directora de Operaciones de Ory Lab Inc. quiere atajar este problema. La tecnología pionera que está desarrollando crea nuevas vías para que estas personas se relacionen y contribuyan a la sociedad.
El origen de la creatividad e innovación de Yuki en este ámbito hay que buscarlo en su propia experiencia de caer enferma de tuberculosis y haber tenido que pasar una larga temporada en el hospital. Yuki era aficionada a la ciencia desde muy joven. En su primer año de instituto, ganó el máximo galardón por su investigación sobre dinámica de fluidos del concurso de ciencia e ingeniería del Japón (JSEC) del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, según señala un artículo del gobierno del Japón. Esto le abrió las puertas para participar en la Feria Internacional de Ciencia e Ingeniería de Intel (ISEF), aunque sus esperanzas se vieron truncadas al caer enferma de tuberculosis. Sin embargo, al año siguiente volvió a ganar el premio JSEC, lo que le permitió entrar de nuevo en el concurso ISEF. Fue entonces cuando conoció y trabó amistad con Kentarou (Ory) Yoshifuji, otro de los ganadores del premio, con quien más tarde cofundó Ory Laboratory, Inc.
La pareja congenió y decidió poner en marcha su proyecto de robot alter ego junto a otras personas con las que habían entablado amistad a través del JSEC. Para entonces, Yuki se había incorporado al programa de investigación sobre robots de la universidad de Waseda, en Tokio (Japón). En esta universidad y junto con Kentarou Yoshifuji, desarrolló el concepto de OriHime, gracias al cual ganaron el Gran Premio Monozukuri de Waseda.
En 2012, Kentarou Yoshifuji (director general), Yoshifumi Shiiba (director de Tecnología) y Aki Yuki fundaron Ory Lab Inc. y continuaron con el desarrollo de su robot avatar, OriHime.
El primer prototipo de OriHime se terminó en 2009. Después lo fueron perfeccionando, hasta llegar a su modelo actual en 2013. Para 2016 ya estaban produciendo en masa sus robots, que pusieron en el mercado a través de un modelo de alquiler mensual. El objetivo era hacer que sus robots estuvieran tan disponibles como fuese posible.
OriHime es un robot con forma de muñeca, dotado de cuello y brazos móviles. Mide 23 centímetros de alto, 17 de ancho y pesa 660 gramos. Ha sido creado para que las personas puedan superar las restricciones de movimiento derivadas de la hospitalización, la discapacidad física, etcétera.
OriHime lleva incorporados una cámara, un micrófono y un altavoz, y puede manejarse a distancia a través de Internet. El robot se traslada al lugar físico en el que el usuario quiere estar, por ejemplo, su escuela, su lugar de trabajo o la casa de sus familiares, y mira a su alrededor y participa en las conversaciones permitiendo al usuario sentirse como si estuviera allí en persona. De este modo, los usuarios pueden seguir interactuando socialmente y contribuir a la sociedad sin que importe su edad, su discapacidad o su ubicación. Mediante un ordenador personal o un teléfono inteligente, OriHime puede mover la cabeza para señalar “Sí” o “No” y puede expresar sentimientos como la alegría y la ansiedad moviendo las manos.
El nombre OriHime alude a la leyenda japonesa de la tejedora de estrellas Orihime, que relata la romántica historia de dos amantes que se vieron obligados a separarse. “Nuestro deseo y esperanza para OriHime es que permita a las personas crecer y crear una esfera social con la que puedan luchar contra la soledad que impregna el mundo actual”, explica la página web de la empresa.
OriHime crea una esfera social más amplia para sus usuarios. Por ejemplo, los niños que están hospitalizados durante largos períodos o que tienen discapacidades físicas que les dificultan los desplazamientos, pueden juntarse con sus compañeros de colegio, o los padres ancianos pueden reunirse con familiares que estén lejos. Del mismo modo, OriHime ofrece a los trabajadores con problemas para cuidar de sus hijos una opción eficaz de teletrabajo.
Para los pacientes con graves discapacidades y movilidad mínima, la empresa ha ideado OriHime eye, un dispositivo de seguimiento ocular que ayuda a los pacientes con ELA, por ejemplo, a introducir caracteres en una pantalla y a leerlos en voz alta con los ojos. De este modo, pueden conectarse con el mundo exterior a través de Internet, utilizando su avatar OriHime.
Ory Lab Inc. también ha desarrollado OriHime-D, para personas que trabajan desde casa. OriHime-D es un robot avatar de 120 cm de altura con 14 motores articulados en la parte superior del cuerpo que le permite realizar una serie de tareas físicas, como llevar un objeto de un lugar a otro o atender a clientes.
“Actualmente suministramos el robot OriHime a grandes empresas que promueven activamente el teletrabajo, así como a hospitales y particulares. A menudo, los usuarios nos cuentan que cuando miran y escuchan lo que ocurre en la oficina a través de OriHime, se sienten como si estuvieran allí. Las personas que interactúan con OriHime en la oficina dicen que la personalidad de quien lo maneja se refleja en los movimientos de cuello y brazos, así como en su voz. OriHime es una tecnología que puede transmitir la presencia de una persona, su mente y sus sentimientos”, dice Yuki.
OriHime es una tecnología que puede transmitir la presencia de una persona, su mente y sus sentimientos.
Aki Yuki.
Para demostrar los beneficios sociales de su tecnología, Ory Lab Inc ha abierto una “cafetería de teletrabajo”, conocida como Café Robótico DAWN (Diverse Avatar Working Network), en el distrito Nihonbashi de Tokio. Se trata de un experimento social que crea un entorno en el que incluso las personas con las discapacidades físicas más graves pueden desempeñar funciones importantes e interactuar con otras personas. Los robots OriHime-D de la cafetería se manejan a distancia por trabajadores con capacidades diferentes, entre los que se encuentran personas con ELA y Atrofia Muscular Espinal (AME). Teletrabajan como camareros -y ganan un sueldo por horas- manejando su avatar OriHime-D con los ojos. De este modo, tienen la posibilidad de hacer una contribución social y económica positiva.
“Cuando manejo el OriHime desde casa, me siento como si estuviera realmente allí. Es cierto que mi vida diaria tiene muchas dificultades, pero creo que así mi vida tiene un propósito y no se está desperdiciando. Ser útil y poder ayudar a los demás, incluso sentir que me necesitan, es motivador”, dice Shota Kuwahara, que padece distrofia muscular y trabaja en la cafetería a través de su avatar OriHime.
El valor social generado por el proyecto ganó el Premio al Buen Diseño 2021, patrocinado por el Instituto Japonés de Promoción del Diseño.
Video: vea el Café Robótico Dawn del Japón, creado por Ory Lab para proporcionar empleo a personas con graves discapacidades físicas.
Aki Yuki es titular de varias patentes por su trabajo pionero.
Aki Yuki figura en la Galería de la Juventud del Día Mundial de la PI.