Los datos son el combustible de la transformación de la economía mundial
Por James Nurton, escritor independiente
Los datos pueden contribuir a promover los productos y servicios innovadores, mejorar la sociedad y hacer frente a los desafíos relativos a la salud y el medio ambiente. Ahora bien, cabe preguntarse qué se necesita para lograr un equilibrio entre el aprovechamiento del valor de los datos y la protección de la PI y otros derechos.
¿Qué desayunó usted esta mañana? ¿Cuánto mide? ¿Cuál es la presión de los neumáticos de su coche? ¿Cuándo fue la última vez que realizó una compra por Internet? ¿Cuál es su huella genética? Los datos están presentes en todos los aspectos de la vida, y la capacidad de almacenarlos y analizarlos ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Ello plantea preguntas complejas, a saber, ¿cómo se valoran los datos?, ¿cómo puede aprovecharse ese valor?, ¿cómo pueden intercambiarse los datos de forma segura? y ¿qué derechos deben reconocerse y protegerse?
Estos son algunos de los temas que se trataron en la cuarta sesión del Diálogo de la OMPI sobre Propiedad Intelectual y Tecnologías de Vanguardia (días primero y segundo), que se celebró en septiembre de 2021. Se estima que las tecnologías de vanguardia, como la inteligencia artificial (IA), la cadena de bloques, el Internet de las cosas y la robótica, constituirán un mercado de 3,2 billones de USD de aquí a 2025.
Más de 1.600 personas de 130 países se inscribieron para participar en la sesión. Durante cinco horas, se debatió sobre la protección y la regulación de los datos, la función que estos desempeñan en la inteligencia artificial y los modos de equilibrar el acceso y el control. También se presentaron ejemplos de la utilización de los datos en la investigación y los negocios, que puede abarcar desde el empleo de la IA para producir música hasta la supervisión del comportamiento de las abejas en las colmenas (véase “Uncanny Valley: la gestación de una nueva era de creatividad musical” y “Beewise: creatividad para salvar a las abejas del mundo”).
Al inaugurar la reunión, el director general de la OMPI, el Sr. Daren Tang, dijo que la pandemia de la COVID‑19 ha acelerado la digitalización. En este sentido, se estima que, en 2023, 43.000 millones de dispositivos estarán conectados a Internet de las cosas, y cada día más de un millón de personas se abona a un servicio de 5G. El Sr. Tang afirmó que “si la digitalización es el motor de la economía del futuro, los datos son su combustible”, y señaló que el 60% de la población mundial cuenta con acceso a Internet. Añadió que “el aumento de la conectividad y el consiguiente flujo de datos está impulsando el auge de las tecnologías de vanguardia. En este mundo interconectado, es fundamental comprender la naturaleza y el valor de los datos”.
El valor de los datos
El Sr. Dean Jolliffe, del Banco Mundial, presidió el primer panel de la reunión, titulado “Datos: más allá de la IA en un mundo totalmente interconectado”, y mencionó un ejemplo llamativo del poder de los datos. En 1999, el ciclón BOB 06 devastó el estado de Odisha, en la India, y causó la muerte de cerca de 10.000 personas. En respuesta, las autoridades de ese estado encargadas de la gestión de desastres recopilaron, evaluaron y analizaron datos meteorológicos. En 2013, cuando un ciclón de envergadura similar alcanzó Odisha, se evacuó a más de un millón de personas y se salvaron miles de vidas.
El Sr. Jolliffe señaló que el caso de Odisha muestra cómo el valor de los datos –incluso los que han sido recopilados y sometidos a un seguimiento durante muchos años– puede aumentar cuando se utilizan con rigor: “se elaboró un sistema de datos que los hizo más interoperables y accesibles y se permitió la comunicación oportuna y comprensible de las conclusiones, lo cual otorgó a los datos un valor incalculable”.
Habida cuenta de la omnipresencia actual de los sensores y los dispositivos inteligentes, los datos pueden transformar todos los aspectos de las empresas y la sociedad. No obstante, según la Sra. Aruba Khalid, analista de investigación principal de la Fundación Dubai Future (Emiratos Árabes Unidos), “el valor de los datos depende mucho de las ideas que se promueven al utilizarlos y, en cierta medida, del grado de aplicación de esas ideas”.
La Sra. Khalid dijo que los datos pueden utilizarse para incorporar operaciones y mejorar la eficacia en función de los costos (por ejemplo, el fabricante de aviones Airbus ha reducido los tiempos de entrega de los proveedores de unas semanas a solo unas horas mediante el intercambio de datos de diseño e ingeniería). También permiten a las nuevas empresas basadas en datos (como Amazon, Netflix o Facebook) ofrecer productos personalizados, y posibilitan la creación de sectores y negocios completamente nuevos que, sin los datos, serían inimaginables. Ejemplos de ello son todas las empresas que se basan en datos procedentes de información satelital y el sector emergente de la medicina de precisión.
Valor monetario y social
Como demuestran los ejemplos mencionados, los productos innovadores a menudo requieren la combinación de datos de diversas fuentes, y crear barreras puede impedir que su valor se haga realidad. La Sra. Diane Coyle, profesora del Instituto Bennett de Política Pública de la Universidad de Cambridge (Reino Unido), señaló que no solo es necesario el intercambio de los datos, sino que también existen motivos para ofrecer acceso libre a determinados datos. Además del valor monetario, los datos tienen un valor social que es difícil de medir con cifras y que tal vez no atraiga inversión privada. Por esta razón, desde hace tiempo los gobiernos proporcionan datos como las estadísticas nacionales, que se consideran bienes públicos. Según la profesora Coyle, “se obtendrán mejores resultados, que pueden lograrse mediante intervenciones de política. Los datos pueden tener un valor social que es ajeno a las empresas privadas y los particulares”.
Otros oradores se mostraron de acuerdo. Caroline Wanjiru Muchiri, del Centro de Derecho de Propiedad Intelectual y Tecnología de la Información de la Universidad Strathmore (Kenya), hizo hincapié en las diferencias en el contexto de los distintos países. Por ejemplo, en algunos países africanos, la prestación de servicios públicos depende del acceso a los datos, mientras que organizaciones como las instituciones religiosas o los organismos humanitarios cuentan con grandes cantidades de datos decisivos. En algunos países, las instituciones coloniales siguen desempeñando un papel, lo cual tiene consecuencias como la escasez de datos sobre las mujeres.
Habida cuenta de que los datos alcanzan su máximo valor cuando se acumulan, el Sr. Jiro Kokuryo, profesor en la Facultad de Gestión de Políticas de la Universidad Keio (Japón), planteó la cuestión de si las concepciones occidentales sobre la titularidad basada en derechos de propiedad privada no serían menos adecuadas que los principios asiáticos basados en la generosidad. De acuerdo con estas teorías, los datos se entienden más bien como bienes que pertenecen a la sociedad en su conjunto, y no a los individuos, dijo el Sr. Kokuryo, y “se ponen de relieve la armonía y el respeto, en lugar de los derechos y la autonomía individuales”. O, tal vez, podría hallarse una tercera vía, basada en la lealtad hacia quien proporciona los datos originales. Según el profesor Kokuryo, “se debe reflexionar sobre cuál debe ser el ethos de la economía digital”.
Estructura e interoperabilidad
La capacidad para acumular grandes cantidades de datos (“macrodatos”), que probablemente aumentará, se nutre de la expansión de la huella digital y se basa en la interconectividad de los dispositivos y el abaratamiento del almacenamiento. El director general de la OMPI, el Sr. Daren Tang, señaló que en los dos últimos años se ha creado el 90% de todos los datos del mundo y que la cantidad de datos generados cada día es 2.500 veces mayor que el contenido de la Biblioteca Británica. Ahora bien, el incremento de los datos plantea desafíos propios, a saber, ¿cómo se reconocen los datos pertinentes? o ¿cómo se promueve la interoperabilidad, se garantiza la justicia y la inclusión y se reducen las ineficiencias en el intercambio de datos?
El contexto es fundamental, según la profesora Coyle, que explicó lo siguiente: “Mi temperatura solo proporciona información de utilidad si se conoce la temperatura promedio de la población”. Los datos médicos pueden ser muy valiosos para diagnosticar o predecir una enfermedad, siempre que se combinen con otra información. Algunos datos pueden mantener su valor después de ser utilizados, pero otros, como los relativos al tráfico o la meteorología, pueden depreciarse con mucha rapidez.
Para comprender en detalle los datos teniendo en cuenta los diferentes contextos, deben crearse datos estructurados que puedan transmitirse sin que se pierda su valor, así como procedimientos que promuevan la interoperabilidad. En su intervención, el Sr. Kung-Chung Liu, profesor de Derecho en la Singapore Management University (Singapur), propuso establecer normas unificadas relativas al formato de los datos, con el objetivo de promover su comercialización tanto a escala nacional como transfronteriza.
Los datos médicos pueden ser muy valiosos para diagnosticar o predecir una enfermedad, siempre que se combinen con otra información. Algunos datos pueden mantener su valor después de ser utilizados, pero otros, como los relativos al tráfico o la meteorología, pueden depreciarse con mucha rapidez.
La matriz normativa
Los debates sobre el intercambio y el comercio de datos plantean cuestiones difíciles sobre la definición, la categorización y la regulación de los datos, que están relacionadas con temas como la seguridad, la ética, la privacidad o la titularidad, entre otros. Estos asuntos son objeto de un complejo conjunto de acuerdos regionales y nacionales. Muchas de esas cuestiones también tienen relación con derechos fundamentales.
Por ejemplo, el derecho a la privacidad es especialmente importante en lo concerniente a los datos personales o sensibles. Desde el surgimiento de Internet, se ha dedicado gran cantidad de legislación a la protección de la privacidad. Un ejemplo de ello es el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (UE). El derecho a la privacidad sigue siendo una prioridad para muchos legisladores, debido a preocupaciones relativas a las infracciones de la seguridad, el respeto a la confidencialidad y la pérdida de control sobre los datos personales.
Los debates sobre el intercambio y el comercio de datos plantean cuestiones difíciles sobre la definición, la categorización y la regulación de los datos.
Sin embargo, en opinión de la profesora Coyle, centrar demasiado la atención en la privacidad “aumenta el peligro de perderse usos valiosos”. Otros oradores también manifestaron esta preocupación. Deben encontrarse soluciones a este dilema, que pueden consistir en garantizar que los datos solo se utilicen con un fin determinado; exigir el consentimiento para todos los usos; establecer principios como la justicia y la dignidad; o, incluso, crear una obligación fiduciaria de lealtad hacia quien proporciona los datos. Sea cual sea la solución, los datos deben poder rastrearse para garantizar la integridad.
Cuando los particulares, las empresas y los Gobiernos traten estas cuestiones, conviene que tomen distancia para reflexionar sobre los valores en los que se basa la utilización de los datos. Como dijo en su intervención la Sra. Dafna Feinholz, jefa de la Sección de Bioética y Ética de las Ciencias de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), “el Derecho es ética codificada, y las tecnologías de IA no son neutras en cuanto a los valores”.
En noviembre de 2021, la Conferencia General de la UNESCO adoptó la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial tras un proceso de consultas con múltiples partes interesadas y teniendo en cuenta las aportaciones de los Estados miembros. En la Recomendación figuran los diez principios mediante los que se garantiza que “el desarrollo y la utilización de esas tecnologías se guíen tanto por una investigación científica sólida como por un análisis y una evaluación éticos”. En la Recomendación también se trata la privacidad, el intercambio y la gobernanza de los datos y se prevé la creación de un marco para proseguir los debates en materia de datos.
¿Qué lugar ocupan los derechos de PI?
La mayor parte de los datos no encajan perfectamente en marcos reguladores como los sistemas existentes de propiedad intelectual (PI). Como señaló el Sr. Bret Hrivnak, de la Asociación Internacional para la Protección de la Propiedad Intelectual (AIPPI), los derechos de PI protegen las “creaciones de la mente”, y la mayor parte de los datos no tienen carácter creativo. Las patentes pueden proteger procesos que utilicen datos o el modo en que estos se generan, pero no los datos propiamente dichos. Por su parte, el derecho de autor puede proteger algunos tipos de datos, aunque por lo general se requiere estructura y originalidad. “Estos derechos de PI son limitados, y la alternativa son los secretos comerciales y el Derecho contractual”, dijo el Sr. Hrivnak.
Los secretos comerciales ofrecen un “sistema flexible” que puede proteger los datos, según la Sra. Elisabeth Kasznar Fekete, abogada y socia principal de Kasznar Leonardos (Brasil), que añadió que se firman “contratos más específicos” en los que se establece la titularidad de los datos y la concesión de licencias sobre ellos y se define el equilibrio entre los derechos. “Deben crearse sistemas y modelos integrados entre el propietario de los datos y las personas interesadas en una licencia”, afirmó. “La PI debe seguirle el paso a la actividad empresarial cotidiana”.
Los datos plantean cuestiones complejas en relación con el sistema de PI. La PI puede representar un incentivo para la inversión en la generación de datos, por ejemplo, mediante derechos sobre las bases de datos, pero también puede obstaculizar el acceso a los datos debido a la escasez de disposiciones sobre la minería de textos y datos.
En la UE, desde 1996 existe una protección sui géneris que recompensa la inversión en la producción de bases de datos, aunque debe existir una inversión sustancial en la recopilación y compilación de los datos que conforman la base de datos. La Sra. Tatiana Eleni Synodinou, profesora adjunta de Derecho Privado y Mercantil en la Universidad de Chipre (Chipre), planteó las cuestiones siguientes: “¿puede la protección de las bases de datos desempeñar un papel en la protección jurídica de los datos generados por IA mediante la minería de datos? y ¿el tratamiento de datos efectuado por los sistemas de IA se considera creación u obtención de datos?”. La profesora concluyó que “no está claro si la legislación protege este tipo de bases de datos”.
La minería de datos, que consiste en el proceso de extraer vastos conjuntos de datos, plantea varias cuestiones controvertidas, especialmente cuando los datos en cuestión están protegidos por derecho de autor o podrían estarlo. En algunos países, en particular el Japón, se han establecido amplias excepciones al derecho de autor en relación con la minería de textos y datos con el objetivo de promover el desarrollo de la IA. Sin embargo, con arreglo a la legislación estadounidense de derecho de autor, la admisibilidad de la minería de datos se rige por la excepción general del uso leal. En la UE, ha entrado en vigor una disposición sobre la minería de textos y datos que permite la minería con fines de investigación. No obstante, la distinción entre los usos comerciales y no comerciales puede generar incertidumbre. El Sr. Carlo Scollo Lavizzari, socio de Lenz Caemmerer, Basilea (Suiza), señaló que “el futuro de la lectura es la minería, y el futuro de la minería es el contenido que conviene someter a minería”.
Conclusión: el contexto de la PI
La variedad de los debates demostró la amplitud y la complejidad de las cuestiones relacionadas con los datos. En la última parte de la reunión, partes interesadas de todo el mundo presentaron aportaciones sobre numerosos temas, entre ellos, las formas en las que el sistema de PI puede respaldar la innovación basada en los datos, la minería de textos y datos, la necesidad de transparencia y confianza y la manera de lograr el equilibrio adecuado entre intereses opuestos. Se pusieron de manifiesto las repercusiones importantes de estas cuestiones y las verdaderas preocupaciones de muchas personas.
La diversidad de las opiniones expresadas mostró en qué medida los datos plantean cuestiones complejas en relación con el sistema de PI. La PI puede representar un incentivo para la inversión en la generación de datos, por ejemplo, mediante derechos sobre las bases de datos, pero también puede obstaculizar el acceso a los datos debido a la escasez de disposiciones sobre la minería de textos y datos.
El Diálogo subrayó la importancia de la función que desempeña la PI, junto con otros aspectos, en la regulación en materia de datos. Si bien el mandato de la OMPI está relacionado directamente con el desarrollo de un sistema de PI equilibrado y eficaz, deben tenerse en cuenta todos esos otros aspectos para garantizar una respuesta coherente y congruente a esas cuestiones.
Acerca del Diálogo de la OMPI
El Diálogo de la OMPI es el foro de referencia a escala mundial en materia de tecnologías de vanguardia y PI. Reúne a diversas voces de todo el mundo con el objetivo de sensibilizar, mediante el intercambio de información e ideas, acerca de las cuestiones de PI que plantean las tecnologías de vanguardia. El Diálogo tiene por objeto contribuir a la formulación de políticas fundamentadas.
Cada año se celebran hasta tres sesiones del Diálogo de la OMPI. Estas reuniones están abiertas al público y se organizan en formato virtual para que puedan participar personas de todo el mundo. En el sitio web de la OMPI se publican las grabaciones y los resúmenes de los debates y otros materiales informativos. La próxima sesión del Diálogo de la OMPI se celebrará los días 5 y 6 de abril de 2022 y se centrará en el modo en el que pueden utilizarse las tecnologías de vanguardia para mejorar la administración de la PI.
Agradecimientos: Ulrike Till, División de PI y Tecnologías de Vanguardia (OMPI)
El propósito de OMPI Revista es fomentar los conocimientos del público respecto de la propiedad intelectual y la labor que realiza la OMPI, y no constituye un documento oficial de la Organización. Las denominaciones empleadas en esta publicación y la forma en que aparecen presentados los datos que contiene no entrañan, de parte de la OMPI, juicio alguno sobre la condición jurídica de ninguno de los países, territorios o zonas citados o de sus autoridades, ni respecto de la delimitación de sus fronteras o límites. La presente publicación no refleja el punto de vista de los Estados miembros ni el de la Secretaría de la OMPI. Cualquier mención de empresas o productos concretos no implica en ningún caso que la OMPI los apruebe o recomiende con respecto a otros de naturaleza similar que no se mencionen.