Por Catherine Jewell, División de Información y Difusión por Medios Digitales, OMPI
El CRMQ (Centro de Retina Medica y Quirúrgica), con sede en México, que se especializa en enfermedades de la retina, ha desarrollado una innovadora plataforma nanotecnológica para la administración de medicamentos en la retina que facilita y abarata el tratamiento de algunas de las enfermedades oculares más comunes del mundo. El fundador y director general del CRMQ, Arturo Santos, y su asesor jurídico, Enrique Santos, explicaron recientemente a la Revista de la OMPI por qué esta innovación es tan importante en la lucha contra la ceguera irreversible. El CRMQ es uno de los siete ganadores de los Premios Mundiales de la OMPI 2023.
Arturo Santos: Cuando era niño, mi hermano menor sufrió un grave accidente de bicicleta y acabó perdiendo un ojo. Fue una experiencia dolorosa para todos. Entonces supe que quería ser oftalmólogo. Soy médico, oftalmólogo y cirujano de retina. Tras finalizar mis estudios de medicina en 1996, creé CRMQ, que se especializa en problemas de retina; la mayoría de las dolencias que afectan a la retina producen ceguera irreversible. Utilizamos un enfoque interdisciplinario para realizar investigación aplicada a la retina con el fin de resolver necesidades concretas.
Arturo Santos: Hoy en día, la salud ocular es una prioridad mundial. A medida que vivimos más años y nuestro estilo de vida cambia, las enfermedades oculares aumentan en todo el mundo. Miles de millones de personas en todo el mundo sufren algún tipo de discapacidad visual o ceguera. La Organización Mundial de la Salud sitúa la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) y la retinopatía diabética (RD), en las que se especializa el CRMQ, entre las tres principales causas de discapacidad visual y ceguera. Si no se tratan, esas enfermedades pueden provocar ceguera irreversible. Es decir: millones de personas corren el riesgo de perder la vista debido a esas dolencias.
Hoy en día, la salud ocular es una prioridad mundial. A medida que vivimos más años y nuestro estilo de vida cambia, las enfermedades oculares aumentan en todo el mundo.
Tan solo en México, más de 20 millones de personas padecen diabetes. En 10 años, el 90% de ellas sufrirá algún tipo de retinopatía diabética. La DMAE y la RD son progresivas, por lo que debemos actuar para evitar que estas dolencias provoquen la pérdida de visión, ya que una vez perdida, es casi imposible recuperarla. La prevención es la mejor estrategia.
Enrique Santos: Nuestra plataforma supone un gran avance en la terapéutica oftálmica y producirá un impacto enorme en la sociedad y la economía al reducir la discapacidad visual de la población. Constituye un nuevo método de administración de medicamentos en el ojo para tratar la retinopatía diabética, que causa una pérdida de visión moderada pero incapacitante, y la degeneración macular húmeda asociada a la edad. Con el tratamiento convencional, los pacientes tienen que acudir a la clínica cada mes para recibir una inyección en el ojo afectado, con la incomodidad que ello supone.
Nuestra plataforma supone un gran avance en la terapéutica oftálmica...
Nuestra plataforma nanotecnológica nos permite encapsular un agente activo (proteínas, anticuerpos, esteroides u otros fármacos) en un liposoma y administrarlo como un simple colirio. De esa manera, podemos lograr concentraciones que, con el tiempo, son equivalentes a las que se consiguen mediante una inyección. Además, las concentraciones terapéuticas que podemos alcanzar con nuestro colirio superan con creces las de los colirios normales, en los que el agente activo es inferior al 5%, del cual solo un 3% llega al ojo.
Actualmente, estamos completando el proceso de autorización en México y esperamos tener, dentro de algunas semanas, nuestro primer producto registrado. Otra gran ventaja de la plataforma es que puede generar múltiples productos para tratar diversas dolencias oculares. Nuestra plataforma supone un gran avance en la terapéutica oftálmica y producirá un impacto económico y social enorme al reducir la discapacidad visual de la población.
Arturo Santos: Las opciones actuales de tratamiento exigen atención especializada, son costosas, incómodas y suponen la aplicación de varias inyecciones en el ojo, con resultados variables. Por lo general, después de tres inyecciones, el paciente abandona. En primer lugar, porque no soporta que se le clave una aguja en el ojo; en segundo lugar, por el costo elevado; y, en tercer lugar, porque insume mucho tiempo: hay que visitar al especialista todos los meses.
Nuestro enfoque ofrece una alternativa más cómoda y de menor costo, y permite a los pacientes tratarse a sí mismos. Nuestra terapia también complementa la dosis que los pacientes reciben por inyección. Por ejemplo, puede empezar con unas inyecciones y continuar con el colirio. Así se reduce el número de visitas a la clínica, y eso cambia por completo la situación. Además, mientras que con una inyección se administra una dosis muy concentrada y de gran volumen, con nuestro colirio se administra una dosis más sostenida con el uso regular y diario.
Gracias a la facilidad de uso de la tecnología de nuestra plataforma, más personas tendrán acceso a la salud ocular. Y estamos seguros de que podemos reducir los costos de tratamiento. Eso es importante porque los países con mayor incidencia de diabetes no tienen necesariamente los mejores sistemas de salud. Nuestra plataforma ayudará a los pacientes a conservar a largo plazo la vista.
Arturo Santos: Aplicamos a la innovación un enfoque empresarial basado en la tecnología. Todo lo que hacemos está relacionado con la lucha contra la ceguera. Cada idea que se pone sobre la mesa se evalúa en función de su impacto, viabilidad y potencial comercial. Para las ideas más prometedoras, hacemos una prueba de concepto y generamos una hoja de ruta con etapas de desarrollo, incluido el trabajo preclínico con animales para validar nuestra investigación. Ello refuerza nuestra posición negociadora. Solo después de presentar la solicitud de patente publicamos nuestros resultados en las mejores revistas científicas. Es muy importante proteger primero y publicar después, porque desarrollar productos farmacéuticos, especialmente una plataforma tecnológica como la nuestra, lleva tiempo e inversiones. Y eso significa que es vital proteger la propiedad intelectual (PI).
Por lo general, los investigadores desean publicar sus hallazgos cuando descubren algo nuevo. Pero para lograr un impacto real se necesita una estrategia de PI.
Por lo general, los investigadores desean publicar sus hallazgos cuando descubren algo nuevo. Pero para lograr un impacto real se necesita una estrategia de PI y, ante todo, es necesario proteger los hallazgos, y luego publicar. Cuando uno empieza como investigador, quiere lograr avances revolucionarios y obtener reconocimiento. Luego, se necesita financiación y lograr ingresos. Ahí entra en juego la PI. En el CRMQ queremos generar nuevos hallazgos y monetizarlos, pero también queremos repercutir positivamente en la vida de las personas.
Arturo Santos: Nuestras investigaciones han demostrado que bajas concentraciones de diversos compuestos bioactivos de origen vegetal, como los polifenoles, pueden estabilizar los capilares de la retina y ayudar a prevenir la pérdida de la vista. Extraemos estos compuestos con arreglo a las buenas prácticas de fabricación para obtener una extracción pura de calidad médica, que luego encapsulamos en nuestro colirio para lograr una buena concentración en el ojo. Estas fórmulas pueden ayudar a preservar la salud ocular de las personas con riesgo de sufrir esas dolencias.
Además, la ventaja de estas terapias desde el punto de vista reglamentario es que muchos países cuentan con una enciclopedia de medicamentos a base de plantas. Cuando una planta utilizada para elaborar esas terapias figura en esa enciclopedia, el proceso reglamentario es más sencillo. Es una buena noticia para las poblaciones de riesgo de esos países.
Enrique Santos: Nuestra PI nos permite atraer a los mejores investigadores para desarrollar y comercializar nuestra plataforma. La PI es nuestro principal vehículo para establecer asociaciones estratégicas en el sector sanitario (empresas, universidades, organismos gubernamentales). Por ejemplo, nos ha permitido entablar una sólida relación de trabajo con OPKO Health en los Estados Unidos. Asimismo, la PI da un impulso importante a la hora de negociar con las empresas farmacéuticas. Esas negociaciones son arduas, y sin una sólida estrategia de PI, estaríamos perdidos. Necesitamos esas alianzas para hacer avanzar nuestra investigación y encontrar nuevas y mejores tecnologías para tratar las enfermedades oculares que puedan comercializarse rápidamente, generando, de esa manera, el impacto deseado. Ello no sería posible sin la PI.
Nuestra PI nos permite atraer a los mejores investigadores para desarrollar y comercializar nuestra plataforma.
Nos hemos fijado la meta de facilitar el acceso a nuestros medicamentos para los 20 millones de pacientes de diabetes que, se calcula, hay en México. Para producir, fabricar, realizar ensayos clínicos y obtener la aprobación reglamentaria, se necesita un equipo fuerte y mucho dinero. Nuestras alianzas estratégicas nos permitirán alcanzar esa meta.
Enrique Santos: Sí, lo haremos en colaboración con OPKO Health, que tiene presencia mundial y un sólido historial en fabricación y distribución de medicamentos. Eso hace de ellos los socios ideales. Sin esa alianza, haríamos buenas investigaciones, pero eso sería todo. Queremos producir impacto. Hemos sacado gran provecho de sus conocimientos y su experiencia, entre otras cosas, para reforzar nuestra estrategia de protección de la PI. Su impulso, apoyo e influencia también han sido muy útiles para crear empresas conjuntas con otros socios.
Arturo Santos: En primer lugar, se necesita un buen equipo interdisciplinario para validar la viabilidad técnica de una idea, cómo protegerla mediante la PI y evaluar si tiene sentido, desde el punto de vista comercial, seguir adelante con su desarrollo. El equipo es fundamental.
En segundo lugar, como director general, uno debe conocer a fondo la propia estrategia de PI, saber cómo funcionan los acuerdos de confidencialidad, entender cómo se redacta una solicitud de patente, etcétera. También hay que aprender a negociar con las empresas farmacéuticas, porque a la hora de negociar, uno tiene el poder de tomar la decisión final. La curva de aprendizaje es pronunciada.
En tercer lugar, es preciso decidir cuál será la enfermedad adecuada en la cual centrar la atención. Por eso, empezamos por reconocer una necesidad. Si el mercado se interesa por la solución que proponemos, aumentan considerablemente las posibilidades de éxito.
En cuarto lugar, no se puede hacer todo solo. Se necesitan asociados para producir impacto y lograr las metas prefijadas.
Arturo Santos: En México, tenemos que tener fe en nuestro talento; y aprovechar la PI porque es lo que garantizará que nuestra investigación repercuta en el mundo real. Como investigadores, debemos tener presente que tenemos que proteger cualquier resultado inesperado e innovador. Es el primer paso para ir de una economía basada en la fabricación a una economía basada en el conocimiento. México cuenta con mucho talento. Solo tenemos que creer que podemos lograr lo que nos proponemos.
Arturo Santos: Significa mucho. Es un reconocimiento a nuestro duro trabajo y una fuerte motivación para seguir luchando contra la ceguera. Este premio demostrará a otros investigadores de México lo que es posible. Una historia de éxito hace bien a todos.
Sin duda, el Premio dará impulso a nuestra credibilidad y visibilidad en el mercado. De ahora en más, otras empresas farmacéuticas conocerán nuestra plataforma y nos buscarán, lo que contribuirá a reforzar nuestra relación con OPKO Health. Eso es muy importante y positivo para nosotros.
Arturo Santos: Tengo 59 años; en los próximos años, centraré la atención en la formación y en compartir mis conocimientos y mi experiencia con la siguiente generación de investigadores y empresarios. Por eso, ahora también dirijo la Oficina de Transferencia de Tecnología del Tecnológico de Monterrey, en México, donde acabamos de instaurar nuestra nueva política institucional de PI. De esa manera me propongo cambiar la percepción acerca de la innovación y la propiedad intelectual en México y hacer que los jóvenes sientan que ellos también pueden marcar la diferencia. La universidad es un buen lugar para empezar.
La salud ocular es fundamental para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), entre otros:
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