La primera universidad de Argelia en idear una política formal de PI
La Universidad Constantino 3 Salah Boubnider (UC3) se ha transformado en la primera universidad de Argelia en desarrollar una política de PI para mejorar las probabilidades de transferir tecnología y comercializar los resultados de las investigaciones académicas. “Estamos conscientes de que la gestión de la propiedad intelectual es importante para el desarrollo económico, y queremos aprovechar su potencial para fomentar el crecimiento de la ciencia, la tecnología y las empresas en Argelia”, dijeron los miembros de la BPO-CATI.
La OMPI ayudó al equipo del centro de apoyo a la tecnología y la innovación (CATI) en el proceso de concepción de la política. Los documentos resultantes (la política de PI, los formularios de declaración de la PI y los procedimientos operativos estándar) fueron aprobados por el Consejo Científico Universitario el 3 de noviembre de 2021.
“El apoyo brindado por la OMPI en la redacción de esta política ha sido más que una mera asistencia: ha sido una oportunidad de capacitación de la que hemos aprendido muchísimo”, dijo la Sra. Nawel Outili, una de las principales expertas en políticas de la Universidad. “Ha sido una verdadera lección sobre la gestión de la PI y la concepción de un marco para la innovación y la mejora de los resultados de las investigaciones académicas con introspección y visión de futuro. En su conjunto, el proceso ha permitido reunir a los diferentes órganos de la Universidad Constantino 3 en torno al objetivo compartido de la transferencia de tecnología”.
El proceso interactivo que permitió idear una política formal de PI ayudó a la UC3 a aclarar sus prioridades, establecer un marco organizacional, abordar las cuestiones de la titularidad y el reparto de beneficios y fomentar una cultura de cooperación entre las diferentes unidades y organismos.
Hace unos años, la comunidad investigadora de la Universidad Hachemita (HU) se dio cuenta de la necesidad de contar con una política institucional de propiedad intelectual, en particular a la hora de colaborar con empresas de alta tecnología.
Durante la pandemia de COVID-19, las instituciones académicas hicieron un aporte fundamental al proceso de desarrollo de vacunas y tratamientos contra la enfermedad.