Cuando mira al cielo por la noche, quizá observe puntos brillantes en movimiento. No son estrellas fugaces, sino satélites que orbitan lo suficientemente cerca de la Tierra como para poder verse a simple vista. Aunque ya damos por segura la cobertura en los móviles, en muchos lugares del mundo sigue siendo imposible tener cobertura de red. La empresa española de picosatélites FOSSA Systems S.L. aborda este problema con sus satélites de costo y tamaño reducido, que facilitan el intercambio de datos y la conectividad de dispositivos inteligentes en ubicaciones hasta ahora desconectadas.
Todavía hay lugares en la Tierra sin acceso a cobertura móvil. Muchas empresas que operan en dichas zonas necesitan conectividad para recopilar información crucial para su negocio. Por ejemplo, una compañía naviera necesita poder controlar la temperatura del frigorífico que se encuentra en el contenedor de un carguero que va navegando por los océanos. Asimismo, los agricultores y las empresas agroalimentarias tienen que poder controlar el pH del suelo (su acidez o alcalinidad) para gestionar eficazmente la salud y el rendimiento de los cultivos.
La empresa emergente española FOSSA Systems, creada durante la pandemia de COVID-19, está abordando esta falta de conectividad. "Nos dimos cuenta de que había un déficit de conectividad y de que hay muchas zonas remotas, por ejemplo, en medio del océano o en el corazón de una selva tropical, donde no hay conectividad móvil", explican Julián Fernández Barcellona y Vicente González Negro, cofundadores de la empresa.
FOSSA Systems está creando un ecosistema de picosatélites de bajo consumo, capaces de detectar, interconectar y optimizar la recopilación de datos para empresas que operan en zonas sin cobertura terrestre. En la práctica, estos satélites en miniatura están ayudando a empresas de una gran variedad de sectores, desde la agroindustria y la energía hasta el transporte y la ciberseguridad, a hacer un seguimiento de su actividad.
Los picosatélites, también conocidos como picosatélites de Internet de las cosas, se utilizan para intercambiar datos con otros sistemas y dispositivos a través de redes de Internet. Estos satélites son increíblemente ligeros y pequeños: no pesan más de 1 kilogramo y no son más grandes que un zapato. El primer picosatélite, el CubeSat, fue creado por un equipo de estudiantes de ingeniería espacial de la Universidad de Míchigan (Estados Unidos). El CubeSat mide solo 10 x 10 x 10 centímetros y ya se utiliza para misiones interplanetarias.
En enero de 2022, FOSSA Systems hizo historia en el sector de la tecnología espacial española al lanzar al espacio sus seis primeros picosatélites (FOSSASat-2E) desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida (Estados Unidos).
Con un recuento actual de 13 picosatélites en órbita, la empresa tiene la ambición de lanzar 80 más hasta 2024, creando así una constelación que hará posible la conectividad inteligente en tiempo real. "Los picosatélites de Internet de las cosas recopilan información para optimizar los recursos y los procesos de la empresa que los utiliza. Están equipados con una cámara hiperespectral integrada que recopila y procesa información de todo el espectro electromagnético. La cámara puede enviar hasta 400 000 mensajes diarios y tiene una vida operativa de hasta tres años en órbita", explica Fernández Barcellona.
"Mediante el uso de picosatélites para monitorizar activos, se puede resolver fácilmente problemas como la pérdida de materias primas, la falta de información sobre la ubicación de trabajadores o la desincronización de la maquinaria, reduciendo el riesgo de situaciones no deseadas", explican Fernández Barcellona y González Negro, que señalan que esta información puede mejorar la sostenibilidad económica y medioambiental de las empresas.
FOSSA Systems ofrece un servicio verticalmente integrado. "Nos encargamos del diseño, la fabricación y la puesta a prueba del satélite, así como de los trámites que impone la ley, las licencias y el lanzamiento, todo a un precio fijo", dicen los cofundadores. El costo de estos picosatélites se encuentra entre 100 000 y 250 000 euros. Esta empresa emergente está ampliando su plantilla y consolidándose como líder en el ecosistema espacial español.
En los últimos 25 años, el mercado espacial ha estado desarrollando una tecnología de satélites de bajo costo y de alcance mundial para la comercialización del espacio. En 2019, Fernández Barcellona y González Negro dieron sus primeros pasos en este mercado con el lanzamiento del primer picosatélite, en una industria que genera unos ingresos estimados en 366 000 millones de dólares, en todo el mundo.
Cuando los dos ingenieros fundaron FOSSA Systems, ya habían atraído a un pequeño grupo de clientes, que aportaron la financiación inicial para poner en marcha la empresa y ampliar su negocio. En 2021, FOSSA Systems recaudó 765 000 euros en concepto de financiación inicial a través de WISeKey y Newmind Venture. También obtuvieron 318 648 euros de financiación gracias al Programa NEOTEC, financiado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) de España, con el fin de seguir desarrollando su tecnología. Esta ayuda "nos permitirá desarrollar nuestra nueva plataforma de satélites y generar ingresos por ventas, duplicar el tamaño de nuestra plantilla y lanzar 13 satélites en medio año", señalan Fernández Barcellona y González Negro.
La fortuna de la empresa dio un salto adelante en 2021, cuando obtuvo una licencia del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital (MINECO) de España para operar una red pública de datos para la comunicación electrónica por satélite. "Esta fue la única licencia concedida en España, lo que significa que la Administración apoya nuestro proyecto", explican los cofundadores, que señalan que la licencia para el despliegue de la red de 80 picosatélites supuso un gran impulso para la credibilidad y la viabilidad de su tecnología.
A mediados de la década de 2000, la economía espacial viró hacia un modelo más descentralizado y orientado al mercado. Unida a su inversión en I+D, FOSSA Systems cree que su estrategia de protección de la propiedad intelectual (PI) es clave para preservar tanto la seguridad como la sostenibilidad de su tecnología en el mercado de los picosatélites. "La PI es un factor fundamental para lograr el éxito empresarial, desarrollar nuevos productos y ofrecer servicios innovadores a los clientes. Por ello, contamos con profesionales de primer nivel para definir y ejecutar las mejores estrategias de protección de nuestros activos, minimizando así el riesgo de filtraciones de información, plagios y espionaje industrial", afirman Fernández Barcellona y González Negro.
La innovación espacial, respaldada por la PI, se ha comercializado para ampliar las tecnologías en beneficio de la humanidad.
La empresa también utiliza activamente secretos comerciales para proteger su información confidencial. "En FOSSA Systems trabajamos con secretos comerciales. Todos nuestros procesos de diseño y desarrollo se rigen por rigurosos acuerdos de seguridad y confidencialidad. Solo el equipo implicado en su desarrollo tiene acceso a esos conocimientos", explican Fernández Barcellona y González Negro.
El desarrollo de los picosatélites comenzó en 2000 en la Universidad de Stanford como proyecto educativo para que los estudiantes pudieran participar en una misión satelital real. Las instituciones de educación ahora ofrecen a sus estudiantes experiencia práctica en el diseño y el desarrollo de picosatélites.
Con 16 años, Julián Fernández Barcellona entró en contacto con estudiantes universitarios y preuniversitarios a través de Reddit para que se unieran a su aventura de los picosatélites. Gracias a una campaña de financiación participativa en GoFundMe, en la cual recaudó 30 000 euros, y a la ayuda de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Fernández Barcellona pudo poner en órbita el primer picosatélite español, el FOSSASat-1.
Fernández Barcellona creó entonces la Asociación FOSSA Ad Astra, en un intento de animar a los jóvenes estudiantes españoles a dedicarse a la tecnología espacial. "El objetivo de la asociación es acercar la industria espacial a la generación más joven, a quienes liderarán mañana esa agencia espacial española, y promover la educación espacial para que se invierta más en I+D en este sector", afirma Fernández Barcellona.