No existe una definición universal del término “inteligencia artificial” (“AI”). Generalmente, se considera una disciplina de la informática cuyo objetivo es el desarrollo de máquinas y sistemas que puedan llevar a cabo tareas para las que se prevé la necesidad de intervención de inteligencia humana. El aprendizaje automático y el aprendizaje profundo son dos esferas dentro de la IA. En los últimos años, con el desarrollo de nuevas técnicas basadas en redes neuronales y de hardware, solemos referirnos a la “IA” como sinónimo de “aprendizaje automático profundo supervisado”.
El aprendizaje automático se sirve de muestras de datos de entrada y de salida (“datos estructurados” o “datos de entrenamiento”) con el fin de mejorar continuamente sus resultados y de tomar decisiones sin haber sido programado sobre cómo hacerlo mediante una secuencia de instrucciones paso a paso. Este enfoque imita las funciones cognitivas biológicas: un niño aprende a reconocer un objeto (como una taza) a partir de muestras de ese mismo objeto (como diversos tipos de tazas). Hoy en día, el aprendizaje automático se aplica a un gran número de casos, entre otros, al filtrado de correo electrónico no deseado, la traducción automática y el reconocimiento de voz, texto e imagen.
El aprendizaje profundo surge a partir del aprendizaje automático. Utiliza toda una serie de algoritmos de IA (“redes neuronales artificiales”) para reconocer patrones, de ahí que pueda agrupar y clasificar datos no etiquetados.
Los sistemas de IA se consideran principalmente sistemas de aprendizaje, es decir, máquinas que pueden mejorar la realización de una tarea habitualmente realizada por el ser humano con intervención humana limitada o inexistente.
El término “IA estrecha”—o “IA débil”— hace referencia a las tecnologías y aplicaciones diseñadas para llevar a cabo tareas únicas o concretas. Se diferencia de la “IA general” —o “IA fuerte”—, en que esta última consiste en sistemas de IA que pueden asumir satisfactoriamente cualquier actividad intelectual que requiera intervención humana, así como en la hipotética capacidad de una máquina para superar con creces los límites del cerebro humano.
En los últimos tiempos, los sistemas de IA han madurado lo suficiente como para asumir tareas que antes eran únicamente desempeñadas por seres humanos y asociadas a ellos.
Constituyen ejemplos de obras creadas mediante IA el proyecto El próximo Rembrandt, en el que a través de la IA se pintan nuevos cuadros replicando la impronta y el estilo del artista, o la obra Portrait of Edmond Belamy, uno de los grupos de retratos de la familia de ficción Belamy, creada mediante inteligencia artificial. Los programas informáticos capaces de componer música, Emily Howell o Bot Dylan, o la novela escrita mediante IA, The Day A Computer Writes A Novel son otros ejemplos.
Se han obtenido resultados mediante la IA que han sido objeto de dos solicitudes de patente. Una de las solicitudes fue presentada para el registro de un nuevo tipo de recipiente para bebidas basado en la geometría fractal y, la otra, para el de un aparato que logra captar la atención de forma más eficaz, y que podría resultar de utilidad en operativos de búsqueda y rescate.
El Informe de la OMPI sobre tendencias de la tecnología dedicado a la inteligencia artificial proporciona datos y análisis que identifican las tendencias, los principales actores y la difusión geográfica de las patentes y las publicaciones científicas relacionadas con la IA. Las cifras detalladas que figuran en el Informe pueden consultarse en la página web destinada al mismo.
La IA tiene un impacto significativo en la creación, producción y distribución de bienes y servicios de índole económica y cultural. Está impulsando cada vez más importantes avances en todos los ámbitos y sectores. Tanto los vehículos autónomos como los avanzados procesos de fabricación e instrumentos de diagnóstico médico suelen ser tomados como ejemplo. Resulta cada vez más evidente que la IA va a tener repercusión en prácticamente todos los sectores. A medida que se acelere el desarrollo de la IA, sus efectos y su aplicación general aumentarán, lo que tendrá una incidencia notable en la sociedad y la economía. La IA comenzará a desempeñar un gran número de tareas rutinarias que, hasta ahora, han sido realizadas por los humanos.
En el Informe de la OMPI sobre tendencias de la tecnología (2019) dedicado a la inteligencia artificial se pone de manifiesto que las invenciones relacionadas con la IA están pasando de la teoría a la práctica.
Existen varios factores que han contribuido a la aceleración de los avances en el ámbito de la IA. Uno de ellos es el continuo aumento de la capacidad de cálculo. Otro factor es la disponibilidad de datos de entrenamiento limpios y estructurados (a menudo generados por el ser humano, de ahí su nombre: “aprendizaje automático supervisado”). Los datos de entrenamiento conectan un dato de entrada con una respuesta etiquetada —o dato de salida etiquetado—, proporcionando un “libro de texto” que permite al sistema de IA aprender y mejorar cómo llevar a cabo una tarea asignada.
Si bien hace mucho tiempo que se dispone de datos, no ha sido hasta hace pocos años que una gran variedad dispositivos y actividades de carácter ordinario en todo el tejido de la sociedad y la economía contemporáneas han empezado a producir datos etiquetados y utilizables en cantidades cada vez más abundantes, con fines muy diversos. Los datos son un elemento esencial en el funcionamiento de la IA y, por lo tanto, resultan potencialmente valiosos desde el punto de vista económico.
El objetivo fundamental del sistema de PI es fomentar la innovación a través de las nuevas tecnologías y las obras fruto de la creatividad. Ello afecta a obras e invenciones realizadas tanto por el ser humano como por la IA.
La IA también proporciona una tecnología de uso general para ayudar en la aplicación, gestión y administración de los sistemas y herramientas de PI.
Es preciso distinguir entre obras o invenciones fruto del ser humano y obras o invenciones realizadas por una máquina.
Las obras o invenciones fruto del ser humano que cumplen los requisitos necesarios están protegidas por los regímenes de propiedad intelectual existentes, entre los que se incluyen las patentes, los derechos de autor, los diseños industriales, y los secretos comerciales.
Existe un debate en curso sobre si esos regímenes y sistemas deben ser modificados al aplicarlos a las invenciones u obras realizadas por máquinas. En términos generales, los debates sobre las invenciones u obras creadas por máquinas se centran en:
También existe un debate en torno a dónde se debe trazar la línea entre una creación del ser humano y una creación de una máquina, es decir, cuánta contribución o intervención humana requiere una u otra.
Más información sobre el Diálogo de la OMPI sobre la PI y la IA.
La OMPI es un organismo especializado de las Naciones Unidas y constituye el foro mundial de servicios, políticas, información y cooperación en materia de propiedad intelectual para sus Estados miembros.
La OMPI lidera el desarrollo de un sistema internacional de PI equilibrado y eficaz que permita la innovación y la creatividad en beneficio de todos. Dentro de ese mandato de promover la invención y la creatividad para el desarrollo económico, social y cultural de todos los países, los Estados miembros han solicitado a la OMPI que proporcione un foro en el que se canalice el debate sobre la IA y las políticas de PI.
El Diálogo de la OMPI fue escogido como el foro para estos debates. La IA y la política de PI se examinaron en profundidad en las tres primeras sesiones del Diálogo de la OMPI. La sexta sesión se dedicó a las invenciones de la IA.
La OMPI ha creado y sigue desarrollando sus propios servicios y herramientas de gestión de la PI por medio de tecnologías de IA, elaborando las mejores aplicaciones de IA para el sistema internacional de PI. Más información sobre las herramientas de IA de la OMPI.
Si no ha encontrado respuesta a sus pregunta en esta página o en la página web sobre IA, no dude en ponerse en contacto con nosotros.
Descargo de responsabilidad: Las preguntas y respuestas que figuran en esta página tienen una función meramente informativa y no constituyen un punto de referencia jurídico. No representan necesariamente la posición oficial de la OMPI o la de sus Estados miembros.