Los responsables políticos de Singapur han desempeñado un importante papel en la transición del país hacia una economía de renta alta en menos de cuarenta años. Descubra cuáles han sido las políticas más eficaces.
En los últimos 30 años, las políticas de innovación de Singapur han permitido al país desarrollar sus propias tecnologías y convertirse en una economía de renta alta. Dichas políticas pretenden garantizar una relación simbiótica entre empresas innovadoras de gran tamaño, emprendedores e inversores de riesgo.
Estas políticas pueden resumirse en 2 categorías:
El Gobierno de Singapur ha desempeñado un papel activo en el fomento de su capacidad de innovación desde el punto de vista de la oferta. A lo largo de las últimas cuatro décadas, Singapur ha invertido el capital financiero, físico y humano necesario para su transición económica y su transformación en un líder de la innovación en la región.
Para compensar la caída de la proporción de financiación local privada de un tercio a un cuarto entre 2005 y 2015, el Gobierno aportó 1000 millones de dólares en fondos públicos para reactivar el sector del capital riesgo. Esta importante inversión pública inicial ha continuado desde entonces. El gasto público clave en infraestructuras esenciales, como la construcción de su infraestructura de ciudad inteligente y la sanitaria, ha contribuido al crecimiento de las actividades innovadoras en las empresas emergentes de la zona. Además, las inversiones públicas en educación y en investigación y desarrollo le han proporcionado una sólida reputación en el ámbito de la investigación regional e internacional, con dos universidades clasificadas como primera y segunda de Asia en 2019 y 2020. Por otra parte, la cantidad y calidad de su investigación pura se ven notablemente reforzadas por la intensificación de la formación empresarial y la incubación de empresas derivadas. Así pues, no es de extrañar que las instituciones públicas de investigación, las universidades y las empresas emergentes de Singapur registren el mayor crecimiento en las solicitudes de patente presentadas en los últimos 20 años.
La administración de Singapur también ha desempeñado un papel decisivo a la hora de crear la demanda de innovaciones tecnológicas autóctonas. En este sentido, la administración es una de las primeras en adoptar nuevas tecnologías que no están probadas del todo o formas novedosas de proveer servicios en sectores como la movilidad, la energía y, más recientemente, la sanidad pública durante la crisis de la COVID. Gracias a ello, varios inventos se convirtieron en innovaciones comerciales viables que se han difundido ampliamente en el sector privado.
Por último, un elemento crucial de las políticas públicas de Singapur es su entorno favorable a la innovación. Los innovadores locales pueden contar con el apoyo de instituciones especializadas para hacer crecer sus empresas. Estos servicios alientan los esfuerzos comerciales haciendo fácil para los emprendedores la comprensión de asuntos relacionados con la protección de la propiedad intelectual, la inversión de capital riesgo, las fusiones y adquisiciones o las salidas a Bolsa.
Del mismo modo que las personas pueden establecer vínculos en los entornos sociales y de trabajo, desde los núcleos de innovación se atraviesan las fronteras internacionales en busca de socios para la innovación. Establecer ese tipo de contactos y elegir los socios adecuados es cada vez más importante.
Las políticas de los Gobiernos pueden incidir en la tasa de actividad innovadora y, en cierta medida, en su orientación. Algunas de esas políticas potencian la innovación, como los incentivos fiscales a la I+D o la protección de los derechos de propiedad intelectual.