Gestión de los activos académicos para las transferencias de tecnología
¿Qué son los activos académicos?
Los activos académicos se refieren a recursos materiales o inmateriales que una institución podría poseer o controlar y que se gestionan y utilizan en cooperación con otra parte para crear un valor público o económico. Existe una amplia gama de clasificaciones de los activos académicos, pero en general pueden clasificarse en activos intelectuales y activos no intelectuales.
Activos intelectuales
- Propiedad intelectual (creada, identificable y susceptible de protección mediante derechos de PI, como las patentes, las marcas, los dibujos y modelos industriales, el derecho de autor, etc.);
- Activos del conocimiento (susceptibles de protección e identificación mediante la legislación contractual, comercial o en materia de competencia; por ejemplo, secretos comerciales, conocimientos, conocimientos especializados, experiencia, etc.).
Activos no intelectuales
- Colecciones (bibliotecas, etc.);
- Infraestructura y capacidad de investigación (laboratorios, equipos y personal calificado, etc.);
- Activos financieros (empresas derivadas, gestores de fondos privados, etc.);
- Activos operativos (oficinas de transferencia de tecnología, oficinas de transferencia de conocimientos, encargados de pruebas clínicas, etc.);
- Activos estratégicos (reputación, acceso a pacientes, cultura empresarial, etc.).
Inventario de los activos intelectuales
Las universidades y las instituciones de investigación a menudo poseen o controlan distintos tipos de “activos académicos” que podrían ser sumamente útiles y eficaces como herramientas para establecer iniciativas de cooperación con otras instituciones de investigación, para atraer a socios de la industria y para brindar servicios útiles al sector público y la sociedad. Con frecuencia esas instituciones no están plenamente conscientes de la existencia y el potencial valor de los activos que controlan.
La OMPI ha creado una herramienta simple para generar inventarios de activos académicos , tanto los intelectuales como los no intelectuales, que brinda un panorama general de los activos que con mayor seguridad una institución académica pueda tener, así como una síntesis de los diversos métodos, acciones y opciones para utilizarlos. Esta herramienta muestra que usar de manera estratégica hasta los activos no intelectuales puede ayudar a establecer iniciativas de cooperación sumamente dinámicas en el ámbito científico o de negocios y transformar las invenciones y la PI nuevas en productos y servicios innovadores y comercializables.
Gestión de los derechos de PI en las instituciones académicas
La PI no es un activo por el mero hecho de existir, ya que el número de patentes no es un reflejo del potencial innovador de una organización. La gestión estratégica de los derechos de PI debe asignarse a profesionales calificados a fin de que la inversión genere ingresos y otros beneficios al final del proceso de transferencia de tecnología y comercialización de la PI.
Lejos de ser un proceso lineal, la gestión de la PI puede considerarse como un conjunto de procesos estratégicos que consta de los siguientes pasos:
- definir cuáles son los posibles activos creados o adquiridos por la organización (invenciones, nuevas tecnologías, fórmulas, códigos, etc.);
- evaluar las ventajas técnicas, jurídicas y de mercado del potencial activo;
- decidir cuál de las modalidades de protección disponibles se utilizará, incluida la protección registrada (por ejemplo, patentes, marcas, dibujos y modelos registrados) o no registrada (por ejemplo, secretos comerciales, derechos de autor, esquemas de trazado de circuitos, derechos sobre bases de datos);
- determinar la estrategia de comercialización y de transferencia de tecnología: si la organización utilizará los activos de PI internamente o los comercializará, si los cederá o los concederá en licencia, si los transferirá a un tercero o a una empresa derivada, o si los pondrá a disposición del público a título gratuito;
- encontrar a los asociados más idóneos, de conformidad con las metas comerciales y la política de responsabilidad social de la organización.
La gestión de los derechos de PI en las instituciones académicas va más allá de las acciones necesarias para transferir la tecnología de los inventores al público y a los usuarios privados, sino que incluye las actividades anteriores a la transferencia (gestión de la investigación o “inteligencia tecnológica”) y las posteriores (gestión de la cartera tecnológica, por ejemplo, auditorías, tramitación de patentes, aseguramiento de calidad, gestión de los contratos tras su firma, gestión de los recursos humanos, etc.). Como tal, la gestión de los derechos de PI es uno de los requisitos previos más importantes para una correcta transferencia de la tecnología y para garantizar que los resultados de la investigación tengan efectos sostenibles sobre la sociedad.
El marco jurídico que rige las políticas de gestión de los derechos de PI en las instituciones académicas funciona en cuatro planos: el plano internacional, el nacional, el institucional y el referido a las asociaciones profesionales. Además, debido a la complejidad del proceso de gestión de los derechos de PI en las instituciones académicas, se necesitan principios y directrices claros en materia de gestión de la PI para obtener los mejores resultados.