Si alguien necesita pruebas de que la innovación no tiene límites, no tiene más que consultar nuestra lista de patentes de invenciones fuera de lo común.
Esta funda antipolvo, patentada por Kesh Seroun en 1964, le ayuda a deshacerse más eficazmente de las pulgas y otros parásitos de su perro. Esta invención “facilitará en gran medida la aplicación de pesticidas en el animal, así como su retención, durante un periodo de tiempo suficiente para que tengan efecto”, se explica en la patente. Fácil de poner y quitar del animal, la funda también “protegerá la ropa, las alfombras y los muebles” de su casa mientras su mascota se somete a un tratamiento antipulgas o similar. Y, por supuesto, no más perros polvorientos.
¿Le gusta enviar cartas escritas a mano pero le disgusta el sabor del pegamento de los sobres y sellos de correos? En 1981, Donald B. Poynter patentó una solución: “un aparato para humedecer la capa adhesiva de los sellos de correos, sobres o similares”. El dispositivo cuenta con un émbolo que levanta “un aplicador absorbente del líquido y hace pasar el aplicador a través de una abertura situada en el lateral de la carcasa”. Por supuesto, la función se une a la forma en este dispositivo: “el aplicador puede tener forma de lengua humana y el cierre puede tener forma de labio humano”. Eso sí que es un truco ingenioso.
¿Se ha preguntado alguna vez cómo se puede lograr que la observación de aves sea aún más agradable? Si es así, este sombrero es para usted. Este dispositivo portátil, patentado por David M. Leslie en 1999, consiste en “un sombrero, un soporte montado en el sombrero y que se extiende hacia fuera del sombrero, y un comedero montado en el soporte”. Cuando los pájaros se alimentan del comedero, “la persona que lleva el sombrero puede observarlos a corta distancia”. Ya puede decir adiós a los prismáticos.
Buenas noticias para padres y madres ciclistas: pedalear con sus hijos en la parte trasera de la bicicleta puede ser menos estresante gracias a este cinturón. Patentado por Laurie J. Norton en 2001, el cinturón cuenta con dispositivos que “entretienen al niño o niña que viaja en un asiento infantil detrás del ciclista”. Los dispositivos de diversión están pensados para evitar el aburrimiento y las rabietas de los niños, y “pueden fijarse con clips para poder cambiarse en función de la edad y los intereses del niño”, se explica en la patente. La diversión está asegurada.
Si le dan miedo las serpientes, pruebe este repelente. Patentado en 2001 por Thelma F. Pogue, este invento consiste en “un receptáculo en el que se coloca una cantidad de ajo o cebolla, cuyo olor se considera eficaz para repeler a las serpientes”. El receptáculo, fijado al brazo o la pierna del usuario, presenta “numerosas aberturas para facilitar la dispersión del olor del ajo o la cebolla” y puede estar “provisto de una rejilla para picar dientes de ajo, que de ese modo libera el olor más intensamente”. Se nos plantea un dilema: elegir el olor a ajo o las mordeduras de serpiente.
¿Cómo se puede pedalear de manera segura y cómoda tanto cuando hace calor como cuando llueve? Este dispositivo portaparaguas para bicicleta puede “bloquear fácilmente la luz solar o el agua de lluvia” sin “deteriorar la capacidad de maniobra manual del ciclista”. En 2010 Jae Sung Hong patentó este invento, gracias al cual sus paseos en bicicleta podrían ser más cómodos y populares, convirtiéndose en la envidia de todos esos engreídos propietarios de bicicletas plegables.